43. Delante de ti

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Después de aquella tarde tan alocada decidieron al fin acercarse a la dirección que les había dado YeonJun.

Sin hablar demasiado pero con un silencio más que cómodo subieron por el ascensor hasta la planta que pertenecía a YeonJun. Las puertas se abrieron de par en par y delante suyo se mostró un enorme pasillo lujoso, limpio y pulido. TaeHyung lo analizó con la mirada y se maravilló de la riqueza inalcanzable para la mayoría de la sociedad. Aunque riqueza manchada de sangre, al fin y al cabo.

Llamaron a la última puerta del pasillo y unos segundos después les abrió YeonJun con un semblante serio pero calmado. Les invitó a pasar con amabilidad y les sentó en su sofá. Él hizo lo mismo delante de ellos y les ofreció tomar café. TaeHyung se sorprendió por la hospitalidad y formalidad del chico cuando odiaba ese tipo de cosas. YeonJun era la persona menos clasista y formal que había conocido en toda su vida, aquello era extraño.

Y aquel comportamiento debió haberle despertado sus alarmas, pero decidió obviarlo.

Al momento de comenzar a comentarle sus avances y preguntarle cómo estaba llevando lo de su padre, el chico se mostró bastante indignado y a su vez impasible. Alegó que no le importaba en lo más mínimo y que no había nada que le haría cambiar de opinión. No adoraba a su familia, era evidente.

—¿No habéis descubierto nada más en estas semanas? —preguntó después de tomar el café. JungKook no lo había pensado dos veces y se había tomado el café (de rico) más rápido de lo que le habría gustado. Estaba notando que algo le había sentado mal, pero tal vez eran las malas vibras que sentía hacia YeonJun. O tal vez el encontronazo con los periodistas.

—Estamos en ello, YeonJun. —le dijo relajado TaeHyung que había bebido poco café y con cuidado. —No hemos parado de trabajar en el caso. Tenemos que desviarnos con otras cosas, como lo de tu padre, para poder conseguir respuestas…

—Eso no explica que la prensa sepa de esta investigación. —TaeHyung hizo un sonido con sus labios. Parecía agobiado por las réplicas del otro pero actuó con madurez.

—Una mujer, la viuda de Lee, me conocía. Se encargó de informar a toda la familia de que yo me haría cargo del caso. Supongo que después de lo de JaeBong, la familia se ha convertido en un punto de mira para la prensa—YeonJun gruñó y desvió la mirada molesto. Su pelo azul ondeó con desparpajo y TaeHyung sintió como si un rayo impactase justo en su columna. Algo no andaba bien. Lo notaba.

—Esa maldita mujer de mierda. —se quejó con las manos hechas puños. —No puede quedarse quieta ni aunque la amenaces...—murmuró con unos ojos oscuros y llenos de un sentimiento que TaeHyung no quería averiguar.

—YeonJun, ¿Hablaste con ella?

—No. Intenté que se quedara fuera, pero no me hizo ni puto caso, por lo que veo. Todos en la empresa estaban prevenidos, supongo. —y con aquello dicho su ceño se frunció y dió una patada al suelo con furia. Parecía un niño pequeño al que no le salían las cosas como él quería. JungKook se molestó un poco.

—Ella fue prácticamente descartada, si eso es lo que tanto te molesta. El resto de los familiares fueron interrogados y tenemos nota de cada uno de ellos. Que supieran o no de la investigación incluso ayudó un poco. —eso no había sido del todo cierto pero la explicación tenía bastante sentido para TaeHyung. A JungKook realmente se le daban muy bien los niños.

—Cierra la puta boca, becario de mierda. —le respondió enfadado —En un principio tú no ibas a ser asignado a este caso...—TaeHyung se quedó impresionado ante aquella respuesta y cuando estuvo a punto de contestar YeonJun continuó —He visto las noticias. La mitad de las niñas mojabragas quieren que te metas entre sus piernas y la otra mitad son mujeres frustradas sexualmente que creen que por ser policía te hace mágicamente bueno en el sexo. —JungKook frunció el ceño, no entendía nada, menos aquella actitud repentina. —Supongo que esos pantalones ajustados te han llevado lejos, ¿Eh?

—¿De qué coño vas? —soltó JungKook muy ofendido.

—¿De qué coño voy? ¿Crees que soy idiota? Estoy seguro que te has metido en los pantalones del Inspector Kim para conseguir ese jodido ascenso, ¿Me equivoco? —JungKook se mantuvo callado y sin saber qué decir—Has sido una distracción para el Inspector Kim desde el principio. —JungKook estaba con la boca abierta, sin voz y sin expresión —¿De verdad crees que alguien tan brillante como TaeHyung no habría descubierto ya quién ha sido el culpable de todo esto con toda mi ayuda? Es más que claro que algo le ha frenado, algo le está retrasando y ese algo eres tú, oficial inútil. —el mencionado estaba patidifuso. No sabía cómo defenderse, qué decir o siquiera qué hacer. —¿De verdad crees que mis hombres no te investigaron cuando fuiste asignado al Inspector Kim? —preguntó con ironía—Todo el mundo en la oficina dice lo mismo de ti: "la puta del Comisario Kim", "el chupapollas del Comisario Kim". Nadie cree que estés ahí por tu talento, sino por tus habilidades con la boca y el culo. Y me has demostrado que es así, puto gilipollas.

—Ya basta —soltó TaeHyung cortando a YeonJun.

—No me hables así después de que te haya chupado la polla. —contestó. —Si eres un marginado social que se satisface con su propia mano no es mi puto problema. —con aquello dicho TaeHyung se levantó del sofá y le encaró.

—Todo lo que has dicho está fuera de lugar. No es manera de tratar a un oficial y menos a nosotros. Estamos investigando esto por ti, YeonJun. Te recuerdo que es un caso cerrado. —YeonJun puso los ojos en blanco y frunció los labios con molestia. Parecía aburrido de la conversación.

—Mis padres no están pero sigo recibiendo broncas. Qué ironía. —se rió con algo de sarcasmo mientras TaeHyung le observaba sin comprender ni reconocer a la persona que estaba sentada en frente suya.

—Escúchame TaeHyung, y escúchame bien. —le dijo con un tono amenazante —Esperaba de ti mayor discreción, mayor cuidado y muchísima más rapidez de la que he visto. Desde que empezaste a hacer migas con el oficial Jeon nos hemos comunicado menos, has perdido contacto conmigo y si no hubiera sido por mis hombres que os seguían no habría sabido nada.

—¿Ordenaste a hombres que nos siguieran? —preguntó impresionado y molesto.

—Algo que aprendí de mi madre es que cuando diriges un rebaño de ovejas no puedes dejar que ninguna se descarrile. Si te seguí fue porque no sabía nada de mi caso.

—No puedes hacer eso, YeonJun. Y deberías disculparte con el oficial...—se sintió ligeramente mareado y trastabilló. YeonJun rió en la lejanía. TaeHyung perdió por un segundo el equilibrio.

—Se te ha acabado el tiempo, Inspector Kim. —le escuchó murmurar antes de que todo se volviera negro y perdiese al completo el conocimiento.

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora