- Deje de hablarle así a su bebé – se le acerca
- Estás quitándome el apetito – rueda los ojos – Y por José Luís no te preocupes, me invitaron a un desfile, iré pronto a la capital, si quieres venir conmigo ándale
- Me preocupo por ti nada más, ese bebé necesita a su mami de mejor humor o luego saldrá amargado – advierte
- Mejor así eh, jodera a su padre hasta el cansancio – termina su té
- No se puede contigo! – se rinde yendo a la cocina
- Eso dicen – sonríe
Durante esa semana se la paso diseñando unas piezas para aquel desfile, trabajo en conjunto con sus costureras para tenerlas listas mientras que los demás diseños también estaban siendo confeccionados en la capital, sólo que se encargo de los que realmente necesitarian de su atención, así la siguiente semana después de que Mónica rogara un montón Yesenia le permitió irse con Altagracia para ver el desfile, se perdería un día de clases pero cómo estaba yéndole tan bien le concedió el permiso, siempre y cuando que aquel comportamiento en el colegio se mantuviera al regresar.
- En serio Altagracia, no la vayas a perder de vista – pide
- Tranquila, no dejaré que se escabulla por ahí – asegura mientras observaba como ponían las cosas en la avioneta – Cuidado con esas cajas! No pueden maltratarse!
- Qué llevas ahí? – indaga
- Vestidos, mañana empieza el desfile – se gira – Mónica deja de jugar con ese gato! Despídete de tu madre que enseguida nos vamos
- Voy! – deja al gatito
- Ya andas practicando? – ríe negando
- No te metas conmigo que ando estresada antes de cada desfile, paciencia no tengo, adiós Yesenia! – va a la avioneta – No se tarden! Que tengo muchas cosas por hacer a penas aterricemos!
- No la hagas enojar – advierte dándole un abrazo – Es capaz de mandarte de regreso en una caja
- Está bien – ríe – Te amo mamá, regresaré pronto
- También te amo corazón – besa su cabeza – Llama cuando llegues por favor
- Lo haré – sonríe y corre a la avioneta
- Doña, tenemos todos listo para despegar – informa por el micrófono
- Bien podemos irnos – dice una vez Mónica está dentro – Ponte el cinturón y esos audífonos grandes
- Sipi – obedece
Durante el tiempo que pasaron en el aire, ambas lo aprovecharon para dormirse, fue fácil porque despertaron muy temprano así que sólo despertaron una vez estaban por aterrizar, Magda por otra parte había preferido ir en coche, odiaba subir al avión ir en una avioneta era mil veces peor. Una vez se encontraban en tierra suben las cosas en la camioneta de Matamoros, quien las llevaría hasta el atelier, Mónica tenía la opción de ir a la casa para descansar pero prefirió irse con ella, estaba muy emocionada por ver los vestidos y a las modelos.
Altagracia había revolucionado la alta costura en México, utilizando modelos de todo tipo y tallas pues su marca no impone un estigma de belleza, tampoco se encasillaba. Al principio eso no fue una decisión muy buena para la prensa pues la alta costura siempre tuvo cierto tipo de mujeres para modelar los diseños, claro que a Altagracia le valía todo eso, una vez las dos atravesaron las puertas del atelier Mónica pudo ver de primera mano a varías modelos estar por ahí, todas ellas se acercaron felices para recibir a Altagracia.