[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a +

Soledad: Final Malo

PRIMERO SUBIRÉ EL FINAL MALO PORQUE EL BUENO ES MUY LARGO AAAA- Dentro de poco subiré el final bueno.
Glosario para este capítulo:
N/A: No disponible
P.O.V: Punto de Vista
T/N: Tu Nombre

___N/A P.O.V___

El día de la calamidad sucedieron muchas cosas, tantas que es difícil cuál de todos los escenarios se podría tomar primero, los campeones fueron encerrados en sus bestias divinas para luego sufrir una sanguinaria muerte a manos de las criaturas que fueron creadas en esencia de Ganon quien había observado cuidadosamente a cada campeón conociendo sus debilidades.

La princesa zora, Mipha y su desconfianza en ella misma fue su perdición.

El jefe goron, Daruk y su temor lo llevaron a la tumba.

La Matriarca gerudo, Urbosa y su ira la llevaron a la exterminación.

Y finalmente el guerrero orni, Revali: pudo haber sido muchas cosas lo que trajo el fin del general enamorado, su orgullo, la oscuridad, o el miedo de creer que el amor de su vida había muerto.

Los orni no están acostumbrados a pelear de noche, ese día la tormenta se cernía sobre Vah Medoh creando un borroso campo de visión, el viento obstruía el trayecto de las flechas sobre el enemigo, las corrientes de aire que el orni creaba a veces jugaban en su contra y le hacían estrellarse contra alguno de los varios pilares dentro de la bestia divina.

Al final, Revali se arrastró a lo largo de la plataforma dejando un largo camino de sangre a su paso, su costado estaba destruido, literalmente, usó todas sus fuerzas para llegar a la unidad central de Vah Medoh.

"No puedo terminar así" pensaba angustioso en su cabeza.

Esperanza o el miedo, mientras la ira de viento de Ganon apuntaba con su cañón al orni para hacer su tiro de gracia, Revali transmitió el último mensaje que daría en su vida:

"S.O.S*"
(Ayuda)

La historia se repitió en cada una de las bestias divinas.

Astor miraba el paisaje desde la torre más alta, con una sonrisa, hundido en el éxtasis de haber ganado, a pesar de que t/n desapareció le dejó la sangre suficiente para manejar los hilos, pero un par de capitanes que intentaban abrir paso a civiles inocentes en la ciudadela llamó su atención, entre la gente estaba t/n siendo cargado por un par de personas que miraban a los lados como si estuvieran buscando a alguien.

-Creen que pueden salir de aquí ilesos- se burló, de su túnica sacó la bufanda color crema manchada en sangre, y empuñándola hacia el cielo gritó -¡Ganon! ¡Te ordeno devorarlo todo!- exclamó.

La bufanda ondeaba en el aire, la sangre impregnada en esta pronto se desprendió de la tela, se unió en una pequeña esfera que flotó hacia el orbe como una última ofrenda de sangre.

Pero el cetro que sostenía el hechicero estalló en mil pedazos irreconocibles en ese instante, el orbe volvió a expulsar malicia hasta explotar envolviendo a Astor, devorándolo -Esto no es parte del plan- musitaba, intentando librarse pero el espeso líquido se negaba a liberarlo.

El cetro desapareció, la bufanda salió volando al aire, y Astor fue el último sacrificio de sangre que Ganon necesitaba para poder materializarse, o al menos una imagen tétrica de lo que alguna vez fue el monarca tirano, una delgada figura, con una pronunciada barba con varios brazos que poseían armas ancestrales de diversa naturaleza.

Ahora que estaba completo, que tenía un cuerpo, sería imparable.

Mientras tanto sólo faltaba derrotar a un campeón, ¿Pero existía una Ira de Ganon especial para derrotarlo? No hizo falta, la excesiva confianza que tenía Link en su espada fue casi su tumba.