Era 1985 cuando sus caminos se cruzaron.
Estaba destinado a ser.
Dos jóvenes enamorados en una época sanguinaria para los suyos, la aceptación y la negación estaban colgando de un hilo.
¿Por qué si TaeHyung era tan correcto y religioso tuvo que top...
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"Algunas cosas están destinados a ser. Toma mi mano. Toma mi vida entera también. Porque no puedo evitar enamorarme de ti" —Can't Help Falling in Love
Las cosas seguían fluyendo, los días pasaban y los cambios continuaban.
Los meses que habían pasado se veían tan lejanos en ese punto de su vida, deseaban borrar aquellos recuerdos, pero estaban consientes que eran experiencias que los hacían más fuertes.
Akina había dado el primer paso para salir de Geumji. Luego de muchas pláticas e insistencias por los hermanos Min, la chica logró viajar a Seúl, donde la asociación de HyoRi la esperaba.
YoonGi sintió un vacío en su corazón, estaba consiente que Akina solo era un amor pasajero, como los que solía tener, no podía mentir y decir que estaba enamorado, porque no, a pesar de que era un apasionado con sus casuales parejas, la verdad es que sus sentimientos jamás habían sido tan intensos como para llamarlos amor.
Así que estaba bien, claro que iba a extrañar a la pelinegra rebelde, pero sabía que estaría mejor en donde estaba.
SeokJin, estaba contento por la oportunidad que se presentó para su amiga, quien por fin había accedido a cooperar para salir de Geumji con un poco de ayuda.
La situación actual estaba así; era un sábado normal. Desde que SeokJin había regresado, no podía darse el lujo de pasearse por el pueblo, así que todos se mantenían en la casa del moreno, haciéndole compañía a su amigo.
—¡Kim NamJoon!
—Mi amor, por favor, ven...
—¿¡Cómo es que voy a cubrir esto!?
El mayor soltó una pequeña risa y persiguió a su novio por toda la sala, quien seguía huyendo de sus manos.
—Lo arreglaré...
—¿Cómo? ¿Quién te mintió y te dijo que eras estilista?
—Dijiste que querías un cambio y que estabas bien con ello...
—¡Yo no quería ser rubio, NamJoon!
—Pero te ves hermoso, Jinnie, solo déjame...
—¡Aléjate de mí!
El sonido de la puerta abriéndose los distrajo de su pelea.
—¿Qué sucede? Sus gritos... mierda.
—¡JungKook!
—¿Qué te pasó? —preguntó YoonGi mordiendo una manzana.
—Te dije que era horrible, NamJoon. —bufó tratando de no llorar.
—¡Solo necesito enjuagarlo!—dijo acercándose. —No te sientas mal, te voy a lavar el cabello y estarás como nuevo, ¿sí?
