Capítulo 27. La Extraña

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- Mamá no me vas hacer cambiar de opinión – advierte viendo el techo

- Mónica te estarías quedando en casa de una extraña! – insiste

- Viví con una mentirosa toda mi vida – da de hombros – Creo que puedo pasar un tiempo con mi madre biológica

- Ella no quiere pasar tiempo contigo! – se sienta en su cama – Mónica entiendelo, te entrego a mí por una razón!

- Si! No podía mantenerme! Eso no signifa que no me quisiera – se sienta – Por qué te cuesta tanto aceptar que ella es parte de mí? Es también mi madre

- Tu madre soy yo! Altagracia no tiene nada que ver contigo, renunció a ti! – se exalta

- Y nadie esta hablando de que ahora quiera recuperar sus derechos como madre! – alza la voz – Quiero conocerla! Quiero descubrir quien soy! Tengo la oportunidad de convivir con dos partes que me hacen persona! – se levanta – No voy a perderla sólo porque te sientes amenazada

- Soy tu madre! Tu custodia me pertenece – avisa antes de salir del cuarto

- Tengo que descubrir porque hay tanto misterio entre ellas – cruza los brazos




...





- Papá no entiendo, tengo una media hermana? – lo encara – Mamá dijo que Altagracia salió en las noticias y que...

- Es un tema bastante complicado hijo – lo interrumpe – Ni siquiera yo podría explicártelo bien – ríe

- Y si se lo pregunto a Altagracia? Ella siempre sabe lo que tú no – carcajea molestandolo

- Cómo? – cruza los brazos – Estás llamando a tu padre tonto?

- Sólo un poquito – sonríe

- Empieza a correr – advierte en un tono juguetón

- No! – grita volviendo a reír a medida que corría




...





- Son los únicos cambios que quiero hacer – murmura revisando la paleta de telas que tenía – Creo que se vería más prolijo así

- Pero el color si te convence? – pregunta desde el otro lado de la línea – Porque hace una hora llego el cargamento del que te hablé, con los colores vibrantes

- No, el color está bien – abre la carpeta que contenía los nuevos diseños – Sabes que iría a liderar directamente – ríe – Pero lo mejor es que trabaje desde casa por ahora

- Ni te preocupes por eso – le resta importancia – Para eso soy tu mano derecha, quédate tranquila que me encargaré de que las cosas salgan tal y como te gustan – asegura

- Gracias Michelle – observa venir a su hijastro – Bueno eso es todo, más al rato te haré una video llamada, quiero ver los avances – cuelga – Te estás escondiendo de tu papá?

- Si – susurra acercándose

‐ Métete aquí debajo de la mesita – mueve sus cosas – Y quédate quieto para que no te vea

- Bueno – ríe apurandose para esconderse allí

- No hagas ningún ruido – le susurra mientras fingía volver a revisar la paleta de telas

- Mi amor... no viste a Mau? – pregunta revisando por los rincones

- Creo que salió al jardín cielo – da de hombros

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