El único para mí [EUNSAN]

Capitulo 36 | "Jamás seré tuyo"

– Que hago... –el menor empezaba a sentir una increíble ansiedad, tenía que ayudarlo, no podía perderlo nuevamente, pero tendría que pensar muy bien que es lo que haría– MoonBin vino conmigo, pero no traje mi teléfono para avisarle, si salgo te expondré ante ellos...

– Buen día, ha visto a un joven alto, con gorro y cubre bocas negros... –se escuchaba como uno de los hombres le preguntaba a un empleado de la tienda por Eunwoo.

– Creo haberlo visto ir a uno de los vestidores –soltó sin más el empleado a lo cual los guardias se dirigieron rápidamente.

– No hay tiempo, Sanha avisale a los demás, estoy viviendo en la mansión de Park Seo-yeon y por favor... –el mayor rápidamente saca de su bolsillo una llave para luego mirar al menor con tristeza y humedad en sus ojos– no me dejen... –dijo para luego colocarse el cubre bocas y salir antes que los guardias entraran.

El menor se quedó estático, ver el rostro de Eunwoo con esa expresión le hizo pensar que había sufrido mucho todo este tiempo, la impotencia por no haberlo encontrado antes y evitar todo su sufrimiento se había vuelto constante, pero esta vez le dio en el alma.

El menor espero discretamente observando cómo los guardias se llevaban al mayor tomándolo fuertemente de los brazos, sin embargo, notaba que el mayor no mostraba ni el más mínimo malestar o dolor por aquel agarre, se había mantenido fuerte a pesar de la situación.

Ya todo despejado, el menor se dispuso a salir y buscar a MoonBin, este se veía con un aspecto nervioso y preocupante, pero en cuanto vio al menor cambio por completo.

– Oh, Sanha donde estabas, cuando salí no te encontré, me hiciste preocupar –decía su amigo nervioso a lo cual el menor mantenía una postura serena y la mirada algo perdida– Que ocurre...

– Hyung... –el menor lentamente fue cambiando su expresión, sintiendo como sus ojos se humedecian, dando comienzo a una sonrisa tranquila– lo encontré Hyung... –dijo al mirar a su amigo a los ojos, pero este se encontraba confundido por sus palabras– Eunwoo volvió a nosotros.

– Eunwoo... Donde esta... como es posible... –el menor comprendía la confusión de su amigo, sin embargo, no era el lugar correcto para decirlo.

– Regresemos a casa, allá les podre contar todo –dijo el menor para luego ambos apurarse en dejar la ropa y regresar a casa.

~Mientras tanto con Eunwoo~

Adentrándose en aquella mansión, obligado a no soltar ni una queja, el mayor pasaba por cientos de guardias que custodiaban la seguridad del gran lugar, pasando por los largos pasillos, lo llevaron rapidamente a la habitación de aquella mujer, sentada sobre un gran sofá, con una copa de vino, vistiendo un largo vestido color plata, el cual no le acentuaba para nada, sintiéndose la dueña del mundo, recibio una reverencia por aquellos guardias que lo habían llevado hacia aquel lugar.

– Señorita Jihyo, aquí está de regreso su amado, sentimos mucho la demora, pero el joven se escondió y tuvimos que buscarlo –dijo uno de los guardias soltando fuertemente el brazo de Eunwoo, a lo cual este mantenía una mirada fría hacia aquella mujer. Esta al escuchar aquello se dispuso a levantarse con la copa en mano y un caminar tranquilo hacia el mayor.

– Estas intentando volver a escapar... –cuestiono Jihyo para tomar un último sorbo de aquel vino, tirando fuertemente la copa hacia el suelo provocando que se rompiera y sin más darle una fuerte cachetada dejándolo de lado, sintiendo el ardor que le había provocado, eran incontables las veces que había experimentado ese acto– ¿Cuantas veces tengo que recordartelo? Eres de mi propiedad, no puedes dejarme.

El mayor recuperaba su posee firme ante ella, mirándola directamente a los ojos con aquella mirada de desprecio.

– Sin importar cuántos años pasen, seguiras mirándome de esa manera, tu condena es ser mío por el resto de tu vida, recuérdalo, estamos casados –decía con toda la hipocresía posible.

– Te casaste conmigo porque así lo quisiste, podrás presentarme como tu esposo, pero yo jamás podré reconocerte como mi mujer –pronunciaba firmemente el mayor notando como Jihyo se hundía en una profunda cólera.

Durante todo el tiempo en el que mantuvo a Eunwoo cautivo no recibió ni la más mínima demostración de cariño o aceptación hacia su "relación".

– Esta bien, si así es como lo quieres –decía de una forma muy tranquila, ya sabia que debía hacer– guardias, amarrenlo a la cama –sin dudarlo, los guardias obedecieron la orden– es hora de que mi marido me complazca... –expresaba aquella mujer con lujuria en sus ojos a lo cual el mayor ya sabía a que se refería.

~Mientras tanto con Sanha~

– Tenemos que hacer algo rápido dijo preocupado MJ.

– Si, no sabemos la de cosas que debió haber hecho esa mujer a Eunwoo, recuerden que esta loca –sonaba muy alarmante JinJin.

– Tenemos que informar a las autoridades, si hacemos algo por nuestra cuenta lo pondremos en peligro –afirmaba MoonBin para tratar de calmar a sus amigos y hacer las cosas correctamente– le informaré al mánager lo que sucede, el podrá comunicarse con la policía –dijo para rápidamente ir a buscar su teléfono.

– Sanha, para que es la llave que te dio Eunwoo –cuestiono Rocky al ver como su amigo la observaba detenidamente.

– No tengo idea, solo me la dio sin decirme el motivo, en ese momento estaba muy nervioso y no alcancé a preguntarle –respondía el menor sintiéndose preocupado, observaba aquel objeto con mucho detenimiento, estaba muy reluciente pero no había nada que le diera alguna pista de su propósito.

– Guardala con mucho cuidado, puede ser muy importante –dijo Rocky, a lo cual el menor asintió con la cabeza entendiendo a que se refería.

~Mientras tanto con Eunwoo~

– Y que tal... ¿estas cómodo?... –cuestionaba Jihyo de forma ladina a lo cual el mayor no respondió, había tenido que soportar aquello muchas veces, sin embargo, jamás se acostumbraria a tal trato, la odiaba más que a nadie, si no fuera por las cuerdas que lo mantenían sujeto firmemente a la cama, de seguro la mataria– Ya me imagino la respuesta, bueno querido, solo limítate a disfrutar de tu querida esposa...

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