131.MOTIVACIÓN

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

—Despídete de la vieja ludópata y de su esbirro por mí. Si en dos semanas no estáis en Konoha, regresaré y os patearé los culos a los tres por hacerme preocupar. En especial el tuyo. Díselo a la bruja de mi parte.—dijo Bakugo despidiéndose de Jiraiya con la mano.

Bakugo salió del bar y regresó corriendo a Konoha. Se sentía bastante mareado por el alcohol, pero durante el viaje no pensó en esas preguntas en las que no tenía respuesta. Mereció la pena. Después de dos días sin apenas descanso llegó a la entrada de la aldea. La mañana siguiente se celebraría el torneo para el ascenso a chunin.

Los dos chunin que vigilaban la entrada de Konoha saludaron a Bakugo al verlo, pero éste los ignoró y se encaminó a la torre del Hokage. Cuando entró al despacho del Yondaime, éste no estaba. La única persona presente era su secretaria, Shiori (N/A: este personaje inventado por mí, aparece en los capítulos 90, 91 y 91 de este fic.)

—¡Bakugo!—exclamó Shiori, sorprendida de su presencia.—¡Qué susto me has dado! ¿No te han enseñado que hay que tocar la puerta antes de entrar?—

—Hoy no estoy de humor, así que no me toques los cojones y dime donde está Namikaze, sirvienta molesta.—dijo Bakugo, de malos modos.

—Tú nunca estás de buen humor, Bakugo.—le corrigió Shiori rodando los ojos. Aún así contestó a su pregunta—Hokage-sama está entrenando con su hijo para el torneo de mañana.—

—Tsk.—masculló Bakugo, molesto.—Volveré en un par de horas. Si regresa antes, dile a ese bastardo que me espere aquí. Tengo que decirle algo muy importante.—

—Bakugo, por cierto ... ¿cómo ha ido tu misión? ¿Has encontrado a Tsu ...?—las preguntas que tenía Shiori se quedaron en el aire ya que Bakugo se fue sin decir nada más dando un portazo al salir.—Mocoso maleducado ....—murmuró por lo bajo, creciéndole una vena en la frente por la ira.

Ya fuera de la torre del Hokage, Bakugo pensó en ir hacia su casa para dejar sus cosas. Pero, al voltear la cabeza y ver el hospital de Konoha, cambió de idea y se dirigió allí. Subió al primer piso y entró a la habitación donde estaba Hinata hospitalizada el día anterior a su partida con Jiraiya, hacía casi tres semanas. Comprobó con dolor, que la heredera del clan Hyuga seguía postrada en la cama. Lo que tampoco cambió es que su sensei, Kurenia, estuviera a su lado haciéndole compañía. Ésta se dio cuenta de la presencia de Bakugo.

—Bakugo ....—el dolor que reflejaba la cara de Bakugo, hizo que Kurenai mal pensara y creyera que había fracasado en su misión. —Ya veo ... No tienes que sentirte mal, Bakugo... Has hecho lo que has podido.

—¿Eh?—Bakugo arqueó una ceja, confundido.—¿De qué demonios estás hablando, mujer? 

—De tu misión de traer de vuelta a Tsunade-sama acompañado de Jiraiya-sama. No debes preocuparte. Seguro que hay alguna otra solución para curar a Hinata.—dijo Kurenai, intendado quitarle hierro al asunto, pero en su interior no tenía ni pizca de fe de que su alumna volviera a ser la de antes sin ayuda de Tsunade.

—¿Por qué clase de perdedor me tomas? Yo si prometo algo, lo cumplo.—dijo Bakugo, frunciendo el ceño.

—Un momento ... ¿eso significa que ...?—el corazón de Kurenai estaba a punto de salírsele del pecho.

—Eso significa que la vieja bruja ludópata estará aquí en menos de dos semanas.—le explicó Bakugo. Ante el rostro de confusión de Kurenai, tuvo que aclarar sus palabras. —Tsunade es la vieja bruja ludópata.—

—Gracias, Kami-sama ...—susurró Kurenai, juntando las palmas de sus manos a modo de oración. Eso molestó a Bakugo.

—¡Esto no ha sido gracias a un jodido Kami-sama!—gritó Bakugo, enojado. Kurenai se sorprendió por la ira repentina del rubio ceniza.—¡Kami-sama no existe, mujer! ¡Si existiera no permitiría que la ojos raros, el cejotas  o ....!—se le formó un nudo en la garganta al recordar la barabarie cometida contra Uraraka que le impidió continuar con su crítica. 

Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora