Era 1985 cuando sus caminos se cruzaron.
Estaba destinado a ser.
Dos jóvenes enamorados en una época sanguinaria para los suyos, la aceptación y la negación estaban colgando de un hilo.
¿Por qué si TaeHyung era tan correcto y religioso tuvo que top...
N/A: escuchen la canción que viene, valdrá la pena <3
Call me
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"Sé que estoy jodido, solo soy un perdedor No debería estar contigo, supongo que soy un desertor. " —Supalonely.
Estaba demasiado cansado. Tanto que no pudo evitar ocupar su última hora escolar para dormir un poco.
Lo último que recordaba era haber persuadido a TaeHyung para que lo acompañara a los asientos traseros y cuidara de su sueño, ya que ninguno podía abandonar la institución hasta que la jornada terminara, por lo que su clase libre debían pasarla en los salones perdiendo el tiempo.
Ambos adolescentes habían hecho su relación amistosa mucho más cercana en las últimas semanas, desde ese día en que JungKook visitó la casa Kim, se había vuelto más apegado al castaño. Ahora caminaban juntos todos los días en las salidas, andaban y reían de cosas sin sentido hasta que sus caminos se separaban. En las clases algunas veces alternaban puestos, tanto con YoonGi y SeokJin, quienes también mostraban más acercamiento entre ellos.
Todo marchaba bien, JungKook se sentía muy a gusto con sus nuevas rutinas, todavía intentaba que TaeHyung le tomara más confianza, la suficiente como para abrirse un poco más con él, trataba de hacer que su amigo no se sintiera solo y que a pesar de vivir en una época donde lo diferente lo consideraran erróneo, se sintiera libre de expresarse con él, aunque no conocía del todo a su familia ni su relación con ella, desde aquella noche un sentimiento desconocido lo embargó.
Justo ahora estaba disfrutando mucho de su siesta, se removió un poco para tomar con más fuerza su mochila y acomodara de mejor manera su cabeza.
Había dejado a TaeHyung a su lado y estaba seguro de que al despertar él seguiría ahí para poder salir e irse de una vez por todas.
Y todo habría salido bien, si no fuera porque a sus oídos llegaron los sonidos de los alborotos, trató de ignorarlos como todos los días, no sabía ni le interesaba de qué se trataba ahora.
Por eso que algunas veces detestaba la escuela, tener que convivir con personas que lo hacían estresarse o bufar cada vez que abrían la boca, no era algo satisfactorio para soportar todos los días.
Aún estaba durmiendo, seguía en ese sueño que tanto estaba disfrutando.
"Estaba en un lugar desconocido, de las paredes colgaban cuadros que no lo lograba visualizar con claridad, estaba solo, podía mirar sus pies sobre una superficie de madera. De pronto el ruido de una campana, acompañado de unos pasos, lo hicieron voltearse.
Era una silueta, no podía verla bien, pues la luz era demasiado brillante como para que sus ojos lograran enfocar.
Cuando una mano se extendió en su dirección, iba a tomarla sin dudarlo, pero no pudo. "
