Las Ruinas

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Glosario para este capítulo:
N/A: No disponible
P.O.V: Punto de Vista
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___N/A P.O.V___

De tantos libros en la historia de Hyrule, sólo había uno que recopilaba breves resúmenes de los guerreros Sheikah más destacados a lo largo de sus eras, a veces fragmentos de diarios por parte de guerreros desconocidos, uno diría que es una injusticia, pero para aquellos que nacieron sin nada... Era un honor.

Revali había leído aquel recopilatorio, buscando algo para al menos hacerse una idea de quién había sido Durmiente, sólo habían fragmentos cortos, con vagas descripciones cómo solía ser o cómo solía vivir junto con los demás sheikah.

"Se trata de alguien que sólo tuvo sus cinco minutos de fama, ni siquiera sus estrategias parecen muy bien planeadas, aún así nombraron como Capitán/a/e a un/a/e mocoso/a/e, es un acto muy desesperado" pensó Revali tras leer aquellos fragmentos de diferentes diarios en el libro que había obtenido de un mercader que provenía de Hyrule central mientras recorría el reino.

Cuando la consejera real envió una carta avisando de que probablemente Durmiente se encontraba con vida según los reportes de una princesa zora, el orni entró en cólera, sintió como si se hubieran burlado en su cara.

Impulsado por la ira emprendió una búsqueda por sí sólo, quería matar a los Yiga que le humillaron, quería comprobar o no si Durmiente seguía con vida para luego reclamar esa enorme puñalada a su orgullo.

Relacionaba a Durmiente con humillación, si se encargaba de ese "bicho", de ese problema, tal vez podría tener paz al fin, se "rebajó" en escribirle a la joven consejera para pretender prestar su servicio a la corona.

Aquella carta fue bien recibida, incluso el rey se mantendría al tanto de sus habilidades, eso dió una sorpresa placentera al joven general quien no evitó inflar su pecho lleno de orgullo al leer aquello, ¿Quién necesitaba amigos si podías estar en la cima? Tal vez podría ser el primer orni en ser nombrado guardia real.

No dejaba de rastrear por todos lados, la ventaja de tener alas es que se podía mover casi tan rápido como los chismes y rumores; Primero fue a Lanayru a buscar pistas, más no se atrevió a entrar al dominio, tanta humedad no era buena para sus plumas.

Escuchó por parte de un guardia de la entrada que alguien del clan Yiga defendió al joven príncipe pero escapó junto con otros dos miembros; De un goron mercader escuchó que "el gran Daruk" había estado conviviendo con alguien que poseía las mismas descripciones físicas que Durmiente y le había comprado muchos minerales para forjar armas, pero desapareció hacía unas semanas de la Ciudad goron, casi un mes, como si se hubiera esfumado.

Después de ahí, ya no había rastro y los caminos se plagaban cada vez más de monstruos agresivos, fuertes. Empezó a preocuparse por su hogar.

Rendido, el orni se detuvo en un rancho cerca de la región de Faron después de haber revisado el pueblo de Onaona; odiaba la humedad, sus plumas se esponjaban por el exceso de agua en el aire, aquel establecimiento estaba hecho de madera y piel de animales locales , ¿Cómo no se había podrido? ¿Cómo no tenía moho? ¿Cómo podían tolerar ese clima?.

Justo cuando entró al recinto, empezó a llover -Este día ya es horrible por sí mismo- susurró el orni con cierta impaciencia, no le gustaba estar en un lugar incómodo, no había nada con lo que se podía distraer, estaba sólo con sus pensamientos.

-¡Monstruos!¡Cerca del puente!- exclamó un viajero que llegaba corriendo atemorizado "Gracias!" Pensó para sí aquel general mientras descolgaba su arco del seguro en la espalda de su armadura.

[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a + Donde viven las historias. Descúbrelo ahora