Capítulo 49

10.4K 657 124
                                    

    Diana

    Necesitaba salir de ese cuarto, lo estaba deseando mucho, despertar entre sus brazos y con sus mimos fue lo más lindo del mundo, lo que lo hizo perfecto fue tener a nuestra pequeña entre nosotros, aferrada al fuerte pecho de su padre como si fuera suyo. Creo que nunca creí sentir celos de mi pequeña, pero debo reconocer que también querría dormir sobre esa montaña de músculos bien marcados...

    "Dios, si seguía a su lado, mi deseo haría que termine despertando a mi niña de su placentero sueño para poder hacerlo mío una vez más."

    Entramos con Jaz a la cocina y ya nos encontramos con Kath y Eros preparando el desayuno juntos, la imagen que dan esa pareja es la imagen del amor, la complementación de dos almas que se admiran, se respetan, se protegen una a la otra. Desprenden un aura que transmite paz y amor en el estado más puro que existe.

    Solo hay que verlos para desear que la vida te dé la posibilidad de vivir un amor tan puro como el que se profesan cada vez que se miran a los ojos, que se acarician suavemente o simplemente se toman de las manos.

    -¿Diana, querida estás bien?- Kath me saca de la nube delirante en la que estaba mientras seguramente los miraba con una tonta sonrisa en los labios.

    -Si, perdón, me perdí en mis pensamientos.- le digo tímida y ella solo me sonríe mientras me hace señas de que me acerque aprovechando que su esposo y Jaz salen de la cocina para llevar el desayuno al comedor.

    -Ven preciosa, veo en tus ojos un brillo especial esta mañana. ¿Se han arreglado las cosas con él muy complicado de mi rayito de luz?- dice con una sonrisa pícara en los labios y sé perfectamente a que se refiere.

    -Si, creo que ya hemos solucionado nuestras diferencias. Pero al ver el amor que se tienen ustedes, parece algo salido de un cuento de hadas.- le digo sincera.

    -No creas que hemos llegado a esto de un día para otro, pasamos por varios infiernos antes de poder confesarnos nuestros sentimientos abiertamente y te juro que no fue nada sencillo.

    ...En mi experiencia personal, llegué a creer que la vida me dijo: "Serás feliz, pero primero te haré fuerte. Tan fuerte que el que te haga daño se arrepentirá" El día que te ví sobre el escenario, cantando esos temas con tanta pasión y dolor a la vez, supe que teníamos más en común de lo que creía, también supe que el que te había hecho daño era mi propio hijo, y créeme que ese hombre se arrepintió desde el mismo instante en que se dio cuenta que te había perdido.

    ...Estoy feliz de que haya elegido para su vida a una mujer como tú, porque tú sabes lo que vales y siempre consigues lo que mereces, eres consciente de que la vida te pone obstáculos pero los límites siempre los pondrás tú. Aférrate siempre a lo que te hace diferente al resto Diana.- dice y casi me hacen llorar esas palabras.

    -Agradezco tus palabras Kath, pero en realidad no sé si soy tan fuerte como crees, para ser honesta, no sé dónde está mi cabeza últimamente, a veces me siento tan cansada... Porque un día estoy feliz y al otro me siento completamente rota, solo quiero ser feliz y vivir lo que me quede de vida, pero parece que eso nunca va a pasar, porque haga lo que haga, siempre habrá algo o alguien que lo arruina.- le digo bajando mi rostro hacia mis manos que tiemblan porque en realidad temo que la felicidad que estoy sintiendo en estos momentos sea pasajera.

    -Diana, querida, no pienses de esa manera. Tú eres una buena persona, y la gente buena no cambia, ¿sabes por qué?... Porque a pesar de las heridas recibidas, ellos siguen pensando con el corazón.

    ...Dios, veo tanto de mí en tí que entiendo porque mi marido te tiene tanta estima y mi hijo te ama de esa manera.- dice y me deja muda con sus palabras, creo que temo preguntar qué piensa el Sr. Cook de mí.

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora