Capítulo 65. Perfectas

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- Ella es bonita, cierto? – pregunta viéndola quedarse dormida en los brazos de Altagracia

- Bueno, lleva mis genes – murmura revisando unos mensajes del atelier

- Todo bien? – indaga

- Si, sólo quería saber si llego el cargamento de telas que se ordenó – deja el celular sobre la mesita – Han estado mandando cosas que no pedimos y no quiero que se retrasen mientras estoy de licencia

- No la vas a llevar todavía a su cuarto, verdad? – vuelve a prestarle atención

- No se va a quedar con nosotros – se lo recuerda

- Sólo está noche – pide

- No – niega – No la llevó todavía sólo porque todavía está comiendo

- Media hora más – insiste

- No, mira si voy a comportarme como su mamá necesito que se respete la manera en que quiero criarla – lo encara – No me gusta ser cuestionada, mi opinión también vale

- No digo que no lo haga – se endereza – Pero ya tengo un hijo amor

- Y yo nunca me metí en la manera que ustedes dos quisieron criarlo, yo tengo una distinta y me gustaría que me escucharás – suspira – Ella es nuestra responsabilidad como ser humano, de nosotros depende como se forme su carácter – trata de explicar – Quiero que nuestra hija sea capaz de descubrir las cosas sola, resolver pequeños problemas, no que dependa de nosotros

- Crees que yo haré que ella dependa de nosotros? – pregunta

- Depende, eres un papá muy consentidor, yo quiero que ella tenga límites – explica – Claro que puedes consentirla pero en los momentos adecuados, me gusta lo cariñoso que eres sin embargo hay momentos

- Entonces explícame, iluminame – pide

- Los bebés no necesitan que tú les hables como bobo – comienza – De hecho esta comprobado que desde ahora ella puede comenzar a aprender, necesito que le hables dulce pero como adulto, no la trates como boba – pide – Y cuando ella llore porque quiere que la cargues, la vas a dejar en su cuna puedes quedarte con ella y distraerla pero no la cargues

- Cómo podré diferenciarlo? – ríe

- Revisala – dice obvia – Si se calma cuando la acuestas boca abajo son cólicos, por ahora seguiremos dejandole algunas prendas nuestras ya vimos que eso la calma

- Déjala dormir hoy aquí – insiste

- Que no, ella tiene su cuarto y ahí se va a quedar, esté es el cuarto de mamá y papá – se levanta cuando ella termina – Donde ambos descansamos y fingimos hacerle un hermano pero te aclaro que eso no va a pasar – advierte

- Y cuándo sea grande? – cruza los brazos

- Le enseñaremos a tocar la puerta antes de entrar – dice obvia – Lidiaremos con las pesadillas en su cuarto, límites José Luís – se retira

- No me gustan los límites! – alza la voz para que la escuchará

- Cómo si no supiera – murmura entrando al cuarto de Allegra – Corazón lo hago por tu bien – soba su espalda – Tú necesitas ser fuerte, necesitas ser más como yo ahora – suspira – Por favor, no seas ingenua, no te dejes engañar, mantente un paso adelante y nunca pero nunca – la aleja un poco para ver su rostro – Le des la espalda a un hombre, nadie va a cuidarte, lo tienes que hacer tú – la acuesta en su cuna – Tienes que aprender a levantarte sola porque no voy a estar siempre aquí para hacerlo por ti








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