Era 1985 cuando sus caminos se cruzaron.
Estaba destinado a ser.
Dos jóvenes enamorados en una época sanguinaria para los suyos, la aceptación y la negación estaban colgando de un hilo.
¿Por qué si TaeHyung era tan correcto y religioso tuvo que top...
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"Sabe a fresas, en una tarde de verano Y suena como una canción, quiero más bayas. Y esa sensación de verano. Es tan maravilloso y cálido." —Watermelon sugar.
Su día se había basado en recorrer algunos museos recomendados por NamJoon.
JungKook ahora entendía por qué su Hyung se había enamorado de ciertas partes de Seúl. Todo era tan diferente a Geumji, incluyendo el ruido que había por todos lados.
—Tengo hambre, JungKookie. —habló TaeHyung. —Comienza a hacer frío también.
El menor asintió, al estar en invierno, no tardaría en llenarse de nieve, aunque amaría ver la nariz de TaeHyung volverse roja y acurrucarse en su abrigo, no podían arriesgarse a enfermar.
—¿Qué quieres comer, osito? —preguntó caminando hacia el coche.
—Aún no lo sé. —se encogió de hombros entrando a su coche. —Escoge tú.
JungKook asintió, en cuanto TaeHyung encendió el auto y avanzó, le indicó el camino hacia una pizzería que había visto el día anterior.
Pizza planeta.
—Pensé que era un lugar para niños...
—La comida es para todos, vamos.
TaeHyung asintió y estacionó en el aparcamiento del lugar antes de bajar con su novio y entrar al local.
Era fascinante, cualquier niño o inclusive un adulto perderían la cabeza al ver tantas luces, juegos y comida chatarra junta.
El restaurante tenía un ambiente basado en el espacio, varias simulaciones de planetas y naves espaciales colgaban del techo, así como las paredes también estaban pintadas de constelaciones y estrellas.
Tomaron una mesa, enseguida una chica apareció con una gorra con el logo del restaurante, sonriendo, mientras tomaba su pedido, una pizza grande hawaiana con refresco y papas extras.
Pasaron veinte minutos para que su pedido fuera dejado en la mesa.
—¿Me dices por qué pides pizza hawaiana y le quitas la piña? —preguntó TaeHyung divertido. —Digo, es algo ilógico.
—La pizza con piña no es una opción, TaeHyungie. —respondió llevando la rebanada a su boca. —Es deliciosa así.
El castaño asintió algo dudoso por la contestación de su novio, pero al fin de cuentas, ¿quién entendía a Jeon JungKook?
—Que bueno que disfrutes. —le sonrió, comiendo de igual forma.
—No te voy a mentir, ahora quiero una gorra como la de los niños, es tan alta en estilo. —susurró bebiendo de su soda.
