37. Familia

29 2 0
                                        

JungKook realmente no se lo había pensado dos veces cuando un TaeHyung medio recuperado le había pedido que le llevase al cementerio de Busan. 

El chico había pasado todo el día anterior y la noche ingresado, en observación. Sus golpes no eran especialmente graves, pero considerando que tenía múltiples cicatrices y antiguas heridas, los médicos decidieron observarle durante un tiempo para asegurarse.

Esa mañana sin embargo, TaeHyung había decidido que no quería quedarse más tiempo en esas cuatro paredes y le había pedido que le acercase al cementerio más cercano con la finalidad de visitar a unas personas que hacía años no veía.

TaeHyung no tenía planeado aquello, pero después de los acontecimientos vividos, necesitaba verles. Necesitaba contarles lo que había ocurrido y llevarles flores después de tanto tiempo. 

Por ello ahí estaban, ambos delante de cuatro lápidas que se alzaban de manera amenazante. JungKook nunca había tenido a tantos familiares reunidos en aquel lugar y decidió no comentar nada. 

TaeHyung estuvo unos segundos con los ojos cerrados, contándoles mentalmente a sus hermanos todo lo que había ocurrido y asegurándoles que estaba bien. También se encargó de halagar en muchas ocasiones a JungKook y a JiMin por todo lo que habían hecho para sacarle de allí. Estaba seguro que sus padres se cansaron de oírle repetir lo mismo una y otra vez. 

Cuando ya hubo terminado, JungKook estaba colocado detrás de él y con un movimiento ligero apoyó su cabeza sobre su hombro, descansando por un momento. El chico le rodeó un poco con el cuerpo, sin ser agobiante o posesivo. Casi ni le estaba tocando pero TaeHyung podía sentir su calor y presencia y, al contrario de lo que había ocurrido en otros casos, le reconfortó. 

—Ellos son mi familia. —comentó en un susurro que casi se llevó el viento. —Los perdí hace muchos años. Cuando era apenas un niño...—JungKook se mantuvo en silencio y asintió. —Seguro que recuerdas el desastre del edificio San...—JungKook asintió. —Yo vivía ahí, antes de que ocurriera el accidente y durante. 

—Comenzó un incendio en el edificio, ¿No? —TaeHyung no movió su cabeza, pero su falta de objeción fue suficiente. 

—Algunos dicen que fue provocado, otros que fue un accidente. Con los años he decidido no pensar en ello...—respiró hondo leyendo los nombres de sus familiares—Ese edificio aplastó a mi familia. Pero a mí no. —sus cejas se fruncieron—Acabé enterrado entre escombros y paredes, con los cuerpos de mis hermanos al lado. Muertos—se detuvo entonces rumiando aquella odiosa palabra. Después cogió aire y continuó— Tardé un día entero en salir de aquél lugar y durante todo ese tiempo, sus cuerpos estuvieron a mi alrededor, destrozados y sin vida… —JungKook tuvo la necesidad de acercarse un poco más para ofrecerle mayor apoyo al chico. TaeHyung sonrió ligeramente —A los casi tres días de estar encerrado bajo cadáveres y escombros, me rescataron y me salvaron la vida. Sufrí quemaduras horribles y roturas que podrían haberme dejado con alguna secuela, pero todo fue curable...—suspiró—Algunos me llamaron milagro por sobrevivir a aquella catástrofe pero, ¿qué clase de milagro es este si has visto morir a tu familia, si ya no te queda nadie que te quiera en este mundo?—sus ojos se aguaron un poco destrozando el corazón de JungKook. —Así que me gasté en mi salud prácticamente todo el dinero que mis pobres padres habían ganado. Las operaciones fueron caras. Y después el resto lo invertí en sus hogares eternos. —JungKook sonrió un poco cuando su primera lágrima cayó por su mejilla. Ni siquiera intentó quitarla o enfadarse consigo mismo por mostrarse débil ante TaeHyung. Ya no le importaban esas cosas. Ese momento con su inspector era único y sabía que no había vuelta atrás. —Los familiares restantes que tenía eran tan lejanos que ni asistieron al funeral. Y yo, al poco tiempo estaba en la calle viviendo, o intentando sobrevivir...—se apartó de JungKook al escucharle absorber por la nariz — En la calle fue donde conocí a YoonGi. En esos tiempos varias bandas juveniles intentaron reclutarme, pero conseguí evitarlo. Poco después YoonGi me ofreció protección y me cuidó. Me dió trabajo y de ahí comencé a ganar dinero. Entonces fue cuando descubrí cuál era mi pasión y me decidí en luchar por ella. —su tono se animó ligeramente al mencionar la mayor sus pasiones: su trabajo. Ese pequeño detalle consiguió levantar un poco los ánimos de ambos—Conseguí ahorrar con ayuda de YoonGi para la universidad y me inscribí.—TaeHyung se encogió en su lugar y una sonrisa tímida se instaló en sus labios— Supongo que el resto tú y la viuda Choi ya lo sabéis...—JungKook rió entonces entre sus lágrimas. TaeHyung levantó sus manos, aún amoratadas y cubiertas con vendas y tiritas, hasta que acunó su rostro. Le quitó con delicadeza las lágrimas que no dejaban de caer, rozando su piel con tal cuidado que JungKook quiso llorar aún más. 

