Capítulo 11

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Con solo cruzar la puerta, los nervios se apoderan de mi sistema, no sé si seré capaz de hacer esto. No es lo mismo subirse a hacer karaoke donde cualquiera canta, a ser presentada como una cantante profesional, en donde el más mínimo error o desafinación será juzgado o peor aún, abucheado.

Sin ser consciente de lo que me rodea, estoy empezando a temblar y cuando siento un toque en mi brazo hace que dé un salto en mi lugar del susto.

-Tranquila diosa, me alegra mucho que por fin hayas llegado. Ya comenzaba a creer que no vendrías.- me sorprende la voz de Matías, el dueño del bar que se acercó sin que lo notara.

-Lo siento, estoy un poco nerviosa.- digo con una sonrisa tímida.

-No tienes de qué preocuparte, sé que harás un excelente show esta noche.- dice y de pronto mira a mi alrededor buscando algo.

-¿Qué sucede?- pregunto.

-¿Has venido sola? Pensé que tu novio te acompañaría.- dice sorprendido.

-Eh... Si, vine sola. Y él no es mi novio, solo es un compañero del colegio.- digo mirando mis manos con un poco de vergüenza.

-Guau, no parecía que fuera tu amigo cuando vino a hablar conmigo al otro día de que les hiciera mi oferta. Es más creo que hasta sentí un poco amenazante su voz cuando dejó en claro que mantuviera mis manos alejadas de tí.- dice con diversión en su voz haciendo que me sonroje.

-Lo siento.- le digo con una sonrisa tímida pero con un poco de tristeza en mi interior, porque las cosas no resultaron como creía. Pensé que estaría aquí conmigo alentandome y diciéndome que todo saldría bien.

-Bueno, no te pongas triste preciosa.- dice Matías sacándome de mis pensamientos. -Necesito que estés plenamente enfocada en el escenario esta noche y que des lo mejor de ti. Le darás la bienvenida al público y abrirás el karaoke cantando dos temas, el primero lo eliges tú y el segundo por la mesa que más haya consumido. Eso se anunciará antes del comienzo del show para que le dé tiempo a los clientes de ordenar tragos para escuchar el tema que deseen de tí.- dice y me deja pensando un segundo.

-Un momento, ¿Y si no me sé el tema?- le pregunto un poco temerosa.

-Tranquila preciosa, este es un bar de karaoke, todos los temas que te imagines están cargados en nuestra pista.- dice con una sonrisa tranquilizadora.

-Espero no hacer el ridículo entonces.- susurro soltando una pequeña risa tímida sintiendo el calor en mis mejillas, y siento cómo se intensifica cuando veo que está mirándome directamente con una sonrisa en los labios.

Mirándolo detenidamente, me doy cuenta de que es bastante guapo.

Tiene unos intensos ojos oscuros, piel bronceada naturalmente, su cabello es de un color chocolate con un corte moderno. No creo que sea mucho mayor que yo, una barba de un par de días y una sonrisa... Guau una sonrisa que promete hacerte perder la conciencia si la mantiene demasiado tiempo fija en tí.

Despego mis ojos de su boca cuando veo que se lleva una mano a su cabello para rascarse la cabeza como si lo estuviera incomodando...

Sí, lo sé, pero es que no lo puedo controlar cuando mis ojos se encuentran con un cuerpo bien trabajado, los músculos de sus brazos se ven a simple vista gracias a la playera blanca que lleva que también deja entrever parte de su pecho por el cuello ancho que tiene.

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Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora