15 || Caridad

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RAVEN

Tener a Asher curioseando entre mi ropa no era mi idea de una junta en mi habitación. La simple idea que ambos estuvieran aquí a esta hora no me gustaba, era demasiado arriesgado, pero Sander dijo que era más que necesario vernos.

Y así estábamos ahora, yo sentada en la alfombra con la espalda recargada a la pared, Sander echado en mi cama a todo lo ancho y Asher pasando cada prenda de mi armario como si estuviera en una tienda departamental diciendo que llevarse.

No era ni media noche pero yo ya me sentía con sueño, últimamente todo lo que sucede me provoca estrés, y no poder controlar las situaciones era aún peor.

El hecho de que la policía ya estuviera enterada de lo que pasaba aquí atrasaba nuestros planes, teníamos planes de emergencia pero solo somos tres dentro, no es que podamos multiplicarnos para cubrir más terreno, aunque sería increíble hacer algo así.

No me gusta quejarme, me hace sentir inútil y se perfectamente que es lo que menos soy. Pero ahora tenemos problemas y no hay ayuda.

Era urgente tomar el control de todo dentro del internado, más ahora que se conocía nuestra presencia.

La ropa comenzaba a molestarme, tenía todo el día con ella y ya no soportaba más, necesitaba estar cómoda si tenía que seguir esperando. Me levante del piso y fui hacia el armario, Asher seguía ahí, lo empuje para que se quitara de mi camino y poder tomar mis cosas.

Escuche una queja de su parte pero lo ignore, tome unos pantalones cortos junto a una camiseta gris y un top para entrar al cuarto de baño. Me cambie con la calma del mundo, solté mi cabello y puse lo que me había quitado en un cesto que tenía junto al armario en cuanto salí.

Ahora la escena frente a mi tenia cambios, ambos estaban sentados al borde de mi cama mirando la pantalla del móvil de Sander y riéndose.

-¿Qué? -pregunte de mala gana.

-A Conrad se le complico la noche -dijo Sander girando el móvil en mi dirección para que pudiera ver el motivo de sus risas.


De: Conrad

Te llamare cunado la loca de mi vecina se largue del departamento, espero no tardar, si pasan más de treinta minutos rescátame.


No pude evitar que una sonrisa se plasmara en mis labios, lo imaginaba sentado en una esquina del sofá, arrinconado, y a ella hablando tan emocionada que no se daba cuenta de la ansiedad que le provocaba a Conrad tenerla cerca por tanto tiempo.

Pero se lo merecía, era su culpa, no debió involucrarse con ella nunca. Ahora ya no sabía cómo quitársela de encima de forma que no lo asesinara mientras dormía.

Me senté en la silla frente a ellos y cruce los brazos. Debía crear un plan, algo que nos permitiera seguir, pero no encontraba la forma de pinchar a alguien con un aparato para capturar su sangre y meterlo en un cubo sin que se viera extraño.

El solo pensar me ponía de malas, suspire y volví mi atención a los que seguían frente a mí.

- ¿En qué piensas? -me pregunto Sander apoyando sus brazos en sus piernas inclinándose hacia adelante.

Me di unos segundos pensado como acomodar las palabras. Pero Asher hablo antes que yo.

-Está más que claro, ella siempre piensa en mí -soltó con ese tono engreído adoptando la misma postura que el chico a su lado.

-Pues esta vez no eras tú -asegure con el mismo tono, a lo que el fingió una expresión de tristeza.

Un tono de llamada nos interrumpió. Sander fue quien contesto y hablo primero.

Infiltrados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora