Capítulo 50

10.7K 602 76
                                    

    Cómo puede alguien siquiera intentar dormir después de esas palabras que prometen tanto placer que hace que mi imaginación vuele y cientos de imágenes se formen en mi mente pensando en lo delicioso que será probar la miel de ese cuerpo todo el fin de semana.

    "Ese pensamiento me da algunas ideas, bueno señor Cook, si quiere probar lo que es bueno....? Yo le enseñaré lo que es hacerse adicto a alguien, este es el comienzo de MI juego Apolo Cook... Espero que estés preparado." pienso y para que no vea la maliciosa sonrisa que se dibuja en mis labios, me doy vuelta en la pequeña cama para darle la espalda.

    Fingiendo estar profundamente dormida, y aprovechando que pasa su brazo por mi cintura, tomé su mano y la llevo hasta mi pecho para aferrarme a ella como si fuera uno de los ositos de felpa de Sele, pero con toda la intención de que ésta quede rodeando uno de mis pechos. Obvio que no se esperaba eso, porque al entrar en contacto con esa tierna porción de mi cuerpo, por más que esté su mano por encima de mi camiseta, un suspiro escapa de sus labios e instintivamente me aprieta más contra su pecho, pero tampoco imaginó que junto con ese arrastre, levantaría mi trasero para pegarlo a su polla que ya estaba despertando.

    Esta vez en lugar de un suspiro, fue casi un gemido el que se le escapó cuando sintió mi trasero entrar en contacto con su creciente erección. Por mi parte, mantengo mi cuerpo relajado para que no presienta que estoy despierta, ya que si lo supiera, acabaría con la diversión de saber cuánto más lo puedo provocar sin que quiera interrumpir mi sueño para hacerme el amor.

    Lentamente, segundo a segundo, siento como su respiración se acelera en mi cuello, el calor de su cuerpo traspasa nuestras ropas y su polla está cada vez más dura presionando contra sus pantalones de chándal que no lo ayuda para nada esa tela tan fina para intentar controlar su enorme excitación. Y al sentir un espasmo involuntario que hace que se mueva contra mi trasero, aproveché el momento para quebrar mi cintura y pegar mi trasero aún más soltando casi un ronroneo de mi parte y él gruñe en mi oído, cierra su mano entorno a mi pecho y empuja hacia adelante con su cadera buscando más fricción.

    Pienso que ya no le queda tanto autocontrol, y lo confirmo cuando un nuevo movimiento de su polla contra mi trasero, éste completamente voluntario, para que yo vuelva a responder.

    Entonces meneando suavemente mi trasero y fingiendo querer acomodarme, él aprovecha para usar la mano que pasa por debajo de mi nuca, la dobla, se cuela por el cuello de mi camiseta y entra en contacto directo con mi pecho haciendo que él suelte el aire que estaba conteniendo al sentir la dureza de mi pezón respondiendo a su entrometida mano y es cuando se termina su autocontrol.

    Comienza a masajearlo mientras que su otra mano que ahora puede deslizarse libre por mi cuerpo, va bajando por mi cintura, mi abdomen hasta llegar a mis caderas y cerrar su brazo para pegar aún más mi trasero a su dura y ya lista erección manteniéndome inmovil. Pero al ver que no me quejo ni me muevo, su respiración comienza a acelerarse más y a dejar suaves y delicados besos en mi nuca y cuello al momento en que su mano libre empieza a colarse debajo de mi remera para acariciar mi abdomen y luego emprender un viaje hacia el sur por debajo de mis pantalones.

    Lo que no creyó, era que se encontraría con mis bragas completamente húmedas de la excitación que me está provocando la situación, y ahí es cuando se da cuenta que en realidad no estaba dormida, sino que lo estaba provocando a propósito.

    -Maldición preciosa, estabas torturándome conscientemente y yo creyendo que me estaba volviendo un depredador por desearte tanto mientras dormías.- gruñe contra mi cuello mientras intensifica los besos y muerde el lóbulo de mi oreja.

    -Mmm... Nunca te fíes cuando duermes con una mujer a la que le haces ciertas promesas creyendo que no te oyen Bichito, ahora tendrás que solucionar lo que tú provocaste.- le digo con voz sensual mientras muevo mi cadera en círculos para que mi trasero se restriegue contra su polla y su mano haga lo mismo con mi clítoris cuando uno de sus dedos se abre paso en mi interior haciendo que el calor y el placer crezcan en mi interior.

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora