Capítulo 33

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    Diana

    Necesitaba que saliera de la habitación, necesitaba que el aire volviera a ingresar a mis pulmones porque me estaba asfixiando, sentí su presencia y su mirada desde que entré al maldito club, esa intensa mirada que me hacía erizar cada bello de mi maldito cuerpo, pero creí que me estaba volviendo loca.

    Cuando se apareció ante mí el abogado al que consulté hace unos meses, creí encontrar lo que necesitaba para olvidar por un momento la soledad y el vacío que me invade desde hace años intentando llenar un lugar que nunca nadie más ocupo.

    Sé que la solución no es pasar la noche con desconocidos en un exclusivo club de sexo por más controlado y seguro que sea, pero siempre creí que tal vez podrían calmar la necesidad, pero hay vacíos que no se pueden llenar.

    Estoy en una etapa en la que no sé qué hacer conmigo, no quiero nada con nadie y al mismo tiempo necesito que venga alguien y me dé la vuelta a todo, pero nunca creí que en esta habitación apareciera el mismo motivo de mis sueños y pesadillas.

    Con solo cruzar la puerta, sentí su presencia, su intensa mirada recorriendo mi cuerpo, su perfume llegó a mi nariz en el mismo momento que sentí sus pasos acercándose a mi cuerpo, y cuando me tocó... Cuando sus manos tocaron mi cuerpo, parecía estar en un sueño, sentí que mis sueños se volvían realidad, las veces que soñé con volver a sentir sus manos recorriendo mi cuerpo, su boca en mi piel, en mis labios y me moría por que me bese, pero si se lo permitía comenzaría a llorar como una niña pequeña con un ataque de histeria.

    Mi cuerpo lo reconoció al instante y respondió a él como si fuera su maldito dueño, intenté resistirme, pero me rendí a su boca entre mis piernas, a sus caricias y a su perfecta polla que encaja como ninguna otra en mi interior logrando que consiga llegar a los orgasmos más intensos que no sentí jamás.

    Es por eso que le pedí que se retirara cuando al fin pude articular palabra, agradezco haber tenido la venda para que no vea las lágrimas rodando fuera de mis ojos. Necesité unos minutos más para poder quitarme la venda hasta estar completamente segura de que estaba sola nuevamente. Tenía que bañarme, quitar su olor de mi cuerpo, pero al levantarme de la cama y ver la nota que dejó sobre la mesa a un lado del baño, me dió un golpe de realidad que opacó toda la nostalgia y el sentimiento de añoranza que comenzaba a invadirme.

 Tenía que bañarme, quitar su olor de mi cuerpo, pero al levantarme de la cama y ver la nota que dejó sobre la mesa a un lado del baño, me dió un golpe de realidad que opacó toda la nostalgia y el sentimiento de añoranza que comenzaba a invadirme

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    Es muy hipócrita de su parte decirme que me extraña y que le duele, él no sabe el verdadero significado de dolor y sé que ahora que me encontró hará todo lo posible por seguir acercándose y eso no se lo voy a permitir. No volverá para lastimarme ni a los que amo, no esta vez.



    Decidida a no pensar más en él, me preparo para mi show cuando regreso a mi bar. Tenía planeado cantar unas canciones románticas esta noche, pero mi estado emocional no me lo permite.

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora