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El olor a pintura fresca, el olor de la tierra húmeda entrando por el balcón, el sonido de la intensa lluvia, el silencio absoluto por todo el departamento después de que la puerta fue cerrada hace dos horas, el metal frío de la cadena del collar en su cuello, el olor de su perfume impregnado en las mantas de la cama.

Entonces, sus ojos se abrieron lentamente mientras intentaba abrazar alguien que no estaba ahí.

—Dream?– pregunta al aire mientras intenta levantarse y cuando lo hace, se da cuenta de que Clay no está, al menos no dentro de la habitación, era lo que pensaba.

Que equivocado estaba.

Con cuidado toca el piso con sus pies descalzos, dando un paso y otro de forma lenta ya que aún no se sentía adormilado, como pudo, salió del cuarto. Dream no estaba en la sala tampoco.

Camino por la sala viendo que solo había una manta de todo el desastre que hicieron ayer jugando, bromeando, acostados, viendo una película, comiendo, besándose... George sonríe acariciando sus labios, quizá Dream se levantó más temprano que el, quizá estaba en la cocina. Se suponía que no iría a ninguna parte.

Cierto?

No había nadie en la cocina, ni un rastro de él, solo unas flores azules, como las que habían visto el día anterior, hermosas y aún floreciendo, con un aroma que le era ya familiar. Su mano se dirige a las flores, tocando los pétalos, sintiendo que el corazón se le acelera pensando que talvez Dream lo había dejado. Quizá, pensó, solo estoy suponiendo cosas, puede que esté pintado, cierto? Huele a pintura.

Apresura el paso a la entrada de la cocina, saliendo tan pronto como pueda dirigiéndose a aquel cuarto donde solía ser su estudio,  abriendo la puerta de un golpe y.. Clay no estaba, solo una pintura, un retrato, casi. El sonido de sus latidos en sus oídos no le permite escuchar nada más, inconscientemente se dirigió a este dónde estaba el plasmado en una pintura, estaba con los ojos entre cerrados abrazando a quien se suponía era Dream, solo que su cara no aparecía en el cuadro, con una sudadera que le pertenecía al rubio y sentado sobre sus piernas, talvez, parecía tan real, parecía fotografía y George siente un gran nudo en su garganta, sus ojos se comienzan a empañar.

George no quería creerlo, así que corrió por el departamento, mirando desesperadamente por todas las habitaciones, esperando verlo ahí, pero entre más lo hacía, más empezaba a desesperarse, intento llamarlo, directamente al buzón, termino en el mismo lugar donde empezó.

Con los ojos llorosos, entra al balcón con rapidez cuando escucha el fuerte sonido de algo cayendo.

La lluvia era demasiado fuerte que tumbó varios lienzos, el espejo que estaba en la pared y estaba haciendo que la pintura se mezclara entre sí, el piso se estaba comenzando a pintar de colores en un charco de agua. Los bocetos se rompen, George intenta apresuradamente tomarlos, dejándose caer al suelo cuando se dio cuenta que la pintura de Drista estaba en el agua.

—No, no, no, no!– lo toma entre sus manos, la lluvia cae sobre su cabeza mientras intenta quitarle el agua de encima, pero era demasiado, la pintura se desprende del lienzo
pegándose en sus manos, la impotencia lo nubla y como un tonto niño, abrazo la pintura contra su pecho y comienza a llorar.–lo lamentó, Drista– murmura– Lo siento tanto! Yo no quería que esto sucediera.– un sollozo se ahoga en su garganta, mientras alguien tocaba la puerta, pero no podía oírlo hundido en su llanto. Todo había desaparecido a su alrededor, es cuando se da cuenta del collar en su cuello, su collar con un dije en forma de C –lo prometiste, Clay.

Le duelen los ojos después de unos largos minutos, se talla los ojos tratando de quitarse las lágrimas que llevaba encima, pero no podía, solo imaginar que podría estar en peligro por su culpa. Joder, soy tan imbécil, llorando en lugar de tratar de encontrarlo, puto anémico.

Golpes en la pared° DreamNotFoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora