- A dónde vas tan temprano? – acomoda la mesa
- A casa, tengo que hablar con José Luís – abre la puerta – Depende de como salga esa platica, sabré si vuelvo
- No quieres desayunar antes? – indaga
- Lo haría pero no me siento muy bien, nos vemos luego mamá – se retira
- Ay que estará pasando con está muchacha? – suspira
Volvió a irse en uber pero ya planeaba traer su camioneta a la vuelta, ingreso a la casa notando que había mucho silencio, probablemente aún no despertaban así que fue a la cocina para tomar un poco de agua fría, se sentía algo mareada por lo que tomó asiento frente a la isla, ni siquiera sabe cuanto tiempo más o menos paso cuando José Luís apareció en pijama, se sorprendió al verla allí pues Altagracia cuando de enoja o decepciona directamente se manda mudar por un tiempo así que no esperaba tenerla de regreso tan pronto pero le alegraba verla.
- Buenos días – sonríe – No sabía que ibas a venir
- Bueno lo estaba pensando pero después del escándalo de ayer, lo mejor era venir – explica – Cómo estás?
‐ Estoy bien – se sirve jugo para luego sentarse junto a ella – Tú cómo estás?
- Cansada – suspira – No la pase bien anoche
- Estás bajo mucho estrés – deja la mano sobre su hombro – Estoy preocupado por ti
- No querrás decir por el bebé? – lo encara
‐ Dejemos el tema del bebé afuera, me preocupas tú – toma aire – Si podrías perder al bebé pero eso también compromete tu salud y más el estrés
- No es sólo el estrés – revela – También son las hormonas que me dejan más susceptible también me irritó muchísimo más fácil
- Eso es normal linda – sonríe leve
- Si pero no me gusta estar inestable – dice con obviedad – Y que dudes de mí realmente no ayuda
- Lo siento, no hay excusa para eso – asiente
- Para que querías un bebé si no vas a confiar en mí? – pregunta – En que lo voy a cuidar, crees que soy tan mala cómo para hacerle algo?
- No es eso pero a veces me resulta impactante que no sientas nada, temo que llegues a odiarlo – admite viéndola a los ojos – Sé que no le harías daño, no a propósito pero cómo crees que se sentiría al saber que su mamá no lo quiere
- Y crees que no pienso en eso? – se muerde el labio – Me preocupa que mi instinto maternal no llega, no es fácil Luís y francamente ni siquiera tratas de comprender – evita verlo – Hubieras pensado en todo eso antes de embarazarme sabes?
- El problema aquí es que todos sabemos que puedes ser una gran mamá pero tú sola te saboteas – se levanta yendo a lavar su vaso
- Y crees justo que yo haga o asuma un papel sólo porque ustedes lo creen? – se levanta – Sabes que, regresate a la capital, dí lo que quieras del embarazo, yo pasaré una temporada aquí
- Ahí vas de nuevo, cuando se te dice algo que no te gusta, huyes pero antes corres a todos los de tu alrededor – se gira para verla
- Bien entonces quédate Luís pero si lo vas hacer, se mi marido – pide – No está persona que duda tanto de mí que va hasta el hospital para hablar con el médico – sonríe leve – Porque no creyó en lo que yo, su esposa, le dije
- Cómo supiste eso? – cierra la llave
- El médico me aviso – asiente – Quería verificar que si eras mi marido, voy a volver a la casa – asegura – No por ti, no merezco salir de mi propiedad sólo para buscar la paz que tú no puedes respetar
Luego de eso se llevo las llaves de su coche para ir por la maleta, no le dijo a su mamá que ya se habían entendido ni nada, sólo que volvería a casa que pensará lo que ella quisiera, era más fácil que tratar de explicar esto porque ni siquiera ella estaba entendiendo lo que pasaba, una vez regreso se encontró con Magda preparando el desayuno, le prometió venir dentro de unos minutos para comer pero tal vez no lo haría, las náuseas se estaban presentando aunque ya no hubiera nada que vomitar.
En la noche se la paso abrazada al inodoro, luego su madre le colocó una vía intravenosa, hubo un tiempo donde tuvo que ponérsela a su marido así que había aprendido muy bien, el médico había recomendado que recibiera suero para recuperar los líquidos que había perdido. Luego de acomodar su ropa en el closet cambio los tacones por pantuflas, ahora con el embarazo ya no soportaba tanto tiempo sobre ellos, al final si termino bajando y se encontró con su hijastro, era el primero en la mesa ya que cuando estuvo en el cuarto escucho la ducha encendida.
- Hola Mau – se sienta a su lado – Dormiste bien?
- Hola – corta sus panqueques – Si hay mucho silencio aquí – sonríe – Cómo en tu casa, se duerme bien por eso
- Me alegra oírlo – toma aire – Magda, no traigas el café por favor
- Regresaré a la cocina – va con la cafetera – Quiere que le prepare un té!
- Por favor – amarra su cabello
- Alta... – dice algo tímido – Ayer salió algo en la televisión
- Es verdad corazón – toma de la ensalada de frutas – No era la manera en que todos debieron de enterarse pero si, es verdad
- Ay ya era hora de que se trajeran a un bebé a la casa – le entrega su té – Felicidades Doña
- Gracias Magda – prueba un poco de la ensalada – Será sólo el té entonces – la aleja
- Entonces tendré una hermana o un hermano? – pregunta aún sin entender
– O ambos – dice Magda – No puede ser que la fruta le dé ascos, bueno a menos que la carga de hormonas sea muy alta, lo que pasa con los gemelos – se retira
- Qué pasa con los gemelos? – pregunta al aparecer ya bien duchado
- Alta tendrá gemelos – ríe
- Qué? – frunce el ceño
- Es lo que dijo Magda – le resta importancia
- Entonces les dijiste – se sienta junto a Mau
‐ Lo vieron en la televisión, que caso tiene seguir ocultandolo – da de hombros tomando de su té