011.DESPEDIDA

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

Después de su charla con Itachi, Bakugo fue directo al orfanato a comenzar con la meditación que le había propuesto el moreno Uchiha.

—Van a alucinar todos cuando vean que soy un experto del chatra en menos de 1 semana. ¿1 semana? ¡Qué modesto soy! ¡En menos de 1 día! Mmmm, ¿un momento se decía chatra? Bahh, dominaré la como se llame la mierda esa en menos de un día. —pensó Bakugo con una sonrisa arrogante.

Sin embargo,  las cosas no fueron como había planeado Bakugo. Un día pasó .... sin progresos. Una semana. Un mes. Y nada de nada. Harto de no progresar nada, un Bakugo enfurecido fue a encarar a Itachi para exigir explicaciones. Al no encontrarlo en su mansión, recorrió toda la aldea hasta que lo vio cerca del río Nakano charlando con su amigo Shisui.

—¡OJEROSO! —gritó Bakugo echando humo por las orejas. —¡ERES UN CABRÓN MENTIROSO! ¡ESTÁS MUERTO!—

—¿Qué sucede ahora, Bakugo? —preguntó Itachi, calmado ya que estaba acostumbrado a los ataques de ira del rubio. Su amigo Shisui sonrió divertido, solo había visto a Bakugo antes una vez en la comisaría. Le parecía todo un personaje.

—¿Que qué sucede? ¿Me preguntas que qué sucede? ¡Pues resulta que lo de la meditación no sirve para una mierda! ¡Así que dime el truco para controlar el chatra! ¡Y no me vuelvas a soltar la mierda de la meditación, o sino te mataré!—amenazó el rubio.

—Chakra. —corrigió Shisui.

—Lo que sea. ¡Y nadie ha pedido tu opinión, subnormal! —exclamó Bakugo al amigo de Itachi. Shisui se tapó la boca aguantando la risa para no aumentar la ira del niño rubio ceniza.

—Bakugo, ya te lo dije. Los no nacidos de ninja tardan, en el mejor casos, años para adquirir la habilidad de manipular chakra. No hay trucos ni atajos. Si tienes tantas ganas de aprender a controlar chakra ... ¿por qué no vas a la academia ninja? Ahí te lo explicaran mejor que yo todo el proceso. —razonó Itachi.

—¡Ya te dije que no quiero ser un ninja! —dijo elevando la voz Bakugo. —¡Eso es para perdedores como vosotros!—

—Pues solo te queda meditar... —dijo Itachi. Bakugo apretó fuertemente los puños de la rabia que sentía. ¡Otra vez con lo de la meditación!

—¡GRACIAS POR NADA, OJEROSO! —gritó Bakugo dándose la vuelta.

—Tu pequeño amigo es muy divertido, Itachi. —dijo Shisui en voz baja, pero lo escuchó Bakugo.

—¡VETE A TOMAR POR CULO Y MUÉRETE DE UNA VEZ, SUBNORMAL! —chilló Bakugo a Shisui, dándose la vuelta por última vez antes de irse de nuevo a su orfanato.

—Sí que lo es. —dijo Itachi con una pequeña sonrisa.

De vuelta en el orfanato, Bakugo daba vueltas a su cuarto enfurecido, casi subiéndose a las paredes por la frustración. 

—No me voy a rendir por solo un mes de fracaso, voy a aprender el chakra cueste lo que cueste y demostraré a Mikoto lo alucinante que soy, y de paso patearé el culo al ojeroso y al imbécil de su amigo. —pensó Bakugo, recuperando los ánimos.

Pero poco a poco, los ánimos iban a menos a medida que los días pasaban y seguía sin poder segregar nitroglicerina a través de su sudor. Aún acudía a la mansión de los Uchiha, pero lo hacían con menor frecuencia por la vergüenza que sentía. Tenía un gran complejo de inferioridad con respecto a Itachi, e incluso con respecto a Sasuke. Mikoto tenía dos hijos que eran unos genios, y él no podía utilizar su poder porque era incapaz de moldear chakra.

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora