Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]

35. Choque de Realidad

El centro comercial estaba a reventar de personas, delatando que nos encontrábamos en mitad del fin de semana. Cuando entramos a la hamburguesería en la que habíamos reservado una mesa para todo nuestro grupo, me percaté de que Susan ya lo tenía todo más que preparado. Ya había colgado la pancarta en la que se apreciaba la palabra "Sorpresa" y ya había hinchado todos y cada uno de los globos de diferentes colores. Todo estaba perfectamente ordenado y dispuesto, tal y como le gustaba a ella.

Esos preparativos y la comida que nos esperaban eran parte de la fiesta sorpresa que le habíamos organizado a Vanessa con motivo de darle ánimos y celebrar que su padre ya había salido del hospital. La idea había sido de Susan, como casi todos los planes que implicaban tanta dedicación, y por tanto, había sido ella la que se había encargado de prácticamente hacerlo todo.

—Vale, creo que ya estamos listos. Solo falta... que venga Vanessa —pronunció Susan pensativa, al tiempo en que nos repartíamos por los diversos sitios de la mesa para ver cómo nos podíamos esconder—. Espera, espera... No estamos todos ¿se puede saber dónde está Dereck y por qué no está aquí ya?

—Supongo que estará de camino —respondió Sean—. No te preocupes, vendrá.

—No sé de qué os sorprendéis... Ya sabéis cómo es, siempre apura hasta el último momento. —Rechistó mi hermano, dando a entender que aún seguía mosqueado con él.

—¿A ti nunca se te va a pasar el enfado con Dereck? —le dije a mi hermano sin cortarme un pelo.

—¿Y tú nunca vas a cansarte de defenderle tanto? —rebatió, haciéndome rodar los ojos. Y entonces miró a Susan—: O quién sabe... a lo mejor se ha olvidado de que hoy le hacíamos una fiesta sorpresa a su novia.

—Pues... sea como sea, me parece que Vanessa está aquí en tres minutos —dijo Susan cortante—. Por lo que, o se da prisa, o la sorpresa va a salir como un churro.

—Mejor le voy a llamar. —Fue Trevor quien habló esta vez y, cuando le miré, vi ya tenía el móvil puesto en su oreja esperando encontrar la respuesta de Dereck al otro lado de la línea. Pero al cabo de unos dos minutos, nadie pareció contestar. Suspiró—: Lo tiene apagado... o fuera de cobertura.

—Qué raro —ironizó Thomas.

—Joder, ¿a ese chico le importa algo su novia o qué? —dijo Susan—. Tanto matarme a organizar la fiesta, para que ahora por su culpa se estropee todo.

—Susan, tranquila —intervine, por primera vez—. Nada se va a estropear porque él venga tarde... todo va a salir guay, ya verás.

Y, en ese preciso instante, el teléfono de Susan comenzó a vibrar alertando del mensaje proveniente de la protagonista de la fiesta.

Al parecer, acababa de llegar al centro comercial, por lo que en unos escasos dos minutos ya estaría pisando el local. Lo cierto era que Vanessa no tenía ni la más mínima idea de lo que le esperaba, sino que se pensaba que había quedado solamente con Susan para comer juntas y contarse novedades, lo que hacía de aquella fiesta algo mucho más emocionante.