- Mi amor – la sigue en lo que bajaban las escaleras
- No quiero hablar contigo – acomoda su top de ejercicio
- Vida, lo siento – vuelve a disculparse
- Lo hablamos millones de veces! Millones – camina al comedor
- Bueno pero no me puedes culpar, tengo muy buenos argumentos para pensarlo – la toma de las caderas – Hey...
- Deja de tocarme – advierte entre dientes – Sino voy a golpearte tan fuerte que hasta tus bisnietos van a sentirlo
- Vida no te cuesta nada agarrar una de las pruebas y hacértela – la gira – O ir al hospital
- No necesito hacer nada de eso, sabes por qué? Llevo cuidándome desde hace doce años – se aleja – Y hasta el día de hoy no tuve ni un maldito susto de embarazo! Así que deja de insistir porque te lo dije cuando nos conocimos! – lo señala – Yo no quiero hijos! Te casaste conmigo sabiendo eso!
- Esto pasa seguido? – le susurra a Magda
- No pasaba desde hace un tiempo ya – le sirve
- Mi amor! – insiste
- No quiero hablar contigo! – le grita – Demonios! – sigue su camino al comedor – Buenos días – cambia su tono de voz por uno más "relajado"
- Le sirvo café Doña? – pregunta Magda
- No, comeré ligero para poder hacer ejercicio, desayunare bien... – asesina con la mirada a Luís cuando el toma asiento a su lado – Más tarde
- Puedo entrenar contigo? – dice Mónica para quebrar el ambiente
- Estás chiquita, segura que quieres entrenar con ella? – pregunta Luís
- Las bailarinas necesitan hacer ciertos ejercicios – asiente sonriendo – No le seguiré el paso seguro pero tengo mi propia rutina
- En ese caso, termino de desayunar y vamos – concuerda
- Me perdonas? – intenta tocar su mano
- Te espero en el gym Mónica – se levanta llevando su batido y tostadas – Y tú no estés sobrecargando mi celular con llamadas o mensajes, te aviso que no voy a contestar – se retira
- Ay señor Luís – niega poniéndole el desayuno frente a el – Si ya sabe como se pone, para que la busca?
- Magda, los dos la conocemos bien, en caso de que estuviera embarazada – mira su plato – Crees que realmente se diera cuenta?
- No – suspira – Entiendo su preocupación pero así, sólo la hará enojarse más, déjela quieta un buen rato
- Mónica, hazme un favorcito – pide – Cuídala si? Es bien impulsiva cuando anda enojada
- Y si después se enoja conmigo? – cruza los brazos – Si me corre de la casa, para dónde voy yo?
- No te va a correr – ríe – A mi si, por favor, te la encargo
- Haré lo que pueda – asiente cediendo
Al ratito Mónica se le unió a Altagracia que por ahora andaba haciendo cardio nada más, esperaría a que su entrenadora apareciera para ir por lo más pesado, así que ahí andaban las dos en la caminadora pero Altagracia le bajo un poco a su ritmo cuando noto a Mónica agotarse bien rápido, de ahí le fue sencillo recuperarse. 20 minutos después las dos estaban saltando la cuerda, hicieron una competencia para que fuera más divertido, ya cuando la entrenadora apareció cada una debió de dedicarse a su rutina, obviamente Mónica terminó mucho antes la suya por lo que procedió a hidratarse además de observar el descureo total de Altagracia.