—JungKook...—le llamó con un tono extraño—Tú te sinceraste conmigo, estoy haciendo lo mismo...—JungKook sonrió de nuevo aunque le dolió. 

—Pero... TaeHyung...—casi no podía hablar por el nudo que tenía en su garganta. —No te mereces eso. Nadie lo hace.—TaeHyung continuó sosteniéndole el rostro mientras con sus pulgares se llevaba sus lágrimas. —Y sobre todo, no te mereces que personas como yo te traten como lo hice cuando nos conocimos. —entonces fue el turno de TaeHyung de reírse con un ligero sonrojo en sus mejillas. 

—No quiero que cambies, JungKook —le dijo sinceramente. —Porque has aprendido a lidiar conmigo a pesar de mis rarezas, sin saber de dónde provienen. —JungKook rió. 

—Y tú con las mías, Inspector Kim. —ambos sonrieron apreciando ese pequeño sentimiento que se estaba adueñando del momento. Esto fue así hasta que JungKook paró de llorar y TaeHyung consideró que ya no tenía excusa para mantenerse cerca de su compañero. Así que se alejó con un poco de vergüenza. JungKook le imitó sin entender demasiado la repentina lejanía. 

Estuvieron unos minutos más observando las lápidas. En ese tiempo TaeHyung le explicó a JungKook de quién era cada lápida, qué era lo que recordaba más de ellos y sus gustos, aficiones y vida. JungKook escuchó fascinado y sin abrir la boca. Debía aprovechar aquél pequeño resquicio del corazón de TaeHyung al máximo. Debía y quería saber todo de su inspector.

—Siempre he adorado a mi hermano pequeño, era un granuja...—sus palabras se fueron muriendo poco a poco hasta que JungKook dió con lo que había captado la atención de su inspector. Unas cuantas lápidas más allá se encontraba un nombre demasiado conocido por ellos. Algo que tal vez no era momento ni mucho menos lugar donde encontrarlo. 

—¿Qué? —preguntó JungKook al aire. Porque realmente no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. ¿Aquello era real o era una mera coincidencia del destino? 

TaeHyung no esperó a decir nada más y caminó decidido hasta la lápida vieja y claramente poco cuidada. Ahí, delante suya se alzaba el hogar eterno de Choi YeonJun. 

—No tiene sentido. —soltó JungKook sin realmente saber qué decir. 

—Puedes nombrar a tu hijo con el mismo nombre si uno de ellos ha fallecido. —JungKook se mantuvo con su expresión perdida y perpleja. 

—¿SooMin tenía otro hijo? —preguntó alucinando, aunque las fechas de la lápida se lo estaban diciendo. 

—Un hijo mayor, el primero de todos. Y murió hace mucho tiempo, por lo que parece. —JungKook hizo cuentas con las fechas de nacimiento. Este hijo perdido había fallecido unos pocos años después de nacer Cho. Lo que significaba que ella no podía saber absolutamente nada de la existencia de un hermano mayor. 

—Esto explica que todo el imperio Choi esté en manos de YeonJun. Y no de su hermana mayor, a quién le correspondería por edad. 

—Esto no lo sabía ningún familiar. Ni siquiera Hana o Cho. 

—O al menos no lo creían importante para la investigación. Sólo querían llevarnos hacia JaeBong, probablemente para conseguir justicia por la muerte del patriarca Kang. —TaeHyung llegó a conclusiones muy rápido. —De cualquier manera, esto abre otra línea de investigación. Debemos saber quién era Choi YeonJun, cómo murió y bajo qué circunstancias. —TaeHyung asintió observando la lápida y sacando su libreta. —Esta familia parece que adora la venganza así que veremos si su muerte no fue por un ajuste de cuentas familiares…

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora