Ese lunes había amanecido por fin junto a la única persona capaz de acelerar mi corazón con un solo roce. Había amanecido junto a su sonrisa mañanera, sus besos en mi cuello como despertador y sus verdes ojos que me decían un sincero "Te quiero" con una sola mirada. Y todo ello sin que tuviéramos que escondernos, sin que Dereck tuviera que salir a hurtadillas de mi habitación antes de que Thomas despertara y sin que yo tuviera que fingir ni reprimir sonrisas cada vez que le miraba.
Mi hermano ya era conocedor de nuestro noviazgo y, aunque se había enterado en unas circunstancias pésimas y todo apuntaba a que iba a necesitar bastante tiempo para aceptarlo, Dereck y yo no podíamos evitar sentirnos... bien. Liberados. Por fin nos habíamos quitado ese peso de encima y habíamos sido sinceros no solo con Thomas sino también con nosotros mismos.
Después de una intensa mañana de clases en la universidad con examen incluido, llegué al apartamento acompañada de Abby. Nada más atravesar el umbral de la puerta, identifiqué ese olor a queso y masa recién horneada que estaba impregnado en el ambiente de la casa, y al instante, pudimos encontrar a Dereck saliendo de la cocina para recibirnos. Tuve que reprimir una pequeña risa al ver que llevaba puesto un viejo delantal y unos guantes de tela gorda que seguramente habría utilizado para coger alguna bandeja ardiendo. Estaba adorable.
—Veo que no has perdido el tiempo —le dije, mientras mi cuerpo era atraído hacia la cocina por el apetitoso olor a comida.
—Pues claro que no. ¿Te pensabas que por no ir a clase iba a estar haciendo el vago en casa?
Dereck había optado por no asistir ni presentarse al examen que tenía sobre Derecho Civil, ya que no había estudiado nada, mientras que yo había intentado tener un poco de fe en mí misma. No sabía qué conclusiones sacar del examen que había hecho esa mañana de universidad, pero esperaba que lo poco que había conseguido estudiar durante los anteriores días diera sus frutos y por lo menos me ayudara a alcanzar un suficiente.
En cuanto Abby y yo entramos en la cocina, nos encontramos con lo que íbamos a comer ese día: pizza casera, hecha por Dereck con todo su cariño y arte. Una vez más me sorprendí de lo talentoso que era en labores de cocina.
—He hecho pizza. Es... la favorita de Thomas —explicó con una tímida sonrisa—. Sé que es un detalle tonto y que va a seguir enfadado con nosotros. Pero... no sé, había pensado que podríamos intentar tener una comida como buenos compañeros de piso y sin malos rollos. Hace tiempo que no pasamos tiempo juntos.
No pude evitar sonreír. Me encantaba cuando Dereck sacaba su lado sensible y planeaba ese tipo de detalles que, a mi parecer, no eran nada tontos.
—Seguro que la pizza le gusta, pero no esperéis una sonrisa de su parte tan pronto —comentó Abby—. Pensad que fue ayer mismo cuando se enteró de todo y esta mañana cuando he desayunado con él tenía un humor de perros.
Dereck y yo cruzamos una mirada, lamentándonos porque por desgracia Abigail llevaba toda la razón.
—Pero se le acabará pasando... no puede estar enfadado toda la vida —nos animó.
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Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]
Teen Fiction¿Puede haber alguien más insoportable en el mundo? Definitivamente Dereck Hughes es arrogante, maleducado, prepotente y un casanova en toda regla. No suena muy bien ¿verdad? Resulta bastante difícil lidiar con esa personalidad que tiene, pero aún m...