La Matriarca y El Rayo de Luz

338 40 2
                                    

"Únete"
"Quieres vengarte"
"Véngate"
"Se parte de mi"

Escuchaba Astor mientras estaba tendido en el suelo sobre un charco que se mezclaba de malicia como su propia sangre, la esfera aún se encontraba a su lado.

-Dame tu poder, dame la venganza- susurró el moribundo hechicero, lentamente la malicia le envolvió, y desapareció como si la tierra literalmente se lo estuviera tragando.

Los tres presentes vieron aquello -No debió haber ido lejos- susurró Revali para sí mientras emprendía vuelo invocando sus típicas corrientes de aire, Link y t/n empezaron a buscar por los alrededores.

Mientras tanto ya era el atardecer en la imponente ciudad de las gerudo estaba siendo cubierta por una hermosa luz purpúrea y dorada que por igual inundaba ese lugar.

El trono parecía un pilar alto con un aura de oro donde estaba sentada la matriarca Urbosa, rodeada de las guerreras de mayor confianza para ella, dos paradas a los lados del trono, otras cuatro inclinadas en una rodilla con la mano al pecho mientras que con otra sostenían una lanza típica de su pueblo.

La princesa Zelda estaba de pie sin intimidación alguna frente al trono, con dos damas de compañía tras ella como protección, usaba su vestido, una hermosa tela de predominante azul con hilos dorados, las mangas y faldas inferiores así como el cuello en blanco pulcro, adornando esa imagen de impetuosa elegancia, poseía una delgada tiara bañada en oro.

Tras una larga charla formal, finalmente recibirían la respuesta para la petición del rey Rhoam hacia Urbosa para ser la piloto de Vah Naboris, la bestia divina del desierto.

-Princesa de Hyrule...- Empezó a decir la mayor desde su trono a unos pocos escalones de distancia de Zelda -Acepto su propuesta sin reserva alguna- el sol se reflejaba en la corona de Urbosa así como la armadura y accesorios dorados que le hacían ver como una figura sagrada, era casi así, aquella gerudo no sólo era hermosa, fuerte sino que había llevado a su pueblo hacia una época de paz inimaginable en una relación diplomática exitosa con la corona real.

-El mismo clan Yiga que pretende resucitar a Ganon también busca robar nuestro tesoro más valioso -dirigió la vista hacia su derecha donde un casco hermosamente elaborado de oro y piedras preciosas descansaba, unos de los muchos tesoros sagrados que hasta la actualidad habían podido sobrevivir, tras el breve vistazo devolvió los ojos hacia su visitante -Es por eso que me uniré a su noble causa-

Con las manos a sus costados, la espalda recta y el sol iluminando su pálida piel, Zelda alzó su voz con el mismo tono decoroso que la mayor -Matriarca gerudo, Urbosa... - entrelazo sus manos en un gesto de cordialidad -En nombre del rey de Hyrule, se lo agradezco- se inclinó ante Urbosa y las damas hylianas imitaron el gesto en profunda gratitud.

Cualquiera diría que fue la reunión con mayor elegancia para reclutar a un campeón, pero la realidad de su relación era mucho más informal y cálida que eso.

La luna estaba en su punto más alto, la ciudad seguía erguida impetuosa en el desierto pero esa serenidad que ofrecía la noche fue interrumpido por un par de risas -¿Te digo algo, Urbosa? Yo nunca te había visto tan seria- confesó Zelda mientras ahora estaba usando sus cómodas ropas de expedición y caminaba a un lado de la matriarca.

-Ah no?- preguntó Urbosa quien llevó una mano a su cintura, tras su falda se movía al compás de su caminar un arma, su confiable cimitarra y un escudo que a pesar de ser tan bellamente adornado podía resistir los golpes más fuertes -Pues qué curioso, mi rayo de luz, hace diez años yo te ví igual de seria-

Fingió alzar la cabeza de manera orgullosa pero sólo era para ver por el rabillo del ojo a un par de viajeros quienes las miraron por unos breves momentos pero no cedieron su paso o reaccionaron como un civil normal, ni si quiera un saludo, sólo una mirada que parecía rencorosa, eso le había llamado la atención.

[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a + Donde viven las historias. Descúbrelo ahora