48. En una sola Noche

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Una vez el agente se cercioró de que las esposas se habían ajustado a la muñeca de Dereck, enganchó uno de sus brazos para levantarlo del capó del coche con cierta vehemencia

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Una vez el agente se cercioró de que las esposas se habían ajustado a la muñeca de Dereck, enganchó uno de sus brazos para levantarlo del capó del coche con cierta vehemencia.

—Ah, joder... un poco de cuidado —se quejó, mientras veía que trataba de mover sus manos, pero las esposas parecían apretarle tanto que no tenía movilidad.

El policía pasaba completamente de Dereck mientras él no paraba de decir que se estaban equivocando, que el único que debería de ser arrestado era Marcus, que él no había hecho nada. Pero lo cierto era que a ojos de la policía, tanto Dereck como Marcus se estaban pegando a puñetazo limpio, ambos eran culpables de alterar el orden publico y de agredir.

Sin poder evitarlo ni pararme a pensarlo, mi cuerpo me impulsó a intervenir. Apartando a las personas que se había aglomerado para ver ese espectáculo, entré en ese círculo y me aproximé a donde estaba Dereck con el policía.

—Perdone... pero comete un gran error —dije con desesperación, en cuanto el agente me miró—. Usted no lo entiende, él no ha hecho nada. No puede llevárselo arrestado...

—Señorita, ruego que no se meta y que se aparte.

El hombre comenzó a llevarse a Dereck, tirando de su brazo para meterlo en el coche patrulla, mientras que a mí no me salían las palabras de la impotencia. Dereck no dejaba de mirarme con rendición en sus ojos y parecía hacer fuerza para que el agente no se lo llevara tan fácilmente y poder quedarse junto a mí solo fuera unos instantes más.

—Nat... tranquila. Saldré de esta —me animó—. Escucha: Llama a Marlon y a Frank. Habla con ellos. Sabrán lo que hay que hacer para solucionarlo todo, me dijeron que me ayud...

Pero no pude escuchar nada más de su parte cuando el policía obligó a Dereck a meterse de una vez en los asientos de atrás del vehículo. Y ahí me quedé, junto a un temblor de piernas viendo cómo ambos coches patrulla se ponían en marcha para llevar a quien me había drogado y a mi novio a una de las comisarías de Los Ángeles.

Esas inmensas ganas de llorar no tardaron en aparecer. 

Había sido drogada por Marcus, por suerte no me había hecho nada más que eso, y ahora... Dereck había quedado arrestado por querer darle una lección a quien nos había hecho tanto daño. ¿Cómo era posible que en una sola noche se hubieran torcido tanto las cosas? Con arrebato, me sequé el agua salada que recorría mis mejillas e intenté reprimir de una vez las nuevas que amenazaban con salir. No podía perder el tiempo en llorar sino que debía actuar para ayudarle, así que me obligué a ser fuerte una vez más y seguí las indicaciones que me había dicho.

Volví al apartamento de Marlon, rezando para que siguiera en él. Por suerte, me abrió la puerta en pocos segundos, pero en cuanto vio que Dereck no venía conmigo, se quedó ahí, sin dejarme paso. Estaba claro que él tampoco me soportaba, era un sentimiento mutuo.

—¿Qué cojones haces aquí otra vez?

—Dereck ha sido arrestado —respondí sin más, intentando que mi garganta no se agarrotara por los sollozos que tanto querían salir de mí.

Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora