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Jung Min 

4 meses después 



Después de tantos meses, por fin me atrevo a venir a verlo. En sus muñecas trae esposas, usa un uniforme anaranjado, horrible, por cierto.

Levantó sus ojos del suelo y su vista se encuentra conmigo.

Sonríe malicioso.

Se sienta enfrente de mí, nos separa un cristal con agujeros, toma el teléfono y sonríe de igual manera.

—Hola cariño, pensé que te habías olvidado de tú... creo que, ya no lo soy. ¿Qué quieres? —pregunto enojado.

Me quede callados unos dos minutos. — ¿Sólo vienes a verme y no, a hablar? No me dan mucho tiempo, así que apresúrate.

— ¿Por qué? —miró a los ojos molesto.

—Porque, ¿qué?

—Lo mataste.

—Jugaste conmigo, me miraste la cara. Tú sabias de mi problema y, aun así, hiciste lo que hiciste.

—No es justificación, para... —me interrumpió.

—No me estoy justificando, nunca lo he hecho, lo echo, echo esta y punto. Lo hice porque si no te quedabas conmigo, tampoco lo ibas hacer con él. Ninguno de los 3 somos inocentes... Y lo hiciera o no lo hiciera, de igual manera iba a terminar encerrado.

Colgó el teléfono y se levantó, dejándome ahí.

Es la última y primera vez, que vengo a ver a Hyung Jun, ya no importa que pase con él, voy a dejar todo esto en el pasado, tengo que seguir mi vida, solo y sin Hyun Joong. Ahora más que nunca me arrepiento de haber estado con él estos meses.

Pero lo hecho, hecho está y no se puede cambiar...


Hyung Jun


Los policías abrieron la celda y me sacaron de ahí, me llevaron a un lugar alejado.

—Tenemos todo listo, espero que no nos falles con el dinero.

Sonreí.

— ¿Cuándo eso ha sido un problema con ustedes? Nunca les he quedado mal ¿o sí? Además, esta vez es mucho más. Van a poder darlo todo a su familia.

Ellos sonrieron y asintieron.

—Muy bien, mañana en la noche se pone en marcha todo, los presos que ya saben qué hacer.

—Que no se pasen. No quiero morir tan joven.

Ellos se rieron. —Recuerden darles la noticia a todos los que me conocen, que salga en televisión, que todos sepan que morí.

—No te preocupes.

—Por favor, llamen a Corea, con la abuela Rosalva, ella sabrá que está pasando, solo díganle que las cosas van como lo planeado.

Ellos asintieron. —Ahora mismo lo hacemos.

Uno de ellos fue a llamar y nos quedamos hablando nosotros. Después llego y nos dijo que ya estaba listo eso.

Yo regrese a mi celda horas después.

Estoy listo para morir.

Mientras regresaba a mi celda, Isandro se ve vino a la cabeza, mierda, extraño tanto a ese niño, no sé qué me hizo, pero quiero verlo y abrazarlo, besarlo.

En toda la noche no deje de pensar en que es lo que está haciendo en estos momentos. ¿Me odiara todavía? Quiero verlo, olerlo, quiero ver su sonrisa y escucharlo hablar. Esto que siento por él, es tan distinto a lo que he sentido por otros.

Todo esto pronto se acabará. Y jamás volveré a hacerle daño a nadie.

Otro día en la noche...

Me despertaron de un golpe en la cara, desperté asustado y sonrieron.

— Llego tú hora Hyung Jun. Mucha suerte.

Como unos 5 hombres comenzaron a golpearme.

Yo me quede tirando en el suelo, mientras todos empezaban a golpearme por todas partes. Uno de ellos sacó una navaja. Todos los presos empezaron a gritar y no tardaron en llegar los guardias.

—No te pases de más —dije quejándome del dolor.

—No te preocupes, se lo que hago.

En unos segundos, se escuchó cómo querían alejarme de ellos, uno de los que me golpean, me encajo la navaja en el abdomen. Él me miro asustado y sacaron a todos. Mis ojos empezaron a cerrarse poco a poco.

 

****


Al abrir los ojos, observe que estaba en un cuarto totalmente blanco, los policías que a los que les pague están conmigo y sonríen.

—Mierda, Hyung Jun, pensamos que se les había pasado la mano.

Me reí. — ¿Cómo te sientes?

Asentí.

—Adolorido.

—Pensamos que si lo hacemos ahora todos se darán cuenta, hay que esperar mañana en la noche, cuando este un poco más vacío, y tú estés mejor, entonces podremos darte por muerto. Tus padres están afuera, pero se les prohibió la entrada. Las maquinas están preparadas para que fingir tú muerte. Dentro de poco estarás muerto para todos.

Sonreí.

Estoy por salirme con la mía.

—No les digan a mis padres que estoy despierto, nadie debe de saberlo.

—No te preocupes, los doctores que te atienden son los que contratamos para que pase todo, están preparados y al tanto de que no deben de decir nada.

— ¿Son seguros?

—Lo son, no te preocupes, lo tenemos todo controlado. Van a poner un cuerpo irreconocible, les dijimos a tus padres que no pueden verte, tal y cómo dijiste. Cuando te vean en la caja, obviamente no serás tú, será otro cuerpo, el cuerpo es uno de los que no fueron buscados por sus familias, no habrá problema con eso.

—Gracias.

Dormí unas horas.

Falta poco para ver a Isandro y poder seguir yo con mi vida lejos de aquí.

Otro día por la noche mientras platicaba con los policías escuche gritar a mi madre. Me quede impactado por tal grito, jamás la había escuchado gritar así.

Me quede callado mirando a la puerta.

—Le acaban de decir la noticia a tu madre, desde ahora estas muerto.

Los policías me miraron. — ¿No te sientes mal por ella?

—A ellos nunca les importe, las personas son tan hipócritas. Cuando estas vivo, te odian, te abandonan, ni te hablan para saber cómo estas, ah, pero nomas te mueres, y todos te amaron. La gente es tan falsa.

—Debiste de haber sufrido bastante en tu niñez para odiar de esa manera a tus padres.

—Me abandonaron en un orfanato, fui golpeado y abusado sexualmente. Desde entonces empecé a odiar a todas las personas y a hacer cosas que estaban totalmente mal. Y mis padres me dejaron de importar. Que ahora no vengan con que me amaron siempre, porque no les voy a creer nada.

Ellos se quedaron callados.

Yo cerré los ojos y empecé a suplicar porque todo saliera bien. 

𝑮𝒂𝒆𝑴𝒂𝒍 𝒐 𝑴𝒊𝒏𝑱𝒖𝒏/𝒀𝒂𝒐𝒊/𝑺𝑺501Donde viven las historias. Descúbrelo ahora