Capítulo 18. Quiero Respuestas

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Después de haberlas dejado en el hotel, fueron a casa donde ella se permitió desmoronarse claro que antes hablo con su tía para contarle la situación, ella vendría por Mónica lo más rápido posible mientras tanto José Luís le hacía de pañuelo gigante, tenía a su esposa recargada en su pecho desde hace media hora llorando en silencio sin parar, todavía no había dicho nada pues sabía que fue un golpe grande tener a Mónica tan cerca, prefirió darle espacio.







- Si te sirve de algo – soba su espalda – Lo manejaste bien, no fuiste grosera, le dejaste claro las cosas...

- Tocarla fue... – pasa saliva – De las cosas más difíciles que hice

- Lo sé – besa su cabeza – Pero lo pudiste hacer y eso es un gran paso

- Sólo la tome de la mano – solloza – No puedo verla otra vez Luís... sólo me siento mal por haberla dejado... por no quererla

- Shhh – la abraza – No creo que la vuelvas a ver amor

- Creo todo lo contrario, ahora que ya sabe la verdad... – busca su mirada – Querrá convivir conmigo y si mis papás se enteran...

- No te adelantes a nada – acaricia su mejilla – No sabemos que va a pasar ahora que Yesenia vendrá, lo mejor es que te calmes y esperemos para saber que pasa

- Tengo miedo Luís – admite cerrando los ojos – No sólo por todo lo que construí, voy a ser juzgada y no sólo por la prensa, también por mi familia

- Y que importa? – hace que se acueste del todo sobre el – Hiciste lo que pudiste, le diste la oportunidad de nacer y de tener un buen hogar, donde nunca le faltó nada, tuvo amor en exceso

- Yo sé – se aferra a el – Pero mis papás no van a entender como es que pude deshacerme así de mi propia hija...

- No lo hiciste – besa su cabeza – Mónica está viva, tiene una buena vida y una buena mamá, eso es gracias a que la entregaste a tu tía

- Si pero lo hice porque no quería tenerla en primer lugar – rompe en llanto – Nunca la quise Luís y hoy que la vi... que vi el daño que le hice...

- Ya no te tortures – suplica afligido – Mi amor el pasado no se puede cambiar, eras una niña cuando paso todo eso

- Tenía 17 cuando me violo y salí embarazada, no era tan niña – lamenta – Sólo hice lo que todo egoísta hace... pensé en mí

- Bueno pero mira lo que tu egoismo hizo – soba su espalda – Llegaste a donde siempre soñaste y más, Mónica tiene la familia que merece, nosotros dos nos encontramos – susurra en un tono reconfortante – Llevamos tanto tiempo juntos y todavía te amo igual o más que la primera vez que te vi

- Yo también cielo, soy muy feliz a tu lado – lo suelta un poco – Eres un pilar en mi vida sabes? Si estás aquí conmigo, no parece tan difícil todo

- Siento lo mismo cuando te tengo aquí cerquita – la llena de besos

- Te amo – ríe bajo

- Yo más pero ya no llores que se me parte el corazón verte así – seca sus mejillas

- Está bien – esconde el rostro en su pecho – Prometo ya no llorar, hoy...

- Negatividad! Suelta a mi linda esposa por favor – ríe besando su cabeza – Quieres comer alguna cosa por cierto?

- No – niega acomodándose encima suyo – Sólo quiero estar aquí pegadita a ti otro rato, luego te dejo ir a comer

- Tú vienes conmigo – decide sobando su espalda – No vas a estar sin comer







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