Capítulo 32

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    Sin pensarlo dos veces, voy tras ellos sin importarme que me miren como a un loco, no pienso perderles el rastro ni por un segundo.

    Van unos metros delante de mí y los veo entrar a una habitación. No pienso esperar a que me avise nada Carlos, cuando llego frente a la puerta, estoy a punto de abrirla cuando se abre frente a mí y aparece mi amigo ante mis ojos.

    -¿Qué crees que haces? estaba a punto de ir a buscarte.- dice susurrando y cerrando la puerta a sus espaldas.

    -Dime ahora mismo qué mierda está pasando aquí. ¿De dónde la conoces?- le digo furioso.

    -Luego te contaré todo, ahora entra ahí y por todos los cielos no vayas a querer abrir la boca, no dejes que te vea porque te arrepentirás, te lo aseguro. Disfruta esta noche y luego te diré cómo encontrarla.- dice todo junto y prácticamente me empuja dentro de la habitación para cerrar la puerta a mis espaldas.

    Una vez dentro, veo varias cortinas rojas que van del techo al suelo cubriendo el lugar casi por completo, solo se distingue una puerta que debe ser el baño y a un lado de la puerta hay una mesa donde se pueden tomar preservativos y toallas limpias.

    Lentamente me acerco hacia las cortinas y al correrlas, me encuentro con una enorme cama rodeada de postes de acero a los lados y uno que lo atraviesa por encima y ahí está mi diosa, con las manos esposadas sobre su cabeza atravesando el caño y los ojos vendados. Aún vestida y expectante esperando que me acerque.

    -Enciende el reproductor.- dice y cómo podría explicar la emoción que sentí cuando escuché por fin su voz. Quisiera decirle que la llevo atada a cada latido de mi corazón, pero me quedo en silencio.

    Sé que en cuanto escuche mi voz será consciente de que soy yo, aunque tengo la esperanza de que recuerde mi aroma, mis caricias, mi piel y mi forma de hacerle el amor. Pero creo que me costará horrores ser gentil y tomarlo con calma, llevo deseándola demasiado tiempo como para controlarme.

    Y el tema que comienza a sonar, me hace saber que no desea que le haga el amor en este momento..

Como un río, como un río...
Cierra la boca y recórreme como un río.
¿Cómo nos enamoramos?
Más fuerte de lo que una bala
podría golpearte.

¿Cómo nos derrumbamos?
Más rápido que el pasador de un gatillo.
No lo digas, no lo digas...
Un suspiro solo va a romperlo,
así que cierra la boca y recórreme como un río
cierra la boca cariño, quédate y entrégate.

Tus manos benditas,
¿Me harán cometer un pecado?
Como un río, como un río...
Cierra la boca y recórreme como un río.

Ahoga este amor
hasta que las venas comienzan a temblar,
un último aliento
hasta que las lágrimas empiecen a secarse.

Como un río, como un río,
cierra la boca y recórreme como un río
Cuentos de un corazón sin fin,
maldito es el tonto que está dispuesto,
no podemos cambiar lo que somos
un beso a distancia de matar.

No lo digas, no lo digas...
Un suspiro solo va a romperlo,
así que cierra la boca y recórreme como un río
cierra la boca cariño, quédate y entrégate.

    Sin demorar ni un segundo más, me acerco parandome a su espalda y sé que siente mi presencia porque cuando hago a un lado su cabello y acerco mi rostro para aspirar su aroma, ese que me cautivó por completo desde el primer momento que la tuve cerca, ese dulce olor que quedó grabado a fuego en mi memoria vuelve a hacerse presente y no puedo evitar cerrar mis ojos disfrutando el momento mientras acaricio con mi nariz su cuello haciendo que se estremezca y separe sus labios en busca de aire.

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora