28. Comida y amigos

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Un mareo horrible se presentó en su cabeza cuando abrió los ojos.

TaeHyung se frotó la frente con pesadez y se sintió asqueroso. Casi pegó un salto cuando se dió cuenta de que tenía su ropa del día anterior todavía puesta. Entonces observó su alrededor y no vio sus cosas, ni sintió sus sábanas en sus manos, ni su colchón. Era una habitación con tonos grises y blancos, muy moderna pero sin personalidad. O como diría Jin: «insultante».

Alarmado se levantó de un salto saliendo por la única puerta que había en el cuarto. Antes de que pudiese darse cuenta de que estaba descalzo llegó a lo que parecía ser la cocina abierta de la casa. Allí se encontraba un JungKook vestido con un chándal gris. El Inspector se quedó quieto al verle ahí cocinando unos huevos fritos. El olor le envolvió por completo y sintió a su estómago quejarse. Sin pensarlo se acercó con cuidado a donde estaba el chico tarareando una canción conocida. Estaba tan relajado y calmado que TaeHyung se sintió culpable por importunarle.

—Buenos días —dijo tímidamente. JungKook sonrió un poco al verle y se rió (probablemente por sus pintas de recién levantado).

—Buenos días inspector. —respondió con un humor demasiado bueno. —Tienes ahí una pastilla por si tienes resaca. —le indicó una encimera vacía. Se acercó a la caja, cogió una cápsula y se la tomó sin agua. JungKook siguió con su desayuno tarareando de forma relajada. Parecía que el chico había salido a hacer ejercicio por su humor y su ropa, así como que olía a limpio y parecía que si le abrazabas se sentiría suave. TaeHyung nunca había tenido las ganas de abrazar a alguien como en ese momento.

El otro estaba tan a gusto que TaeHyung se sintió incómodo, no quería estar ahí. Se sentía mal viendo a su compañero en su espacio personal, fuera del trabajo. ¿Acaso eran lo suficientemente amigos como para ir a la casa del otro?

—¿Quieres ducharte? —le ofreció JungKook mientras sacaba los huevos de la sartén. Los colocó en un plato y observó al inspector quedarse quieto delante de él. Después asintió un poco y JungKook le guió hasta el cuarto. Le ofreció sus jabones y le dijo cuál era cuál. TaeHyung escuchó todo con una concentración pasmosa. Si no le conociese de antes se habría asustado pero, ahora incluso le parecía un poco adorable «¿Adorable? TaeHyung era raro, no adorable. ¿En qué estás pensando JungKook?» 

Después de haberle comentado todo lo del baño le invitó a elegir un traje cuando se dió cuenta que no tenía ropa de cambio. Debía admitir que no solía ser tan bueno con los demás y menos aún generoso, pero TaeHyung sacaba ese pequeño JungKook que le gustaba ayudar a todos.

Al final TaeHyung se decantó por un traje negro (ya que la mayoría de su armario lo era) con una corbata gris.

Después de eso el chico se metió en el baño y JungKook le perdió de vista. Siguió cocinando y un sexto sentido (o los planetas alineándose, vete tú a saber) le hizo hacer más comida para que el otro pudiese también desayunar con él.

Mientras pensaba en alguna manera de disculparse por las preguntas tan desvergonzadas que le habían hecho la noche anterior un móvil sonó por todo el lugar. Era una canción bastante vieja. Por lo poco que sabía JungKook de música pudo distinguir que era jazz. Con rapidez corrió hasta la habitación de invitados en donde encontró el móvil de su superior vibrando con fuerza. Nada más llegar el móvil cesó de sonar y JungKook se quedó completamente quieto, escuchando sólo el murmullo de la ducha. Unos segundos después volvió a sonar. Con curiosidad observó el nombre que ponía: "Yoonie". Y justo después se apartó asustado no queriendo contestar a lo que parecía un familiar. O peor aún, una pareja. Sin embargo el aparato continuó sonando y sonando hasta que JungKook en un arrebato decidió cogerlo.

—¿Diga? Este es el móvil del Inspector Kim. —«madre mía, había sonado como su secretario» pensó mientras se daba una palmada en la frente por su estupidez.

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora