Capítulo 3

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    -Srta. Swits, necesito que me acompañe a mi oficina.- dice la Sra. Heck haciendo que los dos hombres frente a mí desvíen su atención hacia ella y reaccionen volviendo cada uno a lo suyo, Polo a su asiento y el profesor a su escritorio.

    Sin perder tiempo y con tal de salir de este lugar, comienzo a caminar hacia la oficina de la Sra. Heck.

    No sé por qué motivo me llamará, bueno en realidad me hago una idea, seguramente me va a reprender por haber golpeado uno de los casilleros o por agredir a Alisson, o por no traer el uniforme completo... o por todo junto...

    -¿Srta. Swits, sabe por qué motivo la he citado en mi despacho?- dice haciéndome señas que tome asiento delante suyo.

    -Emm... ¿Puede ser...?- digo fingiendo inocencia.

    -No juegue conmigo Srta. sabe perfectamente porque la he citado. ¿Por qué no trae las medias del uniforme, está intentando seducir a algún profesor?- pregunta seria.

    -¡NO! Cómo cree, sería incapaz de hacer una cosa como esa.- digo alarmada.

    -¿Cuál es el motivo entonces?- dice y no me queda otra que decirle la verdad, prefiero quedar como una tonta antes de que crea que me interesa coquetear con un profesor.

    Soltando un suspiro de cansancio comienzo a hablar.

    -Me desperté tarde esta mañana y no pude preparar el otro uniforme para llegar a tiempo, no me quedó otra que ponerme este y sinceramente las medias no tengo ni idea donde están porque no suelo usar la falda ya que me hace sentir incómoda.- digo bajando la vista a mis manos que se retuercen nerviosas.

    -Bueno, eso se puede solucionar.- dice y se levanta para sacar de un armario a sus espaldas un nuevo par de medias negras y me las entrega.

    -Gracias.- susurro un poco avergonzada y las pongo en mi bolso, me las pondré luego en el baño.

    -Ahora dígame ¿Por qué agredió a la Srta. Lombardo?- vuelve a interrogar.

    -Ella me molesta constantemente y me agredió primero.- le digo mostrando los arañazos en mi brazo. -Debería agradecer que no le devolví el gesto y solo golpee un casillero.- termino de decir cuando el enojo vuelve a mi al recordar las marcas que dejó en mi piel.

    -Es por eso que está aquí Srta Swits, me sorprende y me asusta la forma en la que golpeó ese casillero, no me extrañaría que tuviera algún hueso roto y temo que la próxima vez sea la cara de algún compañero la que quede como el pobre casillero que tiene su puño marcado en él.- dice un poco enfadada.

    -Lo siento, prometo que no volveré a reaccionar.- le digo, pero sé que es mentira. Porque es casi imposible no reaccionar a las provocaciones de Alisson.

    -No me alcanza con una disculpa Srta. Swits, si no quiere que le informe de lo ocurrido esta mañana a sus padres, deberá hacer algo al respecto.- dice y el terror se reflejó en mi rostro cuando escuché esas palabras. Si mis padres se enteran, creo que literalmente podrían matarme.

    -Lo que sea con tal de que no hable con ellos.- le digo con la voz temblorosa y parece que me comprendiera por un segundo, porque tras un corto silencio me tiende una tarjeta.

    -Tendrá que asistir una vez por semana a la consulta con el terapeuta de la escuela al menos por lo que queda de este año.- dice mientras miro en la tarjeta, Dr Bruno Gael. Psicoterapeuta.

    "Joder no quiero ir a terapia, quisiera tirarle la tarjeta por la cabeza y salir de aquí, pero eso solo me cavaría mi propia tumba porque irá directo a acusarme con mis padres"

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora