𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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creo que estoy enamorado de ti

Un suspiro abatido salió de sus labios, estaba un poco cansado, le gustaba que Lucas le visitara, pero aquello le dejaba más agotado de lo que estaba, pues estar con un chico como Lucas requería demasiada energía y él no tenía tanta últimamente, p...

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Un suspiro abatido salió de sus labios, estaba un poco cansado, le gustaba que Lucas le visitara, pero aquello le dejaba más agotado de lo que estaba, pues estar con un chico como Lucas requería demasiada energía y él no tenía tanta últimamente, por lo que cuando el chino se iba a su casa no podía evitar sentirse aliviado.

La última semana fue un subir y bajar de emociones, primeramente el accidente, después el darse cuenta de sus sentimientos por Yuta, el ver a Lucas repentinamente todos los días con la excusa de cuidarle y sobre todo el que Yuta respetara su decisión de no dirigirle la palabra a menos que fuera algo de vida o muerte y verle repentinamente molesto porque Lucas estaba todos los días allí, sí que era una marea de emociones.

Mentiría si dijera que aquello no le parecía gracioso, pues Yuta, no decía nada cuando veía al chico, solamente hacía mala cara y después desaparecía sin volverle a ver hasta que Lucas se iba, era como una mini rutina que comenzaba  a tener y ciertamente no le molestaba que fuera de ese modo, porque de verdad podría ser incómodo tener que lidiar con chicos celosos en su espacio personal.

Yuta le sorprendía cada día más, pues independientemente de que no se dirigían la palabra, el japonés seguía manteniendo aquellos pequeños detalles que le hacían el corazón palpitar cada vez más, pues le preparaba sus comidas favoritas y las dejaba listas para que Mark solamente comiera, le ponía siempre sus caramelos favoritos a la mano y el refrigerador estaba repleto de leche de banana, Mark casi quería gritarle en la cara que dejara de hacer eso, porque cada día que pasaba se le hacía difícil tener que olvidarle.

La puerta se abrió con sigilo y por ella entró Yuta, con un poco de fruta en una bolsa, tras cerrar la puerta detrás de él se adentra en la casa, pero un estruendo en la cocina le hizo correr hasta allí, una vez en la cocina se topó con la imagen de Mark tratando de recoger los pedazos de vidrio regados de un vaso, con paso apresurado dejó la fruta sobre la mesa y caminó hasta Mark para poder ver un rastro de sangre en el suelo.


— Se me ha caído — explicó Mark con la voz pastosa — trate de servir la leche en él, pero me ha quedado la mano resbalosa y se me ha caído al suelo, no quise...


— Shh está bien, te has hecho daño, ven necesitamos lavarte — trato de tranquilizarle Yuta, tomó a Mark con cuidado de no lastimarle su mano, pues dedujo que al intentar levantar los pedazos de cristal uno de ellos terminó entrando justo en la palma.


— F-Fue un accidente, debí secar mejor mis manos y...


— Solo ha sido un vaso, Mark, no pasa nada — murmuró Yuta, pero Mark no le escuchaba.


— S-Suena estúpido, l-lo sé, pero tuve miedo — la voz de Mark se volvió un hilo — t-tuve miedo y...


— Hey — Yuta le tomó con cuidado del rostro — no tengas miedo ¿si? Estoy aquí, te tengo ¿okay?


senpai | YuMark |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora