𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐝𝐨𝐬

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la calma antes de la tormenta





Mark despertó porque un aroma dulce le envolvió sus fosas nasales, sonrió entre aún la bruma de sueño y se dio la vuelta con la esperanza de seguir durmiendo, claramente aquello no sucedió, pues sus ojos se abrieron por sí solos y fue a enterrar s...

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Mark despertó porque un aroma dulce le envolvió sus fosas nasales, sonrió entre aún la bruma de sueño y se dio la vuelta con la esperanza de seguir durmiendo, claramente aquello no sucedió, pues sus ojos se abrieron por sí solos y fue a enterrar su rostro en la almohada de Yuta, tomó un gran respiro dejándose embriagar por el aroma del mayor, olía a cerezas y un poco de cigarros. Por lo general no le gustaba el olor a cigarrillos, pero en Yuta era algo diferente, se le hacía demasiado masculino y además sexy.

Se levantó de la cama, por fin rindiéndose por el intento de volver a dormir, se estiró un poco y caminó hasta el baño para poder lavarse la cara y los dientes, se miró en el espejo antes de salir, tenía marcas de mordidas en su cuello y por donde la camisa de Yuta se resbalaba, dejaba ver un poco más sus clavículas, allí también había marcas de mordidas, sospechaba que si levantaba un poco también podía encontrar las marcas de los dientes de Yuta a lo largo de su cintura y piernas, arrugó un poco la nariz, anteriormente no le hubiera gustado tanto que le dejarán marcas, pero esta vez era la excepción.

Le encantaba que Yuta hiciese aquello, porque demostraba que también le deseaba al igual que él, sus manos ansiosas que recorrían toda la extensión de su cuerpo buscando de alguna manera satisfacerse de todo aquello, sus ojos hambrientos que le miraban como si fuera el ser más hermoso que estaba pisando el mundo, sus labios que picaban aquí y allá, en busca de besar toda la hermosa piel acanelada que Mark poseía, pero definitivamente, si había algo que le encantaba, era la forma en que Yuta se ceñía a él, gimiendo su nombre contra su oído y sus fuertes manos tomándolo para que no se moviera de su lugar.

Si, definitivamente intimar con Yuta era de las mejores sensaciones que experimentó en su vida.

Salió del baño sintiéndose de repente acalorado y dio hasta lo que parecía la pequeña cocina, donde encontró a Yuta de espaldas preparando el desayuno, su fuerte espalda estaba desnuda, gracias a que Mark llevaba puesta la camiseta de Yuta. Mark se deleito de la vista y caminó hasta  abrazarle por la espalda, Yuta se sorprendió un poco pero sonrió.

— Buenos días, hyung — susurró Mark apoyando su mejilla contra la espalda del japonés.

— Buenos días, bonito — se giró para poder tomarle por las mejillas — pensé que tendría que ir a despertarte a besos.

— Esa idea me hubiera gustado más que despertar solito — hizo un puchero con los labios.

— Me desperté antes, pensé que sería buena idea preparar el desayuno pues predije que amanecerías hambriento — le dijo besando castamente los labios de Mark.

— Amanecí hambriento, pero no de comida, hyung — y sus ojos destellaron, Yuta le miró como si estuviera diciendo mentiras.

— Joder, Mark, tengo todo un intinerario para hacer en este bonito lugar — le pellizco una mejilla — y tu solo piensas en que este encima tuyo.

senpai | YuMark |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora