𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝗻𝘂𝗲𝘃𝗲

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¿𝘱𝘰𝘥𝘳í𝘢𝘴 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘢𝘳𝘮𝘦?

¿𝘱𝘰𝘥𝘳í𝘢𝘴 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘢𝘳𝘮𝘦?

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Estúpido, estúpido, estúpido.

Eso se repetía Mark una y otra vez mientras trataba de arreglarse un poco para su cita con Lucas, de una manera u otra siempre terminaba cayendo en los hilos de Yuta y aunque no quería admitirlo eso le estaba lastimando.

Se estaban usando mutuamente y estaba bien, porque no había sentimientos de por medio, era algo meramente carnal, algo que nada más usaban para satisfacer el deseo que había entre ambos, pero si era algo tan simple entonces ¿porque le dolía el pecho?

De alguna manera u otra cuando terminaban aquellos encuentros pasionales, las palabras crueles no se hacían esperar por parte de Yuta y a Mark le dolían, a pesar de que se dijo que solo era sexo y aquello se estaba desviando demasiado, Mark tenía que poner un alto a aquello, porque no podía permitirse caer de nuevo.

Presentía que aquello lo hacía de manera conciente, todas las palabras duras hacía Mark, para de alguna manera u otra hacerle recordar que no podía hacerse ilusiones, porque no tenía sentido que Mark comenzara a encariñarse con Yuta, cuando este no mostraba ni el minímo interés o preocupación por él, porque cuando Mark pensaba que estaban acercandose, Yuta venía y le soltaba una sarta de palabras que terminaban por herirlo, recordandole que lo que tenían era meramente carnal y no tenía porque ir más allá, y para culminar venía a restregarle que tenía novio y terminaba por joderle. Trataba de no demostrar aquello, que las palabras de Yuta tenían efecto sobre él, pero cada día se le estaba haciendo más difícil.


Estaba dispuesto a dejar de lado su deseo por Yuta, porque al final todo aquello terminaría en algún momento y más valía que terminara ahora y no cuando se acostumbrara a estar con Yuta todos los días. Era mejor cortar eso de raíz y tenía que comenzar aquello rápido.

El timbre sonó y Mark se apresuró a bajar las escaleras, mala idea porque su espalda baja comenzó a arder, maldijo en voz baja el nombre de Yuta Nakamoto y con una sonrisa en el rostro abrió la puerta.

— Hola, Markkie — saludo un Lucas con una sonrisa enorme en el rostro, Mark se sonrojo ante los ojos brillantes del chico.

— Lucas  — Mark se estiró para besar la mejilla del chico haciendo que la sonrisa en sus labios se hiciera más grande.

— Vaya, luces hermoso — soltó Lucas mientras comenzaban a caminar hasta el coche del chico.

Y es que Mark de verdad se había esmerado o bueno no tanto, porque Mark era bonito por naturaleza, era un pantalón negro, con una camisa rosa suave y una gorra del mismo tono pero echada un poco hacia atras y unos lentes redondos que solamente usaba cuando quería dar un toque inocente. Sonrió sintiéndose halagado por la mirada sincera de Lucas y se dejó adular un poco más.

La cita consistía en ir por un café y caminar por las bonitas calles de Seúl, Mark no recordaba cuándo había sido la última vez que alguien le había invitado algo tan simple como ir por un café o cuando le habían pedido una cita de aquella manera tan única que tenía Lucas.

senpai | YuMark |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora