Capítulo 12 - El Baile Virgen

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"Por fin había llegado el momento que esperaban muchos jóvenes nacidos en Irchar, la Noche del Baile Virgen estaba a nada de dar comienzo, y todos se preparaban para participar en la velada. Aquel evento era una tradición que llevaba realizándose de generación en generación, desde que Irchar se encontraba en época de expansionismo por el archipiélago. La idea fue adoptada de los freclos, cuando estos eran nuestros aliados, hace más de cien años, como forma de que los habitantes tuvieran un momento especial, y poder formar una familia. Esto se celebraba en cada una de las islas, con sus respectivos habitantes.

Los asistentes a la fiesta eran en su mayoría personas que no llegaron a encontrar todavía el amor. No obstante, también venían quienes ya encontraron a su pareja, para disfrutar del momento como años atrás, vistiendo en vez del rojo ―simbolizando así la pasión despertada de la persona―, el color blanco ―que simbolizaba la calma, la estabilidad―, aunque también valía vestir el rojo, con las amplias mangas de tela de color blanco ―como forma de mostrar que ya habías encontrado a tu pareja, pero vistes el rojo como forma de conmemoración―.

El motivo por el que se utilizaban esos dos colores, más allá del simbolismo mencionado, era debido a una leyenda que había escrito en los primeros libros de la religión oriennonita, "La Historia de la Creación". Existía varias versiones por el resto del mundo, pero en la versión que conocía Irchar, se decía que el primer hombre, viviendo en los bosques junto con los animales, se enamoró de su semejante femenino. Los dos vivían felices en la naturaleza, disfrutando de una vida y juventud eternas con los seres que los rodeaban, vistiendo la prendas de piel roja; pero un día, después de décadas juntos, sentían que la soledad les afectaba, por ser los únicos humanos en el mundo.

Y entonces, uno de los siervos celestiales de Oriennón, que vestía una túnica de color blanco, bajó al mundo de los humanos, concediéndoles el don de la fertilidad, para que pudieran tener hijos, y que estos adoptaran ese poder, para que el mundo fuera poblado por los humanos. La diferencia que tendrían de sus progenitores, es que no obtendrían el privilegio de vivir eternamente ―salvo en el caso de los que nacían en el 29 de febrero, que tardarían más en envejecer, y los cuales serían conocidos como los elfos―, impuesta aquella ley natural de la vida, por temor a que el mundo llegara a desbordarse.

Con el paso de los milenios, los primeros humanos tuvieron numerosos descendientes, quienes se diversificaron en diferentes razas debido a las estaciones y a la ubicación geográfica. Por ejemplo, los niños nacidos en climas cálidos tendían a tener la piel más oscura, mientras que aquellos nacidos en épocas frías eran más pálidos; y aquellos que nacían en las regiones elevadas, serían los conocidos como la raza de los enanos. La historia relata que algunos de estos descendientes envidiaban la eterna juventud de sus progenitores, un don reservado solo para los elfos. Esta envidia llevó a la traición y al asesinato de los primeros humanos, lo que sembró el odio entre las naciones futuras que surgieron hasta la actualidad.

Es irónico, ¿no? Morir a manos de aquello que tanto deseábamos. ¿Es ese nuestro destino, al final? ¿Acabar pereciendo por lo que ansíamos alcanzar? ¿Era esta la profecía que todos compartimos al nacer en este mundo? Son preguntas a las que no obtendremos respuestas a corto plazo, pero esa noche marcaría el inicio de nuestra búsqueda para descubrirlas."

HISTORIA ― 31 de octubre de 2991

Adlar se encontraba en su habitación preparándose para el evento, sentía que el rojo no era un color que le favoreciera mucho, era un tanto extravagante para él, y más aún si lo vestía de cuerpo entero, pero era la tradición y había que respetarla. Vestía una blusa de color marrón rojizo, con el chaleco rojo borgoña encima, complementándolo con unos pantalones de tela de tono caoba, y con unos botines negros de cuero. Al terminar de prepararse, poniéndose el cinturón negro, escuchó la voz de su madre después de dar unos toques a la puerta.

Las Guerras de Oriennón (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora