Inspector Kim

22. Las parejas

En su camino a la mesa de JungKook TaeHyung estuvo revisando sus apuntes y todo lo que había descubierto hasta ahora. El mapa de la banda juvenil estaba en su bandolera, por si en algún momento podía acercarse y tantear el terreno. No creía que nada más llegar fuese a encontrar a alguno de los implicados en la banda, pero nunca se sabía.

Cerró los ojos por un segundo y decidió que debía centrarse en lo que tenía delante, que era la espalda de JungKook. Tampoco es como si se hubiese fijado mucho pero intuyó que el chico debía hacer bastante ejercicio por los músculos que se mostraban contra la fina tela. Por un momento sintió envidia y al segundo se le fue. Lo cierto era que a TaeHyung le gustaba admirar la belleza de otras personas, sobre todo en cuanto a físico y corporal se trataba. Él no podía estar muy orgulloso de su cuerpo maltrecho y nada atractivo, por eso adoraba los cuerpos de los demás. Aquellos que no guardaban cicatrices ni pasados demasiado complejos. O igual sí, pero sus cicatrices no eran visibles.

En resumen, ¿Eso excusaba que estuviese mirando a su subordinado de pies a cabeza mientras andaban? A TaeHyung le sirvió de excusa pero en el fondo sabía que le estaba admirando más de la cuenta. También debía admitir que no podía evitarlo. Era el primer y único compañero con el que había durado tanto tiempo y el que además le había invitado a una gala importante. Nunca en su vida se había sentido tan acompañado ni aceptado.

Estaba bien, se sentía bien.

Por fin, llegaron a la dichosa mesa en donde JungKook se sentó. TaeHyung lo hizo del mismo modo solo que en una silla a un lado de su mesa. Mientras JungKook ordenaba todo el desastre de papeles que era, TaeHyung decidió hundirse de nuevo en sus apuntes, en busca de alguna pista, cualquier cosa que explicase la aparición de esa chica. Entonces su móvil vibró y con un ligero movimiento lo desbloqueó y se lo enseñó a JungKook. YeonJun acababa de confirmar que podía pasarse para responder a sus preguntas. TaeHyung respiró un poco más tranquilo después de eso.

—Al menos el chico quiere saber la verdad. Se le ve muy colaborativo.

—Fue él el que empezó con todo esto. El caso iba a archivarse...—le dijo TaeHyung al momento mientras leía sus hojas.

—Es algo que sigo sin entender. —TaeHyung levantó la mirada para encararle. JungKook se levantó de nuevo y le indicó que le acompañase. YeonJun no querría meterse en la Comisaría y ellos no querían que pareciese que estaba colaborando. —El caso estaba cerrado. Aunque fuera un accidente o algo premeditado, ¿Qué importa ya? Las consecuencias son las mismas. ¿Quién gana? —TaeHyung se quedó pensativo. Esa había sido una de las primeras dudas que había tenido nada más decidir hacerse cargo del caso. Sin embargo, la respuesta había sido clara.

—Es una conmoriencia. —le explicó. —De haber muerto sólo ella prácticamente todo lo que tiene habría acabado en manos de su primo...—se quedó paralizado por unos segundos. Sus ojos se abrieron mucho y JungKook se asustó por segundos. «¿Se está reiniciando?» pensó sin saber qué decir. —...y de su mujer. —susurró.

—¿Qué?

—Choi Lee estaba casado, ¿Verdad? —preguntó entusiasmado. JungKook asintió recordando lo que había leído esa mañana y durante las noches anteriores. —Su mujer habría recibido una parte de lo que hubiese heredado.

—Pero si estaban casados por separación de bienes…

—Aunque lo estuvieran a ella le habría beneficiado que SooMin muriese para así disfrutar de la riqueza heredada con su marido.

—Entonces es una sospechosa. —concluyó JungKook.

—No. Es la única que podemos casi afirmar que es inocente.