127.LA LARGA NOCHE 9ªPARTE

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¡Vuelve Katsuki Bakugo en Konoha!  ¡Hip, hip ... HURRA!

Un besito a todos, que me habéis animado con vuestros comentarios en el anuncio anterior. 

Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Después de explotar la cueva donde tantas atrocidades se habían cometido, Bakugo regresó a los Cuarteles Tanzaku con el osito de peluche naranja en su poder y guardado dentro de la funda de su espada. Afuera de la cueva, la lluvia seguía siendo tan terrible que cuando llegó. Siguió usando su quirk a pesar del dolor y de que fuera bastante menos eficaz para moverse más rápido por la lluvia. Quería volver cuanto antes para ver a Uraraka. Ver como reaccionaba cuando le trajera su peluche. ¿Sonreiría? ¿Le seguiría odiando?

Al llegar al hotel Duerme-bien, extrajo el osito de peluche del interior de la funda de Deku. Cuando estaba por aporrear la puerta, ésta se abrió dejando ver a una muy cabreada Shizune.

—¿A eso le llamar tomar el aire, Bakugo? ¡Has estado fuera más de dos horas! —la expresión de la cara de Shizune se suavizó el rostro abatido del rubio.—Me tenías preocupada. Temía qué hubieras hecho alguna locura.—

—Déjame pasar, Shizune.—Bakugo dijo por primera vez el nombre de la amiga de Tsunade. No tenía ganas de discutir. Estaba terriblemente cansado, tanto física como mentalmente.

—...—Shizune se sorprendió de oír en boca del rubio su nombre. Pero al ver el aspecto de Bakugo, repleto de sangre seca y barro, negó con la cabeza.—Lo siento, no puedo. No sabes lo que me ha costado hacer que Tsunade se recobrara del shock de ver la sangre que tenías.—

—...—Bakugo miró con odio a Shizune.—No era una petición. Era una orden. Déjame pasar, ahora.—

—Aunque pueda parecer una cobardica, no me dejo intimidar por nadie que pueda poner en riesgo el estado emocional de mi maestra.—dijo Shizune, cruzándose de brazos.—Además, tu amiga no parece reconocerte y se alteró en tu presencia. Ahora está mucho más tranquila.—

—¡Me importa una mierda esa vieja! ¡Tengo que ver a Uraraka!—gritó Bakugo con un nudo en la garganta mostrándole el osito de peluche mugriento.—¡Tú no lo entiendes! ¡Todo ha sido un malentendido! ¡Estaba enfadada conmigo porque le quité su peluche! ¡Uraraka no puede odiarme!—

Pero Bakugo se calló lo que realmente sentía. Necesitaba el perdón de Uraraka para que la culpa y el odio que sentía consigo mismo menguaran.

—....—Shizune miró el rostro descompuesto de Bakugo y después el mugriento peluche. —Ese peluche está aún más sucio que tú, que ya es difícil.— Emitió un largo suspiro.—Entra.—Bakugo se extrañó ante el cambio de actitud de Shizune, pero entró al ver que le daba permiso. —. Ahora mismo Tsunade-sama está examinando a Uraraka-san en su cuarto.—señaló una puerta cerrada en el rincón opuesto. —No puedes presentarte ante Tsunade-sama y Uraraka-san con esas pintas. Ve a ducharte y quítate toda la sangre y suciedad. Mientras yo lavaré este peluche para que quede como nuevo. Y en cuanto a tu ropa ...—miró con una mueca de desaprobación las machas de sangre, barro y los agujeros. —Será mejor que te deshagas de ellas. No tengo ropa de tu talla, pero te dejaré un albornoz colgado en la puerta del baño para cuando salgas de la ducha.—

Bakugo no supo que decir. Quería protestar y abrir la puerta donde estaban Tsunade y Uraraka, pero sabía que en el fondo Shizune tenía razón, así que se calló. No quería asustar más a Urarka de lo que ya estaba. Le tendió el peluche mugriento y se dirigió al baño sin decir una palabra.

Lo primero que hizo al entrar en el baño fue el mirarse en el espejo. Se quedó mirando unos segundos su reflejo. Se enfureció. No le gustaba lo que veía. Era una sombra de su antaño yo. Chasqueó la lengua y se desvistió. Al abrir el agua de la ducha, ésta salió extremadamente fría. En lugar de regularla para templarla, se metió dentro de la bañera y aplicó el chorro directamente a escasos centímetros de su rostro. Cerró los ojos, apareciendo las imágenes de las muertes de esos hombres en cámara lenta en su mente. No supo cuanto tiempo llevaba duchándose, pero cuando se le vino a la mente el momento de la violación de Uraraka sollozando el nombre de Deku abrió los ojos de golpe y cerró el agua con rapidez.

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora