La Libreta

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Glosario para este capítulo:
N/A: No Disponible
P.O.V: Punto de Vista
T/N: Tu Nombre
A/P: Apellido

___N/A P.O.V___

Dicen que cada cierto tiempo un alma es elegida para poder guiar el alma del héroe, se trata de una criatura o persona dispuesto a guiarle y ayudarlo a lo largo de su travesía, muy pocas almas a lo largo de los milenios han sido conferidas la tarea de algo tan importante.

Y otra cosa es cierta: Todos terminan amando de una u otra forma al héroe, ya sea un amor romántico o fraternal, pero siempre terminan sintiendo amor hacia aquella valerosa alma, juran proteger con su existir al elegido no importa cuantas vidas sean.

Muchas terminaron extinguiéndose, sacrificándose, el destino del alma guía son siempre los mismos: Morir tratando de proteger al héroe y sus allegados o separar sus caminos.

Hadas, Twili, Hylianos e incluso la espada maestra misma.

En esta ocasión, el alma elegida se trató de t/n, un alma que nació antes de tiempo, pero tal vez el conocimiento del pasado sería una gran guía al héroe que aún no había despertado su poder.

Nadie supo, ni nadie sabrá que los espíritus de la luz que protegían las provincias de Hyrule ofrecieron sus existencias mismas para congelar el alma del/de la /de elle sheikah por tantos siglos y que siguiera conservando su memoria porque sabían que los mortales mismos tarde o temprano olvidarían su existencia.

Ahora los espíritus habitaban en t/n como voces inconscientes, voces de la razón y visiones del futuro, mientras la luz existiera en Hyrule, los cuatro espíritus estarían acompañando en esencia al Sheikah milenario/a/e.

No se sabía qué pasaría cuando terminara con su misión, ¿Moriría?¿Viviría?

¿Por qué las diosas escogieron a alguien tan común para esta tarea?

___T/N P.O.V___

Tras aquel accidente dejé de usar uniformes o ropas Yiga o Sheikah, me limité a usar ropas de viajero/a/e que incluso combinaban más con las alas y mi antifaz; Siguieron ataques por parte de Yigas que pertenecían a escalones mucho más bajos que Sogg, Sebit o Merv, la mayoría de ellos pasaron inadvertidos y decidí no dar palabra alguna acerca del asunto.

No quería que le prohibieran a Zelda como al par de científicos investigar algo que era tan necesario para la protección del reino, pero me alejé, me hice más distante, aprovechaba los tiempos muertos para practicar con las alas descensos desde diversas alturas.

Pero mientras estuviera en la bestia divina, la princesa me pedía traducir un par de cuadernos o grabados que estuvieran en hyliano antiguo, aún sentía la mirada de Urbosa sobre mi, como si supiera algo que incluso yo no sabía.

Fue una tarde, un par de días antes de mi partida a Tabantha que se atrevió a hablarme, o que encontró el momento perfecto donde estuviéramos solos/as/es.

Decidí subir a la cima de una orilla cerca de algo llamado "Santuario" (Que al parecer fueron lugares construidos a finales de mi época por parte de los monjes Sheikah) que se encontraba rodeado por un círculo de estatuas llamado "Las siete heroínas" en las ruinas de gerudo este cerca de la entrada al desierto.

Subí, aseguré las correas de las alas a mis brazos, me acostumbré a su peso, me puse el antifaz y solté un suspiro, era la primera vez que saltaría a gran altura, hice lo mejor posible por poner mi mente en blanco para empezar a correr con todas mis fuerzas.

Cuando llegó el momento salté y extendí las alas, el viento sujetó la tela con fuerza, de no ser por un par de varillas flexibles como fuertes, todo el trabajo de la resistencia que ejercían las alas al desplegarse en la caída quebrarían mis brazos, estaban perfectamente diseñadas, planee y aterricé justo en el centro de las siete heroínas a un lado del santuario.

[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a + Donde viven las historias. Descúbrelo ahora