3. Choi YeonJun

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Esa misma tarde después de almorzar un sándwich en algún bar cercano a aquella comisaría decidió visitar al causante de aquella situación. TaeHyung sabía que quien había demandado el caso que le habían encomendado no había sido otro que el hijo de Choi SooMin, Choi YeonJun. El chaval era un chico más alto que él, delgado y que adoraba bailar en la calle. Tenía varios tatuajes en su cuerpo, así como piercings en sus orejas y nariz. Era la clase de chico que aparentaba venir de algún hogar con problemas económicos, sin embargo la realidad era todo lo contrario. Era de idiotas asumir que su familia no había tenido problemas de diversa índole, sin embargo aquello no había frenado al chico de disponer aquella demanda, pues estaba completamente seguro de que su madre no había muerto por un simple accidente.

La forma en la que se conocieron fue casi por obra del destino.

TaeHyung llevaba siendo amigo de YoonGi alrededor de unos cuatro años cuando le presentó a YeonJun. YoonGi era un grafitero reconocido por Busan que le gustaba hacer toda clase de pintadas en lugares concurridos. TaeHyung le admiraba pues el chico realmente creía que generaba un cambio en aquella apestosa ciudad con sus pintadas. Aunque había que aclarar que no habían tenido las cosas fáciles siempre. Para hacer la historia corta, YoonGi lo había salvado cuando más lo había necesitado y por ello TaeHyung le debía la vida. Así que, cuando le presentó a aquel chico sonriente y simpático que le abrazó nada más conocer su nombre, supo que debía ayudarlo. Le contó la situación, o al menos hasta donde el chico sabía, y entendió por qué estaba recurriendo a él.

Al principio creyó que al abrir el caso que habían archivado todo se complicaría para él, pero YeonJun le intentó hacer las cosas más sencillas. Autorizó que investigasen a su familia y dió todos los permisos necesarios a los agentes para indagar hasta donde necesitasen. TaeHyung aún estaba agradecido por ello pues le había quitado muchas horas de hablar y reunirse con personas que realmente no le agradaban. Sin embargo, el chico no había podido (ni podría) evitar que le asignasen un compañero en prácticas. Aquella nueva faceta de la investigación sorprendió a TaeHyung en demasía y supuso que no sería un inconveniente. Si bien el cambio de comisaría había sido necesario por la envergadura del caso, no se esperaba que fuese a tener un acompañante. Realmente suponía que su compañero debía aportar más de lo que había aportado hasta ahora, aunque realmente tampoco tenía claro cómo funcionaban los compañeros. Intuía en cierta medida hasta qué punto podía influir en sus decisiones pero no sabía exactamente cómo se trabajaba con alguien. Además que una cosa era trabajar y otra muy distinta era trabajar y hacer bien su trabajo.

Respiró hondo y supuso que tendría que ser paciente. Ya había tenido compañeros anteriormente pero ninguno de ellos habían trabajado con él en un mismo caso. Siempre habían hecho misiones juntos, alguna que otra prueba o investigación menor. Jamás había compartido una investigación de tal grado con otra persona la cual no conocía de nada. Además que él no sabía tratar con ciertas personas. Le costaba comunicarse y algunos le decían que parecía un robot. Realmente ninguno quería ser su compañero porque se tomaba muy en serio su trabajo, o al menos eso era lo que le habían dicho. También les había escuchado decir y comentar que era muy raro y que se sentían incómodos al estar a su lado. TaeHyung no era idiota, sabía escuchar pero, al parecer, sus compañeros no. De haberle dicho en su momento que algo les incomodaba él podría haber hecho lo posible por frenarlo o intentar esconder su forma de ser para agradar o hacer como mínimo aguantable su comunicación con otros. A pesar de esto, nunca conseguía mantener ningún compañero por demasiado tiempo pues las personas preferían mentirle a luchar por quedarse a su lado.

Era triste pero cierto.

Y no esperaba que JungKook fuese a ser una excepción. El chico acabaría cansándose de él como los demás.

Caminó hacia arriba por la calle abarrotada, esquivando a las personas que iban pegadas a sus pantallas. TaeHyung se enfurecía mucho con las personas obsesionadas con esos aparatos. Creía que les habían abducido y se olvidaban de vivir sus propias vidas para intentar mentir a los demás haciéndoles creer que llevaban otra mejor. Estupideces.
No tardó en encontrarse con el chico que le había citado. YeonJun le estaba esperando en una esquina fumándose un cigarro. Estaba apoyado de mala manera en la pared y su camiseta sin mangas dejaba ver sus costillas y casi todo su torso. TaeHyung caminó hasta que estuvo delante de él. Le saludó cortésmente, como solía hacer, y el otro le sonrió devolviéndole el saludo. Al principio solía saludarle con un abrazo enorme que le envolvía todo el cuerpo sin embargo, con el paso de las semanas tuvo que comentarle que prefería no tocar a otras personas. El chico se impactó un poco al principio, pero aceptó todo sin muchas complicaciones. A veces TaeHyung soñaba con más personas como YeonJun en el mundo, personas que fueran capaces de quererle aún sin seguir sus métodos. Pensar en aquello le hizo entristecerse por el abandono tan repentino de su compañero en el caso de aquél muchacho. Apenas tenía dieciocho años y había perdido a una madre. TaeHyung no podía dejarle sólo.

-¿Alguna novedad? -preguntó mientras se terminaba el cigarrillo y lo tiraba al suelo. Lo acabó aplastando con sus converse desgastadas.

-Nada nuevo. En el expediente sigue apareciendo que tu madre y su primo eran enemigos aunque las imágenes y lo que me contaste demuestran lo contrario...-YeonJun frunció el ceño pensativo. -No puedo decirte nada más. No me ha dado tiempo a estudiar más.

-Así que de momento sabemos que mi madre se subió a un avión privado con mi primo y que jamás volvieron. Que ellos pensaban hablar de negocios y que finalmente es posible que hicieran otras cosas. -TaeHyung asintió.

-Aunque hay algo que no tiene sentido... -comentó TaeHyung cogiendo su libreta para anotar algunas cuestiones. -¿Por qué el primo de tu madre no formaba parte del negocio familiar? Y, ¿Por qué pone en el expediente oficial que se llevaban mal? -YeonJun le observó con ojos curiosos y sonrió satisfecho.

-Supongo que pone que se llevaban mal porque esa es la imagen que Vicentia y Choi's Choice quieren mostrar al público. Es algo así como la Pepsi y la Coca-Cola. Parecen que son enemigas pero hicieron publicidad de su rivalidad. -TaeHyung anotó su respuesta y le aseguró que la estudiaría. -En cuanto a lo de su primo...-se tocó ligeramente el cuello intentando recordar. -Realmente no lo sé. Yo nunca he hablado mucho con él. Sólo sé que él y mi madre se veían cada cierto tiempo. -TaeHyung asintió de nuevo y anotó todo en su libreta. Después la cerró y le miró seriamente. -Me gustan tus pantalones. -le comentó después con una sonrisa burlona. TaeHyung asintió y le dió las gracias por el cumplido, simplemente porque aquello era lo que se debía hacer. -Ah, YoonGi me ha dado un mensaje para ti. Ya sabes cómo es, tan achacado a la antigua cuando puede mandarte mensajes. En fin, me ha dicho que vayas esta noche a la azotea, que ya sabes dónde es. -TaeHyung asintió y por primera vez en ese día sonrió ligeramente. Después se despidió de Choi y se fue al metro para por fin llegar a su hogar y seguir trabajando.

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora