veintidos

1K 126 52
                                    


Todo comenzó un verano, cuando sus padres hartos de que Yuta se quedara solo en casa le contrataron un niñero, a Yuta no le agrado demasiado esa idea, pero tuvo que atacar aquella orden si rechistar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Todo comenzó un verano, cuando sus padres hartos de que Yuta se quedara solo en casa le contrataron un niñero, a Yuta no le agrado demasiado esa idea, pero tuvo que atacar aquella orden si rechistar. Sus padres eran normales, dedicados al trabajo y sin dedicarle demasiada atención al hogar, Yuta era el único hijo que quedaba en casa, pues al aún ser menor de edad tenía que estar allí hasta que pudiera independizarse, que esperaba que los últimos dos años se pasaran volando.

Y a pesar de que no le gustaba mucho la idea de ser vigilado, no le desagradó del todo tener un niñero, pues al menos no pasaría todo el rato solo, Yuta aceptó sin rechistar y fue cuando conoció a Sana.

Era como un azar del destino, la cálida personalidad de Sana fue como la suave briza del verano que le daba directamente al rostro, su suave voz le producía una sensación de paz y todo aquello se volvía confuso, pues con tan solo dieciséis años de edad, Yuta no entendía lo que era el amor.

Sana era mayor que Yuta,tan solo por tres años, pero de igual manera la chica era más experimentada en demasiados ámbitos, para el pequeño japonés que apenas comenzaba a explorar el mundo, las cosas que Sana le decía era como un abrir de ojos, era como si no fuera consciente de nada y de repente el mundo brillará ante sus ojos. A Yuta le gustaba Sana, pero no era solamente físico, pues también le gustaba su manera tan abierta de ver las cosas, su manera cálida de tomarle del rostro y sus ojos, esos pequeños ojos brillantes que se escondían cuando decía alguna broma.

Fue su primer amor, curioso, mortal y demasiado efímero.

Pues todo lo que Yuta sabía era a raíz de que Sana le preguntaba, era un juego, uno que ellos dos comenzaron a tener.

— ¿Has probado la mantequilla con chocolate, Yuta-san? — y seguido de aquello Yuta negaba.

Cómo consiguiente estaban en la cocina mientras Yuta esperaba por aquella combinación tan extraña, a medida que los días avanzaban Yuta descubrió que, le gustaba la mantequilla con chocolate, no le gustaba el sabor del borrador y que en realidad lo que más le gustaba era la risa de Sana después de probar algo tan extraño.

Sana le llamaba disfrutar de los placeres de la vida y a Yuta le gustaba aquello.

Un día mientras estaban sentados en el tejado y sus pies colgaban del techo, Sana le sonrió a Yuta y este sabía que se vendría a continuación.

— ¿Has besado a alguien, Yuta-san? — preguntó, y Yuta con la boca seca negó.

Lo siguiente paso demasiado rápido, Sana se acercó a él y posó sus labios sobre los de Yuta, fue una exploción de sentimientos en su pecho y no lo pudo controlar, se expandió por todo su cuerpo y fue un mar de emociones, a Yuta le encantó aquella sensación.

Y las cosas fueron extrañas a partir de allí, Sana se volvió más cariosa, le tomaba desprevenido y le besaba, Yuta no podía evitar suspirar cada que se separaban, después envolvía sus brazos la delgada cintura de Sana y está le sonreía mientras volvía a besarle con fervor.

Un día, mientras se besaban en el cuarto de Yuta, Sana le demandó ir más allá, Yuta se dejó hacer, besó sus labios con fervor y amnistía, los sentía hinchados y cuando se separaron, Yuta vió la imagen más bonita y se tomó unos momentos para atesorar por siempre, el cabello anaranjado de Sana se encontraba desordenado, sus mejillas encendidas de un bonito tono carmesí, sus labios hinchados y rojizos y sus ojos cristalizados.

— ¿Alguna vez has tenido sexo? — preguntó con voz dulce, pero a Yuta se le hizo lo más melodioso de jamás escuchó.

Yuta negó despacio y Sana sonrió — Te enseñaré, será divertido.

Y así fue, fue lo mejor experiencia de su vida, fue excitante, placentero y demasiado abrumador, Yuta abrazó a Sana con fuerza y esta se removió un poco para zafarse de los brazos del menor, Yuta le miró confundido, pero la pelinaranja no se inmuto, se levantó de su cama y comenzó a vestirse.

— ¿A dónde vas, senpai? — preguntó curioso.

— A nadie le gusta que seas romántico después del sexo — dijo guiñandole un ojo.

Yuta no entendió, pero aún así, tomó nota mental de aquello.

Y volvieron a repetirlo, Sana tenía un extraño fetiche, le gustaba que Yuta le llamará senpai mientras tenían sexo y a Yuta le gustaba llamarle así, era exitante y hasta cierto punto se sentía prohibido, porque era como estar haciendo algo malo, con miedo de ser encontrados por sus padres en cualquier momento.

Pero, después de mucho tiempo las cosas se volvieron extrañas, Yuta se enamoro y después de terminar de tener sexo, cuando Sana se estaba vistiendo, se lo dijo.

— Senpai — le llamó, Sana volteó — Te amo.

Pero, la chica no dijo nada, hizo como que no le escucho y se fue cerrando la puerta, Yuta pensó que, en efecto, no le escuchó y al siguiente día mientras Sana le daba el desayuno, Yuta insistió.

— Senpai, te amo — repitió y Sana suspiró sentandose en las piernas de Yuta.

— Escucha, no me amas, amas lo que hacemos y nosotros no podemos tener una relación ¿okay? — susurro con voz dulce y por primera vez a Yuta no le gustó aquello.

— Pero, contigo fueron muchas de mis primeras veces, por no decir que todas y estoy seguro de esto, te amo — y Sana se paró rápidamente de las piernas de Yuta como si estas quemaran.

— Yuta, ya para, en serio, no me amas — su rostro era serio por primera vez.

— Si lo hago, senpai, te...

— ¡No me importa! — gritó — ¡Te lo estoy diciendo en japonés ¿lo hago en otro idioma?! ¡¿Qué parte es la que no entiendes?!

Y el silencio que siguió fue tan abrumador que Yuta sintió como si su corazón se quebrara en miles de pedazos, Sana suspiro y trató de acercarse a Yuta, pero este retrocedió.

— No me gustan los sentimientos, son vanos y vacíos, por eso no me involucro con gente de mi edad, los que son menores como tu, por lo general me obedecen, pero tu no lo haces — sonrió a medias — entonces no puedo hacer más por ti, es tómalo o déjalo.

Era un ultimátum y Yuta sintió su corazón pararse, a Yuta jamás le gustaron las cosas a medias y no tenía porque hacerlo ahora.

— Lo dejó — susurró con voz quebrada.

Y aquella fue la última vez que vio a Sana, esta se marchó al día siguiente, llevando consigo toda esperanza del amor que Yuta tenía, desde aquel día, Yuta se juró no involucrarse de nuevo de manera sentimental con nadie.

...

holaaaa ¿cómo están?

Bueno apartir de aquí regresamos a la programación habitual ahre jajaja

espero les este gustando <3<3 y ya por fin avanzar jajaj la mera verdad no sé cuando voy a terminar la fic:( espero no alargarme tanto

una preguntita ¿que shipp de nct dream y wayv les gusta? <3

un besito, nos leemos pronto <3

senpai | YuMark |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora