Katsuki Bakugo en Konoha

26.ZABUZA

Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

—¡Eso no es un juguete, bastardo! —exclamó Bakugo, se quitó las garras que perforaban su piel del brazo. —Aunque no lo demuestre, duele casi tanto como un dolor de muelas. —luego mostró su sonrisa más aterradora que hizo sudar al chunin por el miedo que le infudía. —¡MUEREEEEEEEE! —Con el brazo sano, Bakugo usó su quirk en la cara del tipo. No con la suficiente fuerza para matarlo pero sí para dejarlo inconsciente y con heridas permanentes en su cara.

—Nunca dejas de sorprenderme, Bakugo. —dijo Kakashi con una sonrisa bajo la máscara, portando en su hombro al otro chunin que también estaba inconsciente.

—¡Kakashi-sensei está vivo!—pensó Sakura, muy contenta.

—Bah, presumido. —pensó Sasuke viendo a Kakashi.

—Je. —sonrió con arrogancia Bakugo. —¡Vaya showman estás hecho, tuerto!—

—Buen trabajo, chicos. Los tres lo habéis hecho genial para ser la primera vez que os enfrentáis a otros ninjas de otras aldeas. —dijo Kakashi, orgulloso de sus alumnos.

—¿Eh? ¿Pero creía que te habían despedazado?—dijo sin entender Tazuna.

—Kakashi-sensei ha usado el Kawarimi no Jutsu. La técnica del reemplazo del cuerpo, es una técnica muy básica pero muy útil para evadir. El jutsu se activa cuando el usuario recibe el golpe. —explicó Sakura.

—Eres muy sabelotodo, frentona. Pero has sido la primera en creer que lo habían matado. —dijo Bakugo rodando los ojos.

—¡Calla, Bakago! —exclamó Sakura cabreada. Luego se percató de la herida que tenía en el brazo el rubio, y pasó de estar cabreada a preocupada. —Bakugo... tu brazo ...—

—Bah, es un rasguño. —dijo Bakugo sin darle la mayor importancia. Pero lo cierto es que era algo más que un rasguño, la herida era bastante profunda.

—Bakugo, estos ninjas tienen veneno en las garras. —explicó Kakashi.— Así que no te muevas demasiado o extenderás el veneno. Necesitamos curarte de inmediato. —Bakugo vio su herida, se le estaba empezando a dormir el brazo. —Pero antes ....Señor Tazuna. Tenemos que hablar.—

Kakashi ató a ambos chunin, que estaban inconscientes, al árbol más cercano con su hilo de chakra. Luego los despertó a ambos con una doble patada en la cara.

—Estos son chunin de la Villa Oculta de la Niebla. —explicó Kakashi señalando las bandanas que portaban en su frente.

—¿Cómo has descubierto que era una emboscada?—preguntó el que no fue herido por Bakugo.

—Es raro ver un charco en un día despejado cuando no ha llovido en días—dijo Kakashi.

—En ese caso, ¿por qué dejaste que nos atacaran?—preguntó molesto Tazuna.

—Podría haber acabado con ellos rápidamente, pero entonces mis alumnos no habrían aprendido nada. Además ... —Kakashi miró a Tazuna con dureza. —Tenía que saber cual era su objetivo y detrás de qué andaban.

—¿A dónde quieres llegar?—preguntó nervioso Tazuna.

—Quería saber si venían a por nosotros, ninjas que atacan a otros ninjas. O si venían a por usted, el maestro constructor de puentes. —explicó Kakashi. —Y ha quedado claro que venían a por usted. Cuando nos ofreció su encargo, solicitó protección estándar de ladrones y bandidos. No mencionó que hubiera ninjas buscándole. De haber sido el caso, esta misión pasaría a ser de rango B o incluso de rango A con el correspondiente coste. —Tazuna miró al suelo abatido. —Usted tendría sus razones, pero lo de mentirnos no es aceptable.—

—Somos genin, esto es demasiado para nuestro nivel. —dijo Sakura. —Deberíamos regresar lo antes posible y que curen en el hospital la herida con veneno de Bakugo.—

—¡Ni hablar! —respondió con firmeza Bakugo. Los otros cuatro se giraron mirándole confundido. —¡Me niego a que mi primera misión acabe de esta forma!—

—No es nuestra primera misión, hemos hecho numerosas de rango D ...—dijo Sakura

—¡Eso no eran misiones! Este tipo puede ser un borracho y un mentiroso, pero hemos aceptado protegerle y eso haremos. Podéis volver a la aldea si queréis, yo me quedo. Yo cumplo con mi palabra.—anunció Bakugo con un rostro decidido.

—Pero tu herida ...— trató de hacerle entender Sakura.

—Eso tiene fácil solución. Los que usan veneno como arma, a no ser que sean unos idiotas, siempre cuentan con un antídoto en caso que se hieran a sí mismos por error. Así que ...—se acercó al chunin y usó su habilidad de transformar su cara en lo más terrorífico de mundo. —Dime donde tienes el antídoto si no quieres morir. —la amenaza ganó credibilidad con las mini explosiones que estaba haciendo el rubio.

—En mi bolsillo derecho ... —dijo el chunin de la niebla, aterrado. 

Rebuscó en el lugar indicado, hasta encontrar un frasco con líquido verde. Luego se  bebió el contenido de un trago. Finalmente, sacó de su mochila unas vendas para tapar la hemorragia.

—Fácil y sencillo. Tal y como dije. —dijo Bakugo mostrando de nuevo su sonrisa arrogante.

—Bakugo ... —dijo Sakura, sorprendida por lo valiente que era el rubio.

—Este chico ...—pensó Kakashi, con admiración.

—He de admitir que me equivoqué contigo, mocoso. Sigues siendo un maleducado, pero tienes agallas. —dijo Tazuna, contento por la decisión del rubio.

—De acuerdo, prosigamos con la misión. Pero a partir de ahora nada de mentiras , maestro constructor. —dijo Kakashi.

Por el camino, Tazuna les contó la historia sobre su país. Que estaban siendo acosados por el constructor Gatoh para detener la construcción del puente, sirviéndose de mercenarios para ello. Y que mintió por temas de dinero, su país no se podía permitir una misión de B. 

Los cinco fueron en barca para atravesar el mar que separaba el País del Fuego y el de las Olas. Aterrizaron en la costa del país de las Olas, pero aún les faltaba medio día de camino hasta alcanzar la casa de Tazuna. Kakashi divisó, cerca de un árbol, un conejo blanco de nieve.

—El conejo de nieve cambia de color según la luz solar. Solo tienen el pelo blanco en invierno, pero estamos en primavera.  Eso quiere decir que lo han criado en una jaula y lo han soltado con una finalidad, el Kawarimi no Jutsu (la técnica del remplazo). —pensó Kakashi, mientras miraba a todos lados. Atento a cualquier movimiento. —Ya están aquí.—

Gracias a su precaución, se dio cuenta enseguida de una sombra que se aproximaba a ellos.

—¡TODOS AL SUELO! —ordenó Kakashi con el rostro preocupado.

—¿Eh?—dijeron los otros cuatro a la vez. 

No entendían lo que pasaba pero obedecieron sin rechistar. Una gran espada que iba girando casi les arranca la cabeza. Les pasó por un pelo y se quedó clavada en un árbol. Un instante después un hombre enorme y sin cejas se apoyaba sobre el mango de la espada.

—Vaya, vaya. Si es Zabuza Momochi, el ninja desertor de la Villa Oculta de la Niebla. —dijo Kakashi.

—¡EY! ¡JODIDO SIN CEJAS! ¡ATACAR POR DETRÁS ES DE RASTREROS! —gritó Bakugo, molesto y yendo a por él.

—¡Atrás!—ordenó Kakashi impidiéndole el paso con su brazo. —Este no es como los otros  ninjas. Está en otra liga completamente diferente a los otros dos de antes. 

—Tendré que usar el sharingan. —pensó Kakashi