74.NO ENTIENDO NADA

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Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

—Cof, cof, cof. —tosió Hayate. —Por favor, ahora estad atentos a la pantalla.—De la pantalla salieron los nombres de Kankuro y Choji Akimichi. —Los aspirantes Kankuro y Choji Akimichi, bajad para que empiece el tercer combate.—

—¡ME CAGO EN LA PUTA! ¡ESTO ES UNA MIERDA! ¿CUÁNDO VOY A LUCHAR YO?—gritó Bakugo con ganas de matar al que estaba haciendo el sorteo.

A unos metros de distancia donde se encontraban Kakashi, Bakuko y Sakura, el equipo 10 trataba de animar a un Choji sin muchas ganas de pelear.

—Jooo, yo no quiero pelear y menos con el estómago vacío.—se quejó Choji, poniendo una cara triste.

—¡No me vengas con esas, Choji! ¡Tienes que levantar el ánimo! ¡Eres el primero del equipo 10 que pelea, no nos puedes dejar mal!—expresó Ino, dándole una palmada en su espalda.

—Pero Ino ... Ese tipo de la arena parece fuerte...—dijo Choji observando a Kankuro que sonreía con aire de superiorida.

—Aunque esto sea una lata, tú haz lo que puedas. Y si lo ves complicado, siempre puedes abandonar. —dijo Shikamaru con un bostezo.

—¡Qué clase de ánimos son esos, Shikamaru! —protestó Ino, enfadada con el del clan Nara. —¡Normal que nadie nos tome en serio!—

—Hagamos un trato, Choji. —le propuso su sensei Asuma. —Si ganas este combate te invitaré a lo que quieras para comer.—

—¿A lo qué quiera?—dijo Choji abriendo los ojos como platos. Su estado anímico había dado un vuelco de 180 grados.

—A lo que quieras. —le prometió su sensei.

Un fuego recorría todo el cuerpo de Choji por la promesa de poder comer la carne que quisiera si ganaba su combate. Tan impaciente estaba, que saltó inmediatamente al piso de abajo sin bajar por las escaleras.

—Vaya lata, ¿estás seguro de lo que le has prometido, Asuma?—le preguntó Shikamaru a su sensei. —Si gana, es posible que acabes arruinado.—

—Je. —Asuma le dio una calada a su cigarrillo. —Habrá merecido la pena si con eso consigo que Choji se lo tome en serio.—

Kankuro bajó por las escaleras, extrañado por el cambio de actitud de Choji.

—¿Tantas ganas tienes de que acabe contigo, gordito?—preguntó Kankuro con una mueca de burla.

—¡NO ESTOY GORDITO, SOY DE HUESOS ANCHOS!—gritó Choji, lleno de furia. Su motivación por ganar aumentó considerablemente después del insulto de Kankuro. —¡YA VERÁS LO QUE VA A HACERTE ESTE GORDITO!—

Todos en la planta de arriba estaban atentos al inicio del tercer combate que iba a comenzar en breves. Bueno, todos no. Bakugo seguía dándole vueltas a lo que le dijo su compañera.

—Cuando te examinó tus heridas, Kabuto susurró que eras uno de ellos—

—Uno de ellos .... Uno de ellos .... ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ello? ¿Por qué siento que esto es tan importante?—Bakugo se sentí frustrado. —Joder, parezco el idiota de Deku siempre pensando. Ni siquiera el combate del gordo y de la momia bastarda es capaz de distraerme. No creo que vaya a ser muy entretenido.—suspiró.

—Cof, cof, que comience el tercer combate. —anunció Hayate.

—¡Nikudan sensha! (bola de cañón humana)—gritó Choji, haciendo la técnica que utilizó en el bosque de la muerte , rodando en dirección a Kankuro.

—¡Eso es, Choji! ¡Tú puedes! ¡Aplástale!—le animó Ino desde la planta de arriba

Pero, Kankuro esquivaba sin ninguna dificultad el jutsu de Choji, ya que la velocidad de rotación no era muy elevado.

—Lo que me temía. Este combate va a ser un coñazo. Así no puedo dejar de pensar en el cuatro ojos. Si al menos combatieran el tapón sin cejas ....—el rubio miró a Gaara que parecía aburrido con los brazos cruzados mirando a su hermano.—, el cejotas ...—Lee por el contrario estaba muy animado gesticulando tanto como con el combate de Tenten y Temari. —o el bastardo de los ojos raros ...—

Bakugo se quedó observando un rato a Neji. A diferencia de Lee y Gaara, el miembro del clan Hyuga no tenía ningún interés en el combate. Estaba mirando con odio a ... Hinata. 

—¿Eh?—pensó Bakugo perplejo. —Ese bastardo parece que odia más a ojos-raros que a mí...—

Kakashi observó de reojo como Bakugo pasaba del combate y empezaba a caminar en dirección a Hinata.

—¿No te interesa el combate, Bakugo?—le preguntó Kakashi.

—Ni lo más mínimo. La momia bastarda está jugando con el gordo. Esto no se puede considerar un combate. —respondió Bakugo sin girarse. —Voy a estirar las piernas.—

—Mmmm. —Kakashi no añadió más. No quería subirle su ya elevado ego dándole la razón en que Kankuro estaba a un nivel muy superior al de Choji.

Bakugo llegó hasta donde estaba Hinata. Ésta estaba tan concentrada en el combate que no se percató de la cercanía de su amor platónico. 

—Ey, ojos raros. —dijo Bakugo sin mirar a Hinata ya que estaba observando a Neji. 

Neji, que estaba atento de todos los movimientos de la chica, frunció el ceño aún más al ver a su odiado rival hablando con su odiada prima. Esto le puso contento al rubio que expresó con una sonrisa de arrogancia dirigida al chico Hyuga. Por fin podía distraerse de las palabras de Kabuto. Pero lo que no le hacía tanta gracia es sentirse ignorado por Hinata, que seguía concentrada en el combate.

—¡Ey!—dijo Bakugo elevando el tono de voz, sacudiendo el brazo de Hinata para llamarle. —¡Deja de ignorarme!—

Hinata, por primera vez desde que empezó el Kankuro vs Choji, quitó su vista del combate para mirar a quien le había distraído del combate. Al percatarse que era Bakugo y que estaba a escasos centímetros de ella enrojeció como un tomate.

—Bakugo-kun ....—susurró Hinata, juntando sus dedos índices para calmar su nerviosismo. 

Pero le fue imposible al darse cuenta que su amor platónico seguía con el torso desnudo. Le echó una mirada rápida a sus abdominales y pectorales. Su corazón iba a mil por hora. La chica no sabía que era peor, si mirar a los ojos feroces del rubio o a su increíble cuerpo. Así que optó por lo único que podía hacer para no desmayarse. Mirar al suelo.

—¡Te he dicho que dejes de ignorarme, ojos raros!—exigió Bakugo alzando la voz, al ver como Hinata miraba al suelo. El rubio cogió la cara de Hinata y la forzó a mirarle a la cara.

El sentir el tacto de la mano del rubio en su rostro fue la gota que colmó. Hinata no aguantó más y se desmayó. 

A pesar de la sorpresa del rubio, estuvo ágil de reflejos para sostenerla de la cintura cuando estaba por caer al suelo.

—¿Qué cojones ...?—pensó Bakugo, perplejo ya que no entendía nada de lo que acababa de ocurrir.

El que tampoco entendía nada era Neji Hyuga, pero éste mostraba una expresión de infinito odio hacia el rubio.

—Voy a matar a Katsuki Bakugo.—se prometió Neji, apretando los puños con fuerza.


Katsuki Bakugo en KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora