Primer paso

560 46 33
                                    

Glosario para este capítulo:
T/N: Tu Nombre
P.O.V: Punto de Vista
N/A: No Disponible

___N/A P.O.V__

Cuando t/n se fue a dormir a la habitación del escudero que Zelda le había enseñado la primera vez, t/n se quedó pensando en el cambio de actitud en el orni, hacía casi un año que aquel general orgulloso lo/la/le estrelló de cara contra el piso de forma literal, pero ahora, incluso le reparó su espada corta.

Aunque también... Sacó de su alforja la pluma que le había enviado con la carta, una pequeña vela que t/n usaba como fuente de luz mezcló sus colores cálidos con los destellos índigo del objeto.

Aún no podía perdonarlo por todo el dolor que le causó, por toda su crueldad en el pasado, e incluso tenía miedo de que esa nueva amabilidad fuera una estrategia suya.

Sentía miedo, desconfianza.

"Tal vez si tomo precauciones, probablemente podamos trabajar decentemente" pensó para sí, guardó la pluma, apagó la vela y se dispuso a dormir.

Mientras tanto, en una habitación mucho más lujosa (Pues se trataba de un campeón), Revali se encontraba recostado en la hamaca de algodón y seda que le habían hecho.

Era una habitación que sin la cama, se veía el doble de grande que el de sus compañeros de trabajo, contaba con un techo alto del cual colgaba un candelabro con varias velas ya apagadas, bajo este se desplegaba un gran tapete de terciopelo azul con la trifuerza bordada en hilos dorados, donde se suponía que iba la cama había dos estantes de libros altos con dos sillones y una mesa para té al centro.

Finalmente al fondo, a un lado de la puerta estaba colocado un escritorio grande donde el orni había puesto cuidadosamente el arco de águila.

Su hamaca colgaba casi a un lado de una de las muchas largas ventanas, miraba a la luna.

Repasaba en su cabeza ese sueño, luego ese pensamiento fugaz que tuvo, se preguntó si había tenido esa misma sensación con alguno de los otros campeones o con la princesa, e incluso con otros habitantes de la aldea orni.

Nadie, sólo t/n le hacía sentir así, y no sabía por qué, era un sentimiento raro pero placentero que estaba dispuesto a explorar.

"Pero le hiciste daño" le silenció su mente.

Recordó todas esas veces que le humilló, que le lastimó e incluso cómo ese dolor ajeno le provocaba cierta satisfacción por un sentido de "justicia" que nunca existió pues a final de cuentas se trató de alguien que ni siquiera había merecido ese trato desde el principio.

Soltó un bufido mientras estrellaba su cabeza contra la almohada -Bien hecho, grandísimo estúpido- susurró.

Cerró los ojos recordando las cicatrices en los brazos de t/n, provocados por sus mismas garras, sintió un estremecimiento desagradable recorrer su espalda y pecho.

Tal vez si no le hablaba, tal vez si acortaba su distancia con él/ella/elle como lo hacía con la princesa.

No.

Quería averiguar que era ese sentimiento, y estaba dispuesto a hacerse responsable por sus acciones, ya estaba dando sus primeros pasos después de todo, ahora pensaría en un momento como palabras adecuadas para decirle "Lo siento, fui un idiota" sin rebajar su orgullo.

Primero arreglaría las cosas, luego averiguaría qué significaba todo ese revuelo de emociones en su interior.

El día siguiente t/n fue el/la/elle primero/a/e en llegar a la biblioteca y se miraba un tanto cansado/a/e.

[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a + Donde viven las historias. Descúbrelo ahora