Chocolates.
"Compararse con los demás se ha convertido en una rutina diaria."
—Magic Shop.En un laberinto sin fin, la única respuesta es seguir caminado mientras imaginamos que algún día encontraremos la salida.
La habitación perfectamente ordenada era testigo del joven que se observaba en el espejo con una total concentración. Su imagen siempre fue importante, tenía que lucir como lo que era, un chico de casa.
Los tacones de su madre golpeando la loseta aumentaban su ritmo, tenía que apresurarse si quería verla igual de alegre en ese sábado por la mañana.
—¡TaeHyung!
Dejó de ver su reflejo para apresurarse a ponerse sus zapatos nuevos, una marca desconocida de un diseñador que su madre conoció en la ciudad. Una vez listo, al escuchar el segundo llamado, corrió fuera de su cuarto.
—¿Qué te he dicho de esos zapatos, cariño?
La sonrisa en su rostro demostraba lo contrario a esa advertencia, la familia Kim estaba reunida en el gran comedor de doce piezas, donde los lugares vacíos predominaban. El castaño miró sus pies y se inclinó como disculpa, lo había olvidado. Los sacó y se acercó al comedor donde estaba su desayuno recién preparado.
TaeHyung era solo un adolescente, pero a sus cortos dieciocho años tenía el título de mayor orgullo en su familia. SuHee, su madre, siempre hablaba sobre cómo su único hijo era el fruto perfecto de su matrimonio, el heredero de la fortuna de su dinastía.
TaeHyung era un castaño de ojos marrones y tez acanelada, a la vista de todos era el mejor candidato a merecer la mano de alguna de las señoritas del pueblo.
Sus padres se había dedicado a educarlo conforme las regalas lo dictaban y más. TaeHyung no solo asistía a la escuela del pueblo, también recibía tutorías fuera de sus horarios escolares y ocupaba su tiempo en estudiar y ser intérprete de algún talento útil. Siempre siendo el ejemplo entre muchos de los demás adolescentes en su comunidad, SuHee disfrutaba recalcarlo en cada conversión con sus amigas y conocidas. Quería que todos supieran lo afortunada que era al tener a TaeHyung como hijo y sucesor.
Kim TaeHyung era una persona correcta, todos lo sabían.
—¿Cómo dormiste? —preguntó su madre.
—Bastante bien madre. —respondió y antes de sentarse hizo una reverencia hacia sus familiares.
—Buena elección de atuendo, TaeHyung. —pronunció TaeYang, el padre del castaño.
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Prohibido ✞ kookv
RomanceEra 1985 cuando sus caminos se cruzaron. Estaba destinado a ser. Dos jóvenes enamorados en una época sanguinaria para los suyos, la aceptación y la negación estaban colgando de un hilo. ¿Por qué si TaeHyung era tan correcto y religioso tuvo que top...