31. Novio del Año

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Habían pasado ya dos horas desde que Dereck se había ido y no había recibido ni una sola noticia de él, ni un solo mensaje ni una llamada que se hubiera dignado a descolgar

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Habían pasado ya dos horas desde que Dereck se había ido y no había recibido ni una sola noticia de él, ni un solo mensaje ni una llamada que se hubiera dignado a descolgar. Era frustrante.

Gran parte de mí estaba enfadada, conmigo misma, con la situación, con Dereck. Con todo. Pero tampoco sabía si tenía motivos para estarlo puesto que, en realidad, no sabía qué es lo que había pasado exactamente.

A pesar de que intentara mantenerme focalizada en otros temas como poner un poco de orden en mi armario, revisar las tareas de la universidad e incluso llamar a mi padre como cada dos días siempre hacía... no podía evitar que mi mente estuviera inquieta.

—¿Te has enterado? —Oí de pronto una voz colarse en mi habitación. Al segundo identifiqué a mi hermano, quien acababa de abrir la puerta y me miraba con las cejas arqueadas.

Negué con la cabeza. Si ni siquiera me había dado cuenta de que Thomas ya se encontraba en el apartamento, menos iba a saber qué era aquello de lo que debía de haberme enterado.

—¿Enterarme de qué?

—Al parecer al padre de Vanessa lo han ingresado, así que Sean y yo nos estamos preparando para ir al hospital... —explicó, provocando que mi corazón se sobresaltara ante la noticia—. ¿Te vienes con nosotros? Vamos a hacerle una visita para darle nuestro apoyo. Creo que los demás ya están ahí.

Enmudecí durante unos instantes, sintiéndome nuevamente fatal por Vanessa, pero no tardé mucho en reaccionar y accedí a esa propuesta. Intenté comprender todo un poco. El motivo por el que Vanessa estaba llorando hacía unas horas en la puerta de nuestro apartamento cobraba mayor sentido y la razón por la que Dereck había desaparecido podía ser que tuviera que ver con ello.


En cuestión de unos exactos veintisiete minutos, llegamos al hospital situado en pleno centro de Los Ángeles. Mi estómago estaba hecho un nudo por la delicada situación a la que estaba segura de que me iba a enfrentar.

Enseguida un médico nos guio hacia una de las salas de espera y, en cuanto entramos en ella, de inmediato pude localizar el pelo rubio platinado de Trevor a quien tanto me alegré de ver y el rubio oscuro de Susan que me sonreía.

Pero toda esa chispa de aparente alegría por ver a mis amigos se desmoronó en cuanto visualicé a Dereck y... a quien le acompañaba. Estaban sentados en las incómodas sillas de hierro de la sala, él apoltronado en el asiento y Vanessa apoyada en el hombro de Dereck con los ojos cerrados. Parecía dormir plácidamente, mientras que él se encontraba con su brazo rodeándola, así como acariciando su pelo con cariño.

Me quedé contemplando la imagen junto a una impotente sensación que crecía en mi interior. Me sentía estúpida, mientras que él aún no se había percatado de mi presencia. Eran unos gestos dignos de una pareja y, tal y como la miraba, me hacía sentir como un cero a la izquierda. No me había dado cuenta de la estupenda pareja que hacían y de lo mucho que pegaban hasta ahora, lo cual empeoraba mi estado anímico.

Desde que Llegaste. © #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora