Terminé de echarme iluminador en las partes claves del rostro, tal y como aparecía en el tutorial de YouTube que me había visto con anterioridad. Pocas veces me maquillaba tanto, pero esa ocasión lo merecía con creces.
—Tu hermano ya me ha prometido que hoy controlará, esperemos que sea cierto —dijo mi padre al otro lado de la línea telefónica—. De todas formas, estate al tanto, por favor.
—No te preocupes, papá. Estaremos todos pendientes.
Había dejado el móvil en manos libres mientras me arreglaba. Mi padre y yo llevábamos alrededor de una hora hablando, ya que hacía como dos semanas que no teníamos nuestras pequeñas sesiones de ponernos al día.
—Cuando volváis a Seattle este verano, volveremos a empezar... Thomas tendrá que esforzarse mucho, pero saldremos adelante.
Fruncí los labios a modo de sonrisa, viendo mi reflejo en el espejo del baño. Solo me quedaba ponerme un sutil pintalabios de tono nude para estar completamente lista.
—Que por cierto, hablando de Seattle... —comencé a decir junto a una pequeña sensación de ardor en mi vientre al acordarme del regalo de Dereck—. Voy a ir antes de lo previsto. Pasado mañana cojo el vuelo hacia allí.
—¡Eso es estupendo, hija! Estoy deseando veros, os he echado tanto de menos... ¿y eso que hay cambio de planes?
—Bueno, es que... quiero presentarte a alguien. Voy a ir con él.
—¿Y ese alguien...? —Se aclaró la garganta y pude adivinar que había esbozado una mueca sugerente—. ¿Ese alguien es especial?
—Sí, alguien especial. Es muy importante para mí, papá. Estoy deseando que lo conozcas.
Al cabo de los minutos en los que tocamos diversos temas en la conversación, ya se había hecho prácticamente la hora de irnos. Mi padre se despidió de mí, diciéndome que me lo pasara muy bien y, por sobre todo, pidiéndome que le dijera a Edward y Charlize lo mucho que le hubiera gustado estar ahí, así como su más sincera enhorabuena.
Me miré en el espejo una vez más, pero esta vez en el que tenía en mi habitación que era de cuerpo entero. Suspiré, anhelante. Ese día de junio era de lo más especial. Esa mañana presenciaríamos una boda, una promesa de amor. Y ahí estaba yo junto a un incesante hormigueo en mi vientre, nerviosa, casi como si yo fuera la novia que iba a dar el "sí, quiero". Debía admitir que ese tipo de acontecimientos conseguían sacar mi lado más sensible y romántico.
Observé mi reflejo con una sonrisa y me acomodé levemente el pelo. Había decidido hacerme un recogido en una brillante pinza a mitad de la cabeza, dejando parte del cabello suelto en ondulaciones. Pasé mi vista hacia mi cuerpo adornado con el precioso vestido azul que Dereck me había regalado. Era largo y tenía una bonita abertura en la zona de la falda en la que se enseñaba parte de la pierna. Apenas presentaba escote, haciendo que rebosara elegancia y la zona de la espalda estaba abierta. Se me ajustaba a la perfección al cuerpo sin llegar a enseñar mis inseguridades o defectos, me hacía sentir empoderada. Su color azul marino, además, realzaba mis ojos y piel. Era, sin duda, el vestido perfecto para mí.
ESTÁS LEYENDO
Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]
Teen Fiction¿Puede haber alguien más insoportable en el mundo? Definitivamente Dereck Hughes es arrogante, maleducado, prepotente y un casanova en toda regla. No suena muy bien ¿verdad? Resulta bastante difícil lidiar con esa personalidad que tiene, pero aún m...