Vivir en un edificio tiene algunas desventajas, como que las paredes sean de papel y escuches a las vecinos pelear o conversar.
Aveces es gracioso o algunas otras incómodo.
Aveces escuchas como cantan y otras dan golpes a la pared cuando no pueden d...
El aguacero que caía esa mañana era impresionante, el agua de la piscina parece querer escapar de ese agujero, probablemente en las costas comenzaban a ver inundaciones, era mejor creer que no y no indagar más si no querías terminar espantado e impotente por no poder hacer nada,solo dejar que pase lo que tenga que pasar. Nadie puede contra la naturaleza.
(Acá en México, En Manzanillo las cosas se están poniendo bien feas. Muchas inundaciones y cosas como esas. Yo no sé, lo sé por mi madre, vi un vídeo en el que el agua se llevaba a unas vacas :( )
Pero, trataban de no pensar tanto en eso. Planeaban irse esa tarde, pero parecía que las cosas no se iban a calmar en un buen rato.
La televisión estaba encendida, nadie le estaba prestando atención, pero, era para que no se sintiera tan sola la casa, apesar de que todos ellos estaban hablando en el desayunador. Mientras que era normal que Callahan no hablara mucho-casi nada- George por otra parte solo escuchaba y muy apenas contribuía en la conversación.
– Te encuentras bien George?– levanta la mirada, dándose cuenta que todos los ojos están sobre él. Quackity espera una respuesta.
– Lo siento chicos, solo me siento más aburrido de lo normal– vuelve a ver su plato con un pan tostado y mantequilla– cuando está así el día,solo quiero dormir.– toma el pan y le da una mordida.
– Pues hoy no vas a dormir todo el día– George ve a Quackity con una ceja arriba como preguntando porqué?– No siempre podemos estar todos en el mismo lugar, Karl se va a trabajar, Nick tiene que regresar a su casa pronto y Callahan también,y tu vienes y dices que quieres dormir
– oh lo siento mucho, mamá, no sabía que también estabas aquí– Karl suelta una pequeña risa– Losé, Quackity, no soy idiota, solo te contesté, pero no dije que me dormiría.
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– Entonces así es como...– la televisión estaba en cualquier canal aleatorio, todos sentados en los sillones o acostados en el piso. Una lata de cerveza por aquí y otra por allá y los chicos? Dormidos. Malditos hijos de perra.
George era él único despierto, que forma de pasar el tiempo con tus amigos. Veía la pantalla de su celular,sin prestarle atención a la tele, la habría apagado,de no ser por que Quackity y Sapnap aún dormidos lo estaban aprisionando en la esquina del sofá, y realmente no quería despertarlos y la tv no era un gran problema. Sus dedos resbalan por la pantalla, luego teclearon unas cuantas palabras y las envía. Apaga el teléfono por un momento y mira la ventana a su lado. Parece que la tormenta no está mejorando. En su pecho,vibra el celular,asustando un poco a George.
"Vendrás a casa pronto? Hemos pensado en hacer una cena y queríamos invitarte, ya sabes cómo es tu padre"
Sonríe a la pantalla, antes de que contestará, la puerta se abrió y George casi tira su teléfono. Mira en dirección a la puerta y ve a Dream con las llaves en la mano. Camina hasta la sala y nota a George pegado en la esquina del sillón. Dream ríe.
– Todo bien ahí?
– Si, es lo más cómodo del mundo, deberías intentar– dice George, rodando los ojos, sabiendo que la respuesta era obvia.
Dream suelta un bufido con diversión, camina a las escaleras, comenzando a subir, dejando a George solo con sus amigos. George enciende el móvil y responde:
"Talvez pronto, si las cosas se calman iré la próxima semana"
Su mensaje fue visto y ya no enviaron más mensajes. Su pansa ruge con fuerza. Talvez debí terminar de desayunar.
Aparta la cabeza de Sapnap de su pierna y a Quackity de su hombro, logrando salir de allí y estirarse. Porque pesan tanto?
Fue hasta la cocina, miro en el desayunador dónde había una o dos frutas, todo estaba recogido y los trastes en su lugar. Abrió la puerta de la alacena buscando una caja de cereal, sintiéndose raro mientras revisaba.
Y la encontró, también algo más que no encajaba ahí.
Qué hace una cámara aquí?
Dejo la caja aun lado y tomo en sus manos la pequeña cámara, estaba llena de polvo, parecía tener años ahí atrás.
Su hambre desapareció y fue reemplazada por una inmensa curiosidad. Limpió la cámara con la manga de su suéter rojo y preciono el botón para encender esta, esperando que aún sirva.
