29. Viuda Choi

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—La viuda se llama Choi MiSuk. Sigue viviendo en la casa que compartía con su marido y parece que no quiere que la molesten. —JungKook asintió a la información que le estaba relatando TaeHyung de camino al hogar de la mujer.

No era nuevo que estuviese corriendo a un lugar sin previo aviso. Aunque la compañía de TaeHyung estaba siendo más bien grata aquella mañana.

—Se negó a hacer alguna declaración ante la prensa aunque YeonJun y su hermana Cho lo hicieron. Ella no quiso hablar o comentar nada y aunque muchos periodistas han intentando investigar por su cuenta e ir a hacerle preguntas en persona esto no ha servido.

—Es una mujer con principios, entonces. —comentó JungKook despreocupado.

Realmente su plan no había sido ir a la casa de la viuda Choi ese mismo día, pero habían decidido aprovechar que era fin de semana y que la mujer estaría en su hogar descansando o llorándole a su marido.

—Algunos periódicos mencionan que es un poco maniática. Los pocos que pudieron hablar con ella tuvieron que mantener cierta distancia de seguridad y ella les hizo quitarse los zapatos y la ropa superficial. —JungKook se sorprendió ante aquello.

—¿Cómo?

—Parece que la señora Choi padece algún tipo de TOC. —JungKook suspiró con pesadez.

—No voy a desnudarme delante de nadie hoy.

—¿Hoy? —preguntó TaeHyung confundido. JungKook supo que en cualquier otro contexto y con cualquier otra persona aquello podría haber sido un comentario con doble sentido. Pero sabía que TaeHyung no diría algo así, ¿No?

—No tengo los abdominales como para enseñarlos. —dijo entonces recordando su pequeño rato de ejercicio matutino.

—¿No?

—Necesito hacer más ejercicio. —murmuró entonces para intentar terminar con la conversación lo antes posible. Comentar que necesitaba hacer más ejercicio no era algo que le agradase.

—Tienes un cuerpo bonito. —respondió entonces TaeHyung dejando sin aire a JungKook que casi abrió la boca de la sorpresa. Ante el silencio que se escuchó después TaeHyung entró en pánico. —Qui-quiero decir, no soy nadie para comentar nada. No te he visto y tampoco es como si yo tuviera el mejor cuerpo, todo lo contrario. Y-yo odio mi cuerpo pe-pero creo que el tuyo es muy bonito. Está muy bien como está quiero decir, yo no…

—TaeHyung, —le cortó antes de que terminara. El chico cerró los ojos y vió como sus nudillos se pusieron blancos de la presión que estaba haciendo sobre sus pantalones. Estaba realmente tensionado. —gracias. —dijo sin más con un tono cálido.

Jennie era algo obsesiva con la imagen y casi siempre que pasaba por alguna temporada en la que no pisaba el gimnasio por trabajo, ya estaba ella recordándole que debía regresar. Si bien es cierto que adoraba el deporte y moverse, siendo esta una de las cosas que más le gustaba hacer en el día, a veces su vida no le daba más horas para gastar en otras cosas que no fueran trabajo o Jennie. Así que aquél pequeño comentario se sintió bien, relajó pequeñas inseguridades que había generado estar con su antigua pareja.

Aunque, pensándolo bien TaeHyung consideraba que su cuerpo era "bonito", no musculoso, ni fuerte, ni sexy. Era un comentario tan delicado como amable. Era posible que a su inspector le pareciese un cuerpo bonito, aunque JungKook no sabía bien por qué. Su cuerpo era promedio, ¿No? Intentaba mantenerse sano y atlético por su trabajo y vocación pero también sabía que las chicas le consideraban sexy. Pero "sexy" casi siempre implicaba sexo y "bonito" no.

Bonito era simple pero aplastante.

—Ahí vive. —le señaló cuando estuvo a punto de pasarse de largo por estar pensando de más. Con un pequeño parpadeo decidió volver a la realidad y dejar de lado sus pensamientos encontrados hacia su superior. Ya tendría tiempo de explorarlos después.
Sin muchos más giros consiguió aparcar el coche enfrente de la casa. Se trataba de una casa individual con jardín delantero muy bien cuidado. La casa se encontraba en una urbanización de hogares muy parecidos y desde luego habitados por personas con gran poder adquisitivo. El hombre de seguridad les había dado mucho la tabarra hasta que por fin les había dejado entrar.

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora