Capítulo 13 - El preludio (Parte 2)

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HISTORIA - 31 de octubre de 2991

Erathor irrumpió con brusquedad en la sala donde se encontraba aguardando el general Aklar Romsen, en el cuartel de las tropas de guarnición.

―¡Mi General!― bramó Erathor alterado ―¡Hemos avistado águilas enemigas!

El general Aklar se dirigió a ellos con una expresión de sorpresa, sin dejar de mostrar su clásico rostro serio, como si esperara algo parecido a lo que se le anunció. Después de aquella revelación, los dos guerreros fueron corriendo al exterior

―Son como más de medio centenar― fue diciendo el Jefe de la Fuerza Oculta, mientras seguía el paso acelerado de su señor ―, no se veía bien el emblema de la unidad, pero era negro como la noche, pongo la mano en el fuego a que son los karzaquistanos.

El capitán Jeigar Gernan se encontraba observando a aquellas gigantescas aves con un catalejo, aprovechando la luz de la luna para lograr distinguir aquellos seres alados. Las sillas de montar tenían un manto negro con las hachas rojas cruzadas, acompañadas de unas alas rojas con franjas blancas en las cobertoras, el emblema de la fuerza aérea karzaquistana. Además, otra cosa que los identificaba, era que a pesar de que tanto ellos como los irchenos montaban en águilas doradas, las de Karzak contaban con franjas blancas en las plumas de sus alas y cola. No obstante, se podía ver que había más tipos de águilas, siendo estas las águilas calvas del Imperio de Vanor, los milanos reales de Ronen, por suerte no estaban presentes las temibles águilas arpía de Los Pueblos de Arnor, pero si contaban con unos pocos pigargos gigantes ―algo extraño por ser originarios del Imperio Unrack, pero posiblemente fueran de los capturados―.

Al momento, llegaron el general Aklar Romsen y el señor Erathor, adentrándose entre la multitud de soldados que se encontraban allí, viendo desde la lejanía aquellas enormes figuras voladoras.

―¿Hacia dónde se dirigen?― lanzó el General aquella pregunta esperando una respuesta.

―Es muy probable que se dirijan a la ciudad de Irchar― contestó el comandante.

―Advertid a cualquier miembro de la Fuerza Oculta para que pueda dar la voz de alarma― ordenó el General.

―Lo estamos intentando, pero no contesta nadie― respondió un miembro de alto rango de la Fuerza Oculta.

El General solo podía permanecer allí, escuchando a todos los miembros nombrar algún escuadrón con los anillos, gritando maldiciones al no poder obtener contestación. Llamaban al color verde, naranja, rosa, púrpura, los colores de los capitanes de la Fuerza Oculta ―el restante sería el marrón, el cual era el que se encontraba en aquel poblado―, no obtenían más que silencio.

El resto de colores que quedarían por mencionar eran el azul del General de Irchar, el amarillo para el señor Erathor, y el rojo para el teniente general Breutar Ulbert, como los altos cargos de Irchar, el negro era para el capitán Jeigar Gernan, el blanco para el Jefe de la Guardia, y el gris para el Delegado de la Fuerza Auxiliar.

* * *

En el Castillo, todos los miembros de la Fuerza Oculta celebraban la velada con una fiesta en la que bebían hasta vaciar jarras de vino y de cerveza, junto con los guardias del Castillo. En aquella celebración por la Noche de Escorpio, solo una mitad evitaba beber una cantidad excesiva, pero acompañaban el momento con bailes y música que era aportada en la celebración. También aprovechaban el momento para festejar el cumpleaños de algún compañero ofreciéndole más tragos de bebidas fuertes. Todo era felicidad y tranquilidad por parte de las fuerzas de seguridad que se encontraban allí, ignorando el peligro que se avecinaba, dejando a un lado los anillos en sus dormitorios, los cuales brillaban con los colores marrón en su mayoría, apareciendo también en menor medida el color negro y amarillo.

Las Guerras de Oriennón (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora