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DOS AÑOS DESPUES omnisciente,
—asi que... ¿es oficial?. —pregunta Nate, el señor Hacker a Vinnie, su hijo. —¿le pediras matrimonio?.
—no, no hare eso, prefiero seguir viviendo. —contestó el rubio, entre risas.
—¿por que dices eso?. —pregunta el señor.
—si le pido matrimonio me asesinara de veinte formas diferentes. —dice el. —ya puedo escucharla decir, "no necesito que un maldito papel me diga que soy la mujer de tu vida".
—oh, que lindo que la conozcas tan bien. —su padre sonrie. —¿entonces para que es el anillo?.
—es como una promesa. —le dice. —una promesa de que siempre estaremos juntos.
—es lo mismo que casarse pero sin el papel y la iglesia. —su padre explica y el asiente. —¿tu quieres que tu madre se muera de un infarto cuando le cuentes eso?.
el rubio solto una risita y se acomodo mejor en el sillon de su pronto antiguo departamento. Su padre habia venido a ayudarlo con la mudanza, pero ahora estaba enterandose de la pequeña cajita que tenia su hijo en sus manos, con unos anillos dentro de ella. Ya que tenia pensado darselo hoy a su amada.
—mamá esta feliz de que este con andy, para ella no hace falta ni que me case. —sonrio el.
—bien, ¿cuantas cajas faltan por llevar?. —pregunta el señor, levantandose del sillon, dando por terminada la charla.
—esas tres y terminamos.—le informa, copiando su accion.
ambos toman todas las cosas restantes y terminan por sacarlas finalmente del departamento.
hace algunos meses, vinnie y andrómeda habían decidido mudarse juntos. había sido una decisión que ambos tomaron luego de haber cumplido dos años como pareja, y tambien por el simple hecho de no poder estar separados el uno del otro.
su nueva casa estaba cerca del bosque, les había encantado desde la primera vez que la vieron ya que estaba algo alejada de todos y de todo. apenas tenían cinco vecinos y una tienda cerca de su casa. Era una zona pequeña y tranquila, justo lo que ellos necesitaban.
la vida de ellos no podía ser mejor. Andrómeda había firmado un contrato para la marca Prada y cada vez le salian más sesiones. Vinnie, por otro lado, crecía cada vez más con su marca de ropa y otros trabajos, les estaba saliendo todo de maravilla y ambos no podían estar más que felices.
no querian casarse, no porque no se amaban, sino porque no lo veian necesario, quizás en un futuro lo harían, pero ahora no era el momento para ellos, y se alegraban en estar de acuerdo en eso.
