Capítulo 1. Orgullosos

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- Altagracia terminaste de trapear el piso? – preguntó la dueña desde el mostrador, ya que andaba contando el dinero

- Si señora, guarde y ordene los productos para el cabello – aparece con su mochila en la espalda – Me puedo retirar?

- Si – asiente volviendo a contar el dinero – Vete a casa, seguro tus padres están preocupados, toma mucho cuidado niña, recuerda que están esos bandalos que raptan jovencitas

- Un amigo me acompaña a casa todas las noches, trabaja por aquí también -- sonríe leve -- Nos vemos mañana señora

- Si nos vemos mañana -- concuerda





Afuera me esperaba César, el trabajaba en una tienda no muy lejos de la peluquería, eramos vecinos por lo que podía acompañarme sin ningún problema, a veces me molestaba un poco, todo el tiempo con esa sonrisa estúpida en la cara incluso cuando me miraba, hacía que quisiera golpearlo, en fin los dos nos fuimos por el camino de siempre para esperar el autobús, estábamos algo lejos de nuestro barrio claro que aún podías ir caminando la cosa es que yo tenía miedo, ese grupo de tipos que estaba aterrorizando a la ciudad me causaba mucho temor.

Mataban a los testigos, violaban a las mujeres, se llevaban a algunas y luego aparecían muertas varios días después, la policía no hacía nada para atraparlos por eso las personas comenzaron a portar armas por si acaso pero eso sólo empeoró las cosas, ahora esos infelices también las tenían. El autobús no tardo mucho en llegar por suerte, se estaba haciendo tarde, no quería a mi mamá toda preocupada, mantuvimos una charla tranquila hasta que llegamos a nuestra parada, el me había contado que tal iban las cosas en su empleo.

Al parecer no era muy diferente al suyo en el supermercado tampoco ganaba la gran cosa, al llegar se despiden justo en la puerta de la casa de Altagracia, rápidamente atravesó el portón que te llevaba al jardín delantero, pasabas por un caminito de piedras y llegabas a la puerta, saco sus llaves e ingreso a casa, su mamá andaba en la cocina comenzando con los preparativos para la cena pero al verla sonrió grande yendo a recibirla con un abrazo apretado, justo en ese momento apareció su padre quien también se alegro mucho al verla ya segura en casa.





- Tuvieron algún problema para llegar? – la toma de los hombros

- No mamá – sonríe negando – Llegamos bien, nadie nos siguió ni mucho menos, puedes estar tranquila que no me paso nada ni a César

- La verdad es que me tranquiliza un poco que vengas acompañada – se inclina para abrazarla de nuevo – Vete a dar una ducha para despejarte un poco, voy a preparar la cena y estoy segura de que te va encantar

- Ahorita voy y te ayudo ma – la mira a los ojos cuando le suelta

- No, ni pensar, esta cena es para mis amores, aprovecha para charlar con tu papá – avisa antes de separarse y volver a la cocina

- Hola papito bello – va a el – Cómo te sientes hoy?

- Mejor hija -- soba su hombro -- Y tú? Estás bien? Andas trabajando mucho

- Estoy bien – le da un beso en la mejilla – Papito, no quiero que te preocupes, ni que mamá lo haga

- Es que somos tus padres chiquilla – sonríe – Siempre vamos a preocuparnos por ti

